Viene de: Para los mas curiosos: Método del Pescador o de la “Epacta” (Clase 63)
El descubrimiento de las ondas de radio, durante las primeras décadas del siglo XX, ha ido favoreciendo y perfeccionando paulatinamente los métodos tradicionales de navegación. Inicialmente estas ondas de radio permitían, con una facilidad hasta entonces desconocida, la puesta en hora de los cronómetros de navegación (imprescindibles en navegación astronómica). Esto era posible gracias a la radiodifusión de señales horarias tomando como referencia la hora de Greenwich.
Posteriormente, la llamada “navegación electrónica” (originalmente “radioeléctrica”), se basó en sus orígenes en la utilización de diferentes equipos electrónicos capaces de recibir y procesar señales procedentes de diversos transmisores ubicados en tierra, y diseñados exclusivamente para tal fin.
En sus comienzos, las estaciones terrestres recibían el nombre de “radioayudas”, ya que su utilización no pretendía de ningún modo reemplazar a los métodos convencionales conocidos hasta entonces para determinar la posición exacta en el mar (navegación costera y astronómica), sino mas bien oficiar como un recurso más de ayuda al navegante. Como veremos mas adelante, estas radioayudas permitían al navegante obtener líneas de posición respecto de las antenas transmisoras, siendo necesarias tres de estas señales para obtener la posición exacta (triangulación). Uno de los primeros equipos diseñados con esta finalidad fue el “radiogoniómetro”. La evolución permanente de la tecnología ha provocado una verdadera revolución en los sistemas electrónicos de navegación. Basta pensar que desde los primeros radiogoniómetros hasta las modernas pantallas multifunción (que permiten combinar GPS con cartas náuticas de la zona e imágenes de radar) hasta los avanzados dispositivos AIS, han transcurrido poco más de sesenta años. Es decir, una pequeñísima fracción de tiempo dentro de lo que representa la historia de la navegación desde sus albores.
No pretende este capítulo profundizar en conocimientos de electrónica avanzada; pero con el fin de comprender mejor lo que sigue, detallaremos algunos conceptos básicos acerca de las señales eléctricas.
Las señales eléctricas se pueden definir por varios de sus parámetros, como son su tensión, corriente, potencia, etc. Sabemos que si aplicamos entre los extremos de un conductor una diferencia de potencial o tensión (V), esto generará una circulación de corriente (I) por el interior del mismo (movimiento de electrones)(Fig. 169). Del valor de la tensión aplicada dependerá el valor de la corriente que circule, siendo este último, directamente proporcional al primero.
La unidad de tensión es el Volt, mientras que la unidad de corriente es el Amper. Podemos definir entonces una nueva unidad que es el producto de ambas: el Watt, que es la unidad de medida de la potencia.
Tensión (V) = Volt (V) Corriente (I) = Amper (A) Potencia (P)= Watt (W)
Potencia = Tensión x Corriente
Queda claro entonces que, en un circuito eléctrico, la potencia que este puede consumir será mayor cuanto mayor sea la tensión aplicada o la corriente que por él circule.
Otro elemento a tener en cuenta es el valor de la resistencia (R) que presente dicho conductor o circuito eléctrico. Podemos definir a la resistencia como la oposición al paso de la corriente por un conductor. Fácil es entonces establecer que a igual tensión aplicada entre sus extremos, la corriente que circule será menor cuanto mayor sea su resistencia (Fig. 170).
La fórmula que la expresa es la siguiente:
Resistencia (R) = Tensión / Corriente
La unidad con que se mide la resistencia es el OHM (W)
Tanto la tensión como la corriente pueden ser de dos tipos, dependiendo de si sus valores son variables o permanecen constantes en el tiempo. De aquí que podemos hablar de corriente continua o corriente alterna.
• Corriente continua (CC): Si el valor de la amplitud o intensidad de la corriente que circula por un conductor permanece fija en el tiempo, estaremos hablando de corriente continua (Fig. 171).
Como podemos apreciar, la representación gráfica de la corriente continua (CC) es una recta. Por supuesto que cuando trabajamos con corrientes continuas se debe tener en cuenta que siempre existe un polo + y un polo –. Es el caso característico de las baterías de 12 V o de las pilas que utilizan todos los artefactos electrodomésticos.
• Corriente alterna (CA): La corriente alterna, a diferencia de la continua, varía en el tiempo de la siguiente manera (Fig. 172):
A medida que transcurre el tiempo, crece el valor de la amplitud hasta llegar a un máximo. A partir de este punto, a medida que continúa aumentando el tiempo, la amplitud decrece hasta llegar a cero. Una vez transcurrido este semiciclo, la curva se vuelve a repetir pero con sentido inverso (la corriente toma valores negativos) hasta llegar nuevamente a cero. Esta representación de la corriente alterna recibe el nombre de “senoidal“ o “sinusoidal“, ya que representa la función seno. La curva completa conforma lo que se llama “período de la señal“ o “ciclo“, que está compuesta por dos semiciclos, uno de signo positivo y otro negativo. Claro está que la corriente invierte permanentemente su polaridad, razón por la cual no existe un polo positivo y uno negativo como ocurre con la corriente continua. Este es el caso de la alimentación hogareña de 220 V CA.
Aparece ahora un nuevo parámetro para definir a las señales de corriente alterna, que estará dado por la cantidad de repeticiones o ciclos que esta pueda presentar en el intervalo de un segundo: la frecuencia. Este valor se representa con la unidad Hertz (Hz) y lleva el nombre de su descubridor.
Si estamos en presencia de una corriente alterna que varía un ciclo completo en el intervalo de un segundo, hablaremos de una frecuencia de 1 Hertz (Hz). En el caso de la red domiciliaria, esta lleva una frecuencia en la República Argentina de 50 Hz (50 ciclos por segundo).
Continúa en: Los Sistemas de Comunicaciones (Clase 65)
Darío G. Fernández
Director del ISNDF
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