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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Rectificación del Sextante (Clase 51)

Viene de: Funcionamiento del sextante (Clase 50)

Para lograr que las mediciones efectuadas con nuestro sextante tengan un alto grado de precisión, es necesario que este se encuentre correctamente calibrado. En un sextante ideal, el anteojo debería ser perfectamente paralelo al plano del bastidor, mientras que los espejos tendrían que ser perpendiculares al mismo plano.

Ambos espejos, además, deberían quedar paralelos entre sí para una medición de 0o. Detallaremos a continuación las correcciones necesarias para despojar al instrumento de sus errores más frecuentes:

Perpendicularidad del espejo índice

Para una correcta rectificación del sextante, lo primero que debe hacerse es chequear que el espejo índice sea perfectamente perpendicular al plano del bastidor. Este espejo cuenta con un solo ajuste que permite regular dicha perpendicularidad. Para efectuar el ajuste debe procederse de la siguiente manera (Fig. 136):

1) Colocar la alidada del instrumento en una lectura de 40o o 50o aproximadamente.

2) Ubicar el sextante sobre una mesa de forma que quede lo más horizontal posible.

3) Colocarse de manera tal que con un ojo pueda observarse parte del limbo y parte de su imagen reflejada sobre el espejo índice. 4) Ambas imágenes del limbo, la directa y la reflejada, deben verse alineadas entre sí como si una fuese continuación de la otra. Si éstas forman un escalón, debe ajustarse hasta eliminar el error.

5) Este ajuste se efectúa moviendo el tornillo “T1” (ver figura No 131) que se encuentra en la parte posterior de dicho espejo.

Perpendicularidad del espejo del horizonte Al igual que el caso anterior, el espejo del horizonte debe ser también perpendicular al plano del bastidor. De no ocurrir que ambos espejos cumplan con dicha premisa, la imagen reflejada que veremos en el espejo del horizonte se verá desplazada lateralmente respecto de la imagen directa. El efecto óptico sería como el de observar una doble imagen (fantasma). Ya hemos ajustado la perpendicularidad del espejo índice, pasaremos ahora a ajustar el espejo del horizonte respecto de este último (Fig. 137):

1) Buscar a lo lejos algún objeto que contenga líneas verticales (una chimenea, un faro, etc.). 2) Regular el sextante en 0o de manera tal de ver a la imagen reflejada superpuesta con la imagen directa.

3) Mover en un sentido y en el otro el tornillo de regulación del nonio y comprobar que la imagen reflejada se mueve verticalmente alineada con la imagen directa.

4) Si eso no ocurre, debe ajustarse hasta lograr que ambas imágenes (directa y reflejada) queden perfectamente alineadas formando una sola imagen. Esto debe hacerse por medio del tornillo “T2” (ver figura No 131). Dicho tornillo moverá al espejo inclinándolo respecto del plano del bastidor, a fin de corregir su perpendicularidad. No confundir con el tornillo “T3” cuya función es la de eliminar el error de índice, como veremos más adelante.

IMGN

Paralelismo del anteojo

El eje óptico del anteojo debe ser perfectamente paralelo al cuerpo principal del sextante, si bien no existen tornillos para su calibración en todos los casos. De poder calibrarse, debe procederse de la siguiente manera:

1) Colocar el instrumento sobre una superficie plana.

2) Colocar el ojo de manera de observar a lo “largo del limbo” alguna línea horizontal ubicada a no menos de 15 metros de distancia. De no encontrar alguna, puede pintarse sobre una pared. Alinear el limbo visualmente con dicha línea inclinando el instrumento ligeramente hasta lograrlo, para lo cual pueden colocarse sobre su apoyo algunos suplementos improvisados.

3) Sin mover el instrumento, observar la línea sobre la pared a través del anteojo.

4) Si el anteojo se encuentra perfectamente ajustado, esta línea debería verse en el centro del campo óptico.

5) Si esto no ocurriese, se debe proceder a ajustar los tornillos de calibración, si es que los tuviese.

Error de índice

Podemos determinar de manera sencilla si una medición efectuada es correcta o padece de cierto error. Para ello bastará con medir un ángulo de 0o (cualquier objeto sobre sí mismo) y comprobar si la lectura coincide con dicha medición. Para que esto ocurra, ambos espejos (índice y horizonte) deberían quedar perfectamente paralelos entre sí cuando la alidada del sextante mide un ángulo de 0o. Si el valor leído no es igual a 0o, este error se trasladará al resto de las mediciones por igual y este será en definitiva el error de índice del sextante.

Dicho error puede corregirse de manera sencilla, o bien puede tomarse nota de su valor para luego sumarlo o restarlo (según sea el caso) a la lectura efectuada. Un error de índice de hasta 6’ es relativamente aceptable y no será necesario corregirlo, pero sí tenerlo en cuenta.

Para corregir el error de índice podemos proceder de la siguiente manera (Fig. 138):

1) Colocar la alidada del sextante y el tambor del nonio de manera tal que indiquen una lectura de 0o.

2) Observar el horizonte. Si el sextante no presenta error de índice, deberíamos ver ambas imágenes del horizonte (directa y reflejada) perfectamente alineadas.

3) Si ambas imágenes presentan un “escalón” entre sí, procederemos a ajustar el tornillo “T3” (ver figura No 131) hasta que ambas imágenes formen una sola línea. En este punto, ambos espejos han quedado perfectamente paralelos entre sí y se ha eliminado el error de índice.

Si decidimos no rectificar el error de índice del sextante, debemos al menos determinar su valor para luego corregir los valores de las lecturas efectuadas. Para hacerlo procederemos de la siguiente manera:

1) Colocar la alidada del sextante y el tambor del nonio de manera tal que indiquen una lectura de 0o.

2) Observar el horizonte.

3) Girar el tambor del nonio hasta lograr que ambas imágenes (directa y reflejada) z formen una única línea.

4) Leer el valor indicado en el sextante. Si este indica 0o 00’, no existe error de índice. Si el sextante indica cualquier valor distinto de 0o, este será el valor del error de índice que deberá ser restado o sumado a las siguientes mediciones. Ejemplo: Si el sextante indica 5’, quiere decir que cualquier medición que se efectúe en adelante tendrá 5’ de más, por lo tanto habrá que restarle 5’. En este caso, el error de índice será – 5’. Si por el contrario el sextante indica – 5’ (ojo: en el tambor del nonio se leerá 55’), habrá que sumarle 5’ a cada altura medida, por lo tanto el error de índice será ahora de + 5’.

Existe un procedimiento muy sencillo para eliminar simultáneamente el error de índice y el de perpendicularidad del espejo del horizonte. Recuérdese que dicho espejo se ajustaba una vez rectificado el espejo índice y a partir de este último. Para ello es preciso identificar una estrella de buena magnitud, la que utilizaremos para el procedimiento (Fig. 139):

1) Se coloca la alidada del sextante y el vernier de forma tal que indiquen una lectura de 0o.
2) Se observa la estrella elegida. De ser nulo tanto el error de índice como el de perpendicularidad, la estrella observada debería mostrar una imagen sin fantasmas.
3) Si esto último no ocurre, se procederá a calibrar el tornillo “T3” hasta que ambas “estrellas” se encuentren alineadas en altura. De este modo estaremos corrigiendo el error de índice.
4) Hecho esto, se regulará el tornillo de calibración “T2” hasta que ambas imágenes se superpongan horizontalmente.

Cuando se haya logrado que ambas imágenes (directa y reflejada) sean una sola, habremos eliminado simultáneamente los errores de índice y de perpendicularidad del espejo del horizonte.

Una vez efectuada la última de las correcciones, deberían volver a chequearse las anteriores y volver a calibrar de ser necesario.

De no ser posible corregir absolutamente todos los errores del sextante, es muy factible que este tenga algún defecto de construcción o que haya sufrido algún golpe. Algunos de los defectos más comunes son:

• El limbo no es perfectamente plano.
• La articulación de la alidada con el bastidor presenta cierto juego o corrimiento.
• Este defecto suele llamarse “error de excentricidad”. • Los espejos presentan deformaciones llamadas “prismatismos”, que no permiten su correcto ajuste de paralelismo y perpendicularidad.
• Los filtros ópticos pueden a su vez presentar prismatismos al igual que los espejos.

Estos defectos no pueden ser corregidos por el usuario y deben ser reparados, de ser posible en talleres especializados.

Continua en: Situación por dos o más Líneas de Posición (Clase 52)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Funcionamiento del sextante (Clase 50)

Viene de: Instrumentos de Navegación Costera (Clase 49)

El funcionamiento del sextante se basa en el principio óptico de la doble reflexión, que dice: “Si un rayo de luz sufre dos reflexiones en el mismo plano, el ángulo entre su primera y última dirección es igual al doble del ángulo formado por las dos superficies reflectoras”. Para facilitar la explicación, en adelante describiremos el funcionamiento del sextante utilizando un astro como objeto al cual medir su altura por sobre el horizonte. Como ya dijimos, en la práctica de la navegación costera, lo que debe medirse es la altura entre el tope y la base de un faro, o bien el ángulo horizontal entre dos puntos notables. En cualquier caso, el procedimiento resultará siendo el mismo. En la figura No 132 puede observarse que el rayo proveniente del astro sufre dos desviaciones seguidas: la primera sobre el espejo índice, orientando el rayo en dirección al espejo del horizonte, y la segunda sobre este último, dirigiendo el rayo de luz directamente al anteojo. El ángulo que forman el rayo inicial y el de salida (a) equivale a la altura medida del astro.

Por el principio óptico antes mencionado, el ángulo “a” será el doble del ángulo “β”, formado por ambos espejos. En la figura puede apreciarse que como el espejo del horizonte es paralelo al 0o del sextante, el ángulo formado entre la alidada y el 0o (que es en definitiva la lectura observada) será también igual a “β”. Por lo tanto, el arco del limbo será igual a la mitad de la altura observada. Esto quiere decir que un sextante con un sector circular de 60o podrá medir ángulos de hasta 120o. Para que se entienda: en la imagen de la figura se ha representado a un sextante midiendo un ángulo de 40o (a = 40o), por lo tanto en el limbo se leerá 40o, aunque en realidad el ángulo “β“ será de 20o.

Al espejo del horizonte le llega la imagen reflejada del astro y a través de la mitad transparente de dicho espejo podemos observar la imagen directa del horizonte. Superponiendo ambas imágenes, la directa (horizonte) y la reflejada (astro), podremos medir el ángulo entre ambas, es decir la altura del objeto celeste.

Método de medición

Como vimos anteriormente, el método para hacer una observación consiste en llevar la imagen reflejada del objeto a medir a coincidir con el horizonte visible, que se ve por la mitad del espejo del horizonte. La bajada del objeto al horizonte se puede llevar a cabo poniendo la alidada en cero. En tal caso, mirando dicho objeto deberían verse ambas imágenes del mismo (la directa y la reflejada). Posteriormente se desplaza la alidada hacia delante mientras se baja el sextante siguiendo la imagen reflejada del objeto. Al aparecer la imagen directa del horizonte sobre el cristal transparente, se suelta la traba fijando la alidada al limbo. Con el nonio se continúa con el ajuste fino, hasta lograr la colimación de objeto y horizonte.

Para efectuar la lectura del ángulo medido en el instrumento, se procede de la siguiente manera: sobre el limbo deberá leerse el valor en grados enteros (recuérdese que el limbo viene tabulado de grado en grado) y sobre el nonio o vernier el valor en minutos y fracción.

En la imagen de la figura No 133 se puede apreciar una medición de 25o 41’ (25o sobre el limbo y 41’ sobre el nonio).

Algunos sextantes cuentan con una escala adicional sobre el vernier que sirve para realizar lecturas con fracciones de minuto. En el sextante de la figura No 134, las cinco divisiones a la derecha del nonio permiten medir fracciones de hasta 0,2’, aunque existen sextantes que cuentan con diez divisiones en lugar de cinco. En estos, cada una de las divisiones representará un valor angular de 0,1’.

Para efectuar la medición en un sextante de estas características debe operarse de la siguiente manera (Fig. 134):

1) En el limbo se efectúa la lectura del valor en grados enteros (65o).

2) Sobre el nonio, el valor en minutos enteros es aquel que coincide con la línea más larga de la escala de la derecha. En la figura puede apreciarse que dicha línea indica 40’ y fracción.

3) Para obtener el valor en fracción de minutos se busca la línea corta de la escala de la derecha que coincide con alguna de las líneas del tambor (en el caso anterior, coincide la 4o línea empezando de arriba).

4) Se cuenta el número de espacios que hay entre esta línea y la línea más alta (cuatro espacios).

5) Se calcula la fracción total multiplicando el número de espacios por el valor de la fracción de cada línea. En este caso la fracción equivale a 0,2’, ya que son cinco las divisiones. Si las divisiones fuesen diez, cada línea representaría una fracción de 0,1’.

Como resultado final, tenemos que sobre el limbo se leen 65o y que el tambor del nonio indica 40’ y fracción. Como la línea coincidente es la 4o comenzando desde arriba, la lectura final será de 65o 40,8’ (0,2’ x 4 = 0,8’).

Recomendaciones prácticas

A los efectos de que las mediciones cuenten con la mayor precisión, es necesario observar un meticuloso cuidado del instrumento, evitando golpes y manteniendo al mismo perfectamente calibrado, como se verá más adelante.

Cada vez que se retire el instrumento de su caja, deberá hacerse siempre tomándolo por la empuñadura o bien por el bastidor, pero nunca por la alidada. Una vez utilizado, debe volver a guardarse en su lugar. Si el instrumento se mojase accidentalmente con agua de mar, es recomendable lavarlo con agua dulce y secarlo minuciosamente.

Es importante mantener siempre lubricados los elementos móviles, fundamentalmente el nonio y el limbo. Deben mantenerse limpios tanto los espejos como el anteojo, teniendo en cuenta que esto último debe hacerse con paños adecuados y sin ejercer demasiada presión sobre los mismos.

Si el instrumento cuenta con ajuste de foco, este debe graduarse lo mejor posible, tomando la precaución de colocar previamente los filtros ópticos necesarios para una correcta visión. En tal caso es conveniente que los brillos del objeto y del horizonte se encuentren lo más parejos posible.

Si existiese marejada alta, lo mejor será colocarse en el sector del barco donde esta afecte menos al movimiento propio (generalmente en un lugar central). Preferentemente deben buscarse lugares protegidos del viento para evitar molestias en los ojos.

Para verificar que el sextante se encuentra en posición vertical en el momento de efectuar la medición, es conveniente “balancear” al mismo hacia un lado y hacia otro, tomando como punto fijo el anteojo. e esta manera se logrará que el objeto a medir “tangentee” al horizonte. Si el punto donde la imagen del objeto se encuentra más baja es tangente a la línea del horizonte, entonces la medición es correcta (Fig. 135).

Continua en: Rectificación del Sextante (Clase 51)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Instrumentos de Navegación Costera (Clase 49)

Viene de Distancia a un objeto de altura conocida situado dentro del horizonte (Clase 48)

Varios son los instrumentos que pueden utilizarse para la obtención de líneas de posición costera. Para la medición de Demoras o Marcaciones se utiliza el “Compás de marcación” o “pínula”, mientras que para obtener distancias a un punto notable lo habitual es recurrir al radar (tema que veremos en el capítulo próximo) o bien al sextante marino. Veremos aquí una breve descripción de ambos.

• La Pínula

No hay mucho que pueda decirse respecto de la “pínula”, dado que no es ni más ni menos que un simple compás al que se le han agregado “alidadas”, las que permiten enfocar al punto notable en cuestión y realizar la lectura de la marcación o demora correspondiente (Fig. 130).


Estos instrumentos pueden ser de rosa o digitales, permitiendo estos últimos el tomar varias demoras simultáneas y almacenarlas en la memoria, cosa que facilita notablemente la tarea.

• El Radar

El radar es un instrumento de inestimable utilidad para tomar líneas de posición costeras (demoras, marcaciones y distancias). Este tema se tratará en profundidad en el capítulo final de este volumen: “La Navegación Electrónica”.

• El Sextante Marino

El sextante marino es un instrumento de altísima precisión, cuya finalidad es medir el ángulo existente entre dos objetos cualesquiera. Cuando se utiliza en navegación astronómica, el ángulo a medir será el que forma el astro elegido respecto del horizonte. En nuestro caso, la navegación costanera, la finalidad principal será la de medir ángulos horizontales (entre dos puntos notables) o bien la determinación de la altura de un faro (midiendo el ángulo entre su base y su tope).

Descripción del Sextante

El sextante marino está conformado por un cuerpo principal llamado “bastidor”, en forma de sector circular, cuyo arco o “limbo” contiene una escala tabulada en grados donde se efectúa la lectura (Fig. 131).

En los primeros sextantes (y en muchos de los modernos) el sector circular formaba un ángulo de 60o, de ahí el nombre de “sextante” (la sexta parte de 360o). Anterior al sextante existía un instrumento similar pero con un sector de solo 45o, que recibía el nombre de “octante” (la octava parte del círculo).

En la actualidad este valor varía y podemos encontrar sextantes con arcos de 70o u 80o. Como veremos más adelante, la graduación del limbo será el doble de su sector circular. Así, un sextante con un arco de 60o podrá medir ángulos de hasta 120o. El antiguo octante solo permitía medir ángulos de hasta 90o.

En el bastidor se encuentran montados los elementos “fijos” del instrumento. El “anteojo”, que generalmente posee un ajuste de foco, viene montado sobre dicho bastidor y orientado hacia un espejo llamado “espejo del horizonte”.

Este espejo, perfectamente perpendicular al plano del bastidor, se encuentra dividido en dos mitades. La mitad próxima al bastidor es un espejo, donde veremos la imagen reflejada del objeto a medir, mientras que la otra mitad es un cristal transparente a través del cual se observará el horizonte marino. En algunos sextantes, la parte del cristal transparente no se coloca. En estos, la observación del horizonte se realiza de manera directa.

Sobre el centro del sector del bastidor viene instalado un brazo móvil llamado “alidada”, que gira desplazándose a lo largo del limbo y contiene una “línea de fe” que indica el ángulo medido sobre la escala graduada. Solidario a la alidada viene montado un tambor micrométrico llamado “nonio” o “vernier”, que sirve para efectuar el ajuste fino y la lectura en minutos y fracción de arco.

Otro elemento móvil que viene fijado a la alidada es el “espejo índice”, que gira solidariamente a esta última, y que recibe la imagen del objeto a medir y la refleja sobre el espejo del horizonte.

Otros elementos adicionales pero de vital importancia son los filtros del horizonte y los filtros del índice. Los primeros son de suma utilidad para atenuar la luminosidad del horizonte cuando este es demasiado brillante; mientras que los segundos se utilizan para evitar el encandilamiento que produce el Sol. En tal caso, para evitar lesiones oculares, será de suma importancia tener colocados en su posición a los filtros antes de efectuar la medición. Si la lectura se viese dificultada por exceso de filtros, posteriormente puede reducirse la cantidad.

En el extremo de la alidada existe una traba que fija a esta última al bastidor en un

punto determinado, a partir del cual los ajustes “finos” se continúan con el nonio. Los tornillos “T1”, “T2” y “T3” se utilizan para efectuar las calibraciones sobre los espejos que veremos más adelante.

Continua en: Funcionamiento del sextante (Clase 50)

Darío G. Fernández
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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Distancia a un objeto de altura conocida situado dentro del horizonte (Clase 48)

Viene de Distancia a un faro cuyo tope se ve en la línea del horizonte (Clase 47)

Como ya habíamos mencionado, este caso se da cuando la distancia al objeto en cuestión es menor a la distancia del observador al horizonte y, por lo tanto, el faro se visualiza en su totalidad. Para resolver el cálculo, una vez medida la altura angular entre el tope y la base, pueden utilizarse dos procedimientos igual de válidos. El primero es muy sencillo y se basa en la aplicación de los conceptos básicos de la trigonometría.

Cabe aclarar que cuando hablamos de medir la altura entre el tope y la base de un faro nos referimos a la altura entre dicho tope y el nivel del mar, dado que las alturas de los faros (expresadas en metros en las cartas náuticas y otras publicaciones), están referidas al nivel medio.
En la figura No 123 puede apreciarse cómo, entre el ojo de observación (O), la base del faro (A) y su tope (B), queda conformado el triángulo rectángulo (ABC), donde:
• “h” representa la altura real del objeto.
• “a” es su altura angular, es decir el ángulo medido por el observador entre la base y el tope del faro (sextante).
• “D” es la distancia a la que se encuentra el objeto del punto de observación y es precisamente lo que se pretende determinar.
Una manera simple de resolverlo es aplicando una función trigonométrica que relacione a los tres elementos que acabamos

de mencionar. En este caso, la mejor es la función tangente. Si recuerda el lector, la tangente de un ángulo es igual al cateto opuesto sobre el cateto adyacente, es decir:
tg a = cat. opuesto / cat. adyacente

tg a = AB / AO = h / D

Por lo tanto:

D = h / tg a

O bien:

D = h x cotg a

En la fórmula anterior, a deberá expresarse en grados y fracción. En cuanto a la altura, si su valor se introduce en metros, el valor de la distancia obtenido será también en metros. Para expresar esto mismo en millas náuticas, solo habrá que dividir el resultado por 1.853, quedando la fórmula final de la siguiente manera:
D (millas) = [h (metros) x cotg a] / 1.852
A fin de que el procedimiento resulte más claro para el lector, proponemos un sencillo ejercicio:
¿A qué distancia me encontraré de un faro que se encuentra situado dentro del horizonte, cuya altura medida por medio del sextante es de 1o 25’ de arco y su altura real sobre el nivel del mar es de 94 metros?
Reemplazando los valores en la fórmula, tenemos:

D (millas) = [94 m. x cotg 1o25’] / 1.852

D (millas) = 2,05 Mn.
Esto mismo puede hacerse utilizando determinadas tablas que ya traen los resultados tabulados para distintos valores, tanto de altura observada como de altura real del objeto (Fig. 124).
Las tablas representan exactamente la fórmula anterior:
D (millas) = [h (metros) x cotg a] / 1.852 Pero dan solamente el valor del factor (F)

F = cotg a / 1.852
Una vez obtenido “F” de la tabla, solamente resta multiplicarlo por el valor de la altura del faro (H):
D (millas) = h (metros) x F Para ejemplificar su uso, tomemos como
ejemplo el ejercicio anterior (Fig. 124):

1) Ingresamos a la tabla por la columna “Ángulo observado” con el valor obtenido por medio del sextante (1o 25’) y extraemos el factor “F”: 0,02183.
2) Multiplicamos el factor por la altura en metros del objeto (94 metros):
D (millas) = 94 mts. x 0,02183
D (millas) = 2,05 Mn.
Como puede apreciarse, hemos arribado a idéntico resultado.
Existe otra manera de llevar adelante el mismo cálculo. Aplicaremos en este caso otra unidad que, al igual que sucede con los grados, minutos y segundos, también se utiliza para expresar el valor de un ángulo determinado: el radián.
El radián surge del cociente entre el arco de circunferencia que subtiende un ángulo determinado (curva) y el radio que limita a dicha circunferencia (recta). Cuando la longitud del arco es igual a la del radio, el ángulo en cuestión es de 1 radián. El símbolo utilizado es “rad” (Fig. 125).
a = a/r

Ahora bien, ¿a cuántos grados equivale un radián? Para averiguarlo supondremos un ángulo de 360o, es decir una circunferencia (Fig. 126)

Aplicamos la fórmula:
a = a/r
En este caso, por ser el ángulo de 360o, el arco es todo el perímetro de la circunferencia, o sea 2.π.r.

a = 2 × π × r/ r

Simplificando “r” arriba y abajo:

a = 2 x π = 2 x 3,14

Por lo tanto:
360° = 6,28 rad
1 rad = 1 x 360 / 6,28
1 rad = 57,32° = 3.439’

Ahora bien, si aplicamos el mismo procedimiento que el del primer caso (ver figura 123), pero esta vez utilizando el concepto de radianes, tendremos que:
a (rad) = h (metros) / D (metros)

Pero si a lo quiero expresar en minutos, entonces:

a (minutos) = h (metros) / a (minutos) × 3.439

Entonces:

D (metros) = h (metros) / a (minutos) × 3.439

Y si quiero expresar la distancia en millas:

D (millas) = h (metros) / a (minutos)× 3.439/1.852

Por lo tanto, la fórmula definitiva para el cálculo de la altura a un faro que se ve dentro del horizonte será:
D (millas) = h (metros) / a (minutos) x 1,86

Para comprobarlo, reemplacemos en la fórmula los valores del ejercicio propuesto anteriormente. Téngase en cuenta que, en este caso, deberá ingresarse con el valor de la altura angular expresado en minutos

(1o 25’ = 85’).

D (millas) = 94 metros / 85 minutos x 1,86
D (millas) = 2,05 Mn.

El resultado sigue siendo el mismo.

Continua en: Instrumentos de Navegación Costera (Clase 49)

Darío G. Fernández
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Distancia a un faro cuyo tope se ve en la línea del horizonte (Clase 47)

Viene de La Distancia al Horizonte (Clase 46)

Estrechamente relacionado con lo visto hasta aquí, existe un caso muy particular en el cual es factible determinar la distancia a un faro por simple observación visual y sin necesidad de recurrir a instrumento de medición alguno. Esto se da cuando el tope de un faro se ve exactamente sobre la línea del horizonte. Para que ello ocurra, el navegante deberá estar completamente seguro de que se cumple con exactitud esta premisa y el tope del mencionado faro no se encuentra por encima del horizonte, sino exactamente sobre la línea del mismo. De más está decir que esto solo podrá ser comprobado en horarios en que la luz que emite es perfectamente visible. Otra consideración a tener en cuenta es que, para que esto sea factible, el alcance visual del faro debe ser superior a su alcance geográfico, aunque esto se da en casi todos los casos.

En la imagen de la figura No 122 puede verse claramente como la distancia a un faro, cuyo tope se ve sobre la línea del horizonte (Dt), resulta de sumar la distancia al horizonte aparente del observador (D1) y la distancia del faro a su propio horizonte, es decir a su alcance geográfico para la mínima altura de ojo (D2).

Dt = D1 + D2

Por lo tanto, la altura de ojo del observador será “H”, mientras que la altura del faro será “h”. La distancia al horizonte aparente del observador se calculará como se vio en el apartado anterior, mientras que para calcular la distancia al horizonte del faro se aplicará la misma fórmula, salvo que se utilizará la altura del faro (h) como argumento, en lugar de la altura de ojo (H).

Por ende, la fórmula final resultante será: Dt (millas) = 2,1 x 2 √H (metros) + 2,1 x 2 √h (metros)

O lo que es igual: Dt (millas) = 2,1 x ( 2 √H (metros) + 2 √h (metros))

Veamos esto en un ejemplo:

¿A qué distancia me hallaré de un faro que tiene una altura de 85 metros, si me encuentro viendo su tope sobre la línea del horizonte desde una altura de ojo de 6 metros?

Aplicando la fórmula y reemplazando los valores, tengo:

Dt (millas) = 2,1 x (  √H (metros) + 2  √h (metros) )

Dt (millas)  = 2,1 x  (  √6 (metros) +  √85 (metros) )

Dt (millas) = 2,1 x (2,44 + 9,21)

Dt (millas) = 2,1 x 11,65 Dt = 24,4 millas náuticas

Queda claro que lo mismo puede hacerse perfectamente utilizando las tablas. Para ello entraremos a las mismas con el valor de la altura de ojo del observador, obteniendo en primer término la distancia al horizonte aparente. Luego haremos lo propio pero ingresando con la altura del faro, como si fuera la altura de ojo, y extraeremos el valor de la distancia al horizonte del faro. Sumando ambos valores obtendremos la distancia total entre el faro y el observador.

 

Continua en: Distancia a un objeto de altura conocida situado dentro del horizonte (Clase 48)

Darío G. Fernández
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