Viene de: Instrumentos de Navegación Costera (Clase 49)
El funcionamiento del sextante se basa en el principio óptico de la doble reflexión, que dice: “Si un rayo de luz sufre dos reflexiones en el mismo plano, el ángulo entre su primera y última dirección es igual al doble del ángulo formado por las dos superficies reflectoras”. Para facilitar la explicación, en adelante describiremos el funcionamiento del sextante utilizando un astro como objeto al cual medir su altura por sobre el horizonte. Como ya dijimos, en la práctica de la navegación costera, lo que debe medirse es la altura entre el tope y la base de un faro, o bien el ángulo horizontal entre dos puntos notables. En cualquier caso, el procedimiento resultará siendo el mismo. En la figura No 132 puede observarse que el rayo proveniente del astro sufre dos desviaciones seguidas: la primera sobre el espejo índice, orientando el rayo en dirección al espejo del horizonte, y la segunda sobre este último, dirigiendo el rayo de luz directamente al anteojo. El ángulo que forman el rayo inicial y el de salida (a) equivale a la altura medida del astro.
Por el principio óptico antes mencionado, el ángulo “a” será el doble del ángulo “β”, formado por ambos espejos. En la figura puede apreciarse que como el espejo del horizonte es paralelo al 0o del sextante, el ángulo formado entre la alidada y el 0o (que es en definitiva la lectura observada) será también igual a “β”. Por lo tanto, el arco del limbo será igual a la mitad de la altura observada. Esto quiere decir que un sextante con un sector circular de 60o podrá medir ángulos de hasta 120o. Para que se entienda: en la imagen de la figura se ha representado a un sextante midiendo un ángulo de 40o (a = 40o), por lo tanto en el limbo se leerá 40o, aunque en realidad el ángulo “β“ será de 20o.
Al espejo del horizonte le llega la imagen reflejada del astro y a través de la mitad transparente de dicho espejo podemos observar la imagen directa del horizonte. Superponiendo ambas imágenes, la directa (horizonte) y la reflejada (astro), podremos medir el ángulo entre ambas, es decir la altura del objeto celeste.
Método de medición
Como vimos anteriormente, el método para hacer una observación consiste en llevar la imagen reflejada del objeto a medir a coincidir con el horizonte visible, que se ve por la mitad del espejo del horizonte. La bajada del objeto al horizonte se puede llevar a cabo poniendo la alidada en cero. En tal caso, mirando dicho objeto deberían verse ambas imágenes del mismo (la directa y la reflejada). Posteriormente se desplaza la alidada hacia delante mientras se baja el sextante siguiendo la imagen reflejada del objeto. Al aparecer la imagen directa del horizonte sobre el cristal transparente, se suelta la traba fijando la alidada al limbo. Con el nonio se continúa con el ajuste fino, hasta lograr la colimación de objeto y horizonte.
Para efectuar la lectura del ángulo medido en el instrumento, se procede de la siguiente manera: sobre el limbo deberá leerse el valor en grados enteros (recuérdese que el limbo viene tabulado de grado en grado) y sobre el nonio o vernier el valor en minutos y fracción.
En la imagen de la figura No 133 se puede apreciar una medición de 25o 41’ (25o sobre el limbo y 41’ sobre el nonio).
Algunos sextantes cuentan con una escala adicional sobre el vernier que sirve para realizar lecturas con fracciones de minuto. En el sextante de la figura No 134, las cinco divisiones a la derecha del nonio permiten medir fracciones de hasta 0,2’, aunque existen sextantes que cuentan con diez divisiones en lugar de cinco. En estos, cada una de las divisiones representará un valor angular de 0,1’.
Para efectuar la medición en un sextante de estas características debe operarse de la siguiente manera (Fig. 134):
1) En el limbo se efectúa la lectura del valor en grados enteros (65o).
2) Sobre el nonio, el valor en minutos enteros es aquel que coincide con la línea más larga de la escala de la derecha. En la figura puede apreciarse que dicha línea indica 40’ y fracción.
3) Para obtener el valor en fracción de minutos se busca la línea corta de la escala de la derecha que coincide con alguna de las líneas del tambor (en el caso anterior, coincide la 4o línea empezando de arriba).
4) Se cuenta el número de espacios que hay entre esta línea y la línea más alta (cuatro espacios).
5) Se calcula la fracción total multiplicando el número de espacios por el valor de la fracción de cada línea. En este caso la fracción equivale a 0,2’, ya que son cinco las divisiones. Si las divisiones fuesen diez, cada línea representaría una fracción de 0,1’.
Como resultado final, tenemos que sobre el limbo se leen 65o y que el tambor del nonio indica 40’ y fracción. Como la línea coincidente es la 4o comenzando desde arriba, la lectura final será de 65o 40,8’ (0,2’ x 4 = 0,8’).
Recomendaciones prácticas
A los efectos de que las mediciones cuenten con la mayor precisión, es necesario observar un meticuloso cuidado del instrumento, evitando golpes y manteniendo al mismo perfectamente calibrado, como se verá más adelante.
Cada vez que se retire el instrumento de su caja, deberá hacerse siempre tomándolo por la empuñadura o bien por el bastidor, pero nunca por la alidada. Una vez utilizado, debe volver a guardarse en su lugar. Si el instrumento se mojase accidentalmente con agua de mar, es recomendable lavarlo con agua dulce y secarlo minuciosamente.
Es importante mantener siempre lubricados los elementos móviles, fundamentalmente el nonio y el limbo. Deben mantenerse limpios tanto los espejos como el anteojo, teniendo en cuenta que esto último debe hacerse con paños adecuados y sin ejercer demasiada presión sobre los mismos.
Si el instrumento cuenta con ajuste de foco, este debe graduarse lo mejor posible, tomando la precaución de colocar previamente los filtros ópticos necesarios para una correcta visión. En tal caso es conveniente que los brillos del objeto y del horizonte se encuentren lo más parejos posible.
Si existiese marejada alta, lo mejor será colocarse en el sector del barco donde esta afecte menos al movimiento propio (generalmente en un lugar central). Preferentemente deben buscarse lugares protegidos del viento para evitar molestias en los ojos.
Para verificar que el sextante se encuentra en posición vertical en el momento de efectuar la medición, es conveniente “balancear” al mismo hacia un lado y hacia otro, tomando como punto fijo el anteojo. e esta manera se logrará que el objeto a medir “tangentee” al horizonte. Si el punto donde la imagen del objeto se encuentra más baja es tangente a la línea del horizonte, entonces la medición es correcta (Fig. 135).
Continua en: Rectificación del Sextante (Clase 51)
Darío G. Fernández
Director del ISNDF
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