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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

El Meridiano de cambio de fecha (Clase 33)

Viene de Definiciones de tiempo (Clase 32)

Hasta aquí hemos visto la forma de medir y tabular las horas y fracción de un determinado día del año y su relación con la posición del Sol medio sobre la esfera celeste. Pero como todos sabemos, las diferencias en los horarios de los distintos países generan a su vez diferencias de fechas entre estos.

Si se quiere, y con el objeto de ordenar la vida a bordo (establecer horarios de almuerzos y cenas, guardias, etc.), puede llevarse un reloj adicional e ir ajustándolo a las horas de los husos respectivos. De este modo se evitarían las molestias de almorzar en horarios distintos a los acostumbrados (por ejemplo al atardecer), o bien de dormir con la luz del día. La notación utilizada para referirse a la Hora Bitácora es “Hb”.

Para pasar de Hora bitácora a Hora de Greenwich la expresión que se utiliza es la misma que vimos con anterioridad, ya que la Hora Bitácora no es otra cosa que la Hora Legal del huso.

HmI = Hb + ( +/- H huso)

Hemos visto que el día comienza cuando el Sol medio atraviesa el meridiano inferior (antemeridiano) de un observador. Supongamos, a los efectos de mejorar la comprensión, a una persona ubicada en determinada Longitud y al Sol medio atravesando su antemeridiano. Para esta persona comienza un nuevo día y su reloj debería marcar las 0:00 hs. de la fecha que comienza. Ahora bien, para todos aquellos que se encuentren al Este de su Longitud, el nuevo día ya habrá comenzado algunos minutos antes debido a que el Sol habrá pasado por allí con anterioridad. Por el contrario, aquellos observadores que se encuentren al Oeste de este último, conservarán todavía la fecha del día anterior ya que el Sol no ha pasado aún.

Esto quiere decir que salvo en el caso visto en el apartado anterior (cuando en Greenwich son las 12:00 hs.), siempre coexistirán dos fechas distintas en nuestro Planeta.

Analicemos esto detenidamente:

• Veamos el caso anterior representado en la figura No 74: El Sol medio ubicado sobre el primer meridiano, para el cual los relojes marcarán las 12:00 hs., mientras que en el meridiano inferior serán las 00:00 hs. Sólo en este instante todo el globo acusará la misma fecha.

• A partir del segundo siguiente, el movimiento del Sol provocará el cambio de fecha para aquellos observadores ubicados al Oeste del antemeridiano de Greenwich. Como puede apreciarse, a medida que el Sol avanza va generando un sector del Planeta para el cual la fecha cuenta con un día más. Cuando el Sol medio alcance el meridiano 90o W (Fig. 75), un cuarto del Planeta tendrá fecha posterior mientras que el resto conservará la fecha de Greenwich. En ese instante, en el primer meridiano serán las 18:00 hs.

• Seis horas más tarde (Fig. 76) el Sol alcanzará el meridiano del cambio de fecha (meridiano inferior de Greenwich). Justo en ese momento, la mitad exacta de la Tierra tendrá la fecha de Greenwich y la otra mitad contará con un día más. Nótese que a partir de este instante cambiará la fecha del meridiano de Greenwich, incrementándose en un día.

• Cuando el Sol medio se ubique sobre el meridiano de 90o E (Fig. 77), en Greenwich ya habrán pasado 6 horas del cambio de fecha. Por lo tanto solo un cuarto del Planeta conservará la fecha anterior a la de Greenwich.

• El ciclo concluye cuando el Sol medio ha completado una vuelta al pasar nuevamente por Greenwich (ver nuevamente Fig. 74). En ese instante todo el Planeta contará ya con la nueva fecha.

Si se observa con atención el gráfico de los husos horarios (Fig. 73), así como también analizando los esquemas de la explicación anterior, surge una interesante conclusión: El antemeridiano de Greenwich separa dos zonas que cuentan con horas iguales pero con fechas diferentes.

Para comprenderlo mejor, hagamos el siguiente análisis (Fig. 78): Supongamos a dos barcos que zarpan a la misma hora y a igual velocidad desde el meridiano de Greenwich: el barco “A” con rumbo 90o (Este) y el barco “B” con rumbo 270o (Oeste). Supongamos también, para simplificar las cosas, que el Sol medio permanece inmóvil (el tiempo no transcurre) mientras que ambos barcos van avanzando por el Ecuador con rumbos opuestos.

El barco “A”, a medida que atraviesa los diferentes husos horarios en su rumbo hacia el Este, irá aumentando su hora en el reloj de bitácora; mientras que el barco “B”, navegando al Oeste, procederá disminuyendo su hora.

Cuando ambos barcos se encuentren en el meridiano de 180o (Este u Oeste), el barco “A” habrá incrementado su reloj en 12 horas, mientras que el barco “B” habrá quitado 12 horas a su reloj. La conclusión es que ambos barcos, al encontrarse en el antemeridiano, contarán con la misma hora de bitácora pero de fecha diferente debido a que entre ambos relojes habrá 24 horas de diferencia. La fecha del barco “A”, al sumar horas a su reloj, contará un día más que la del barco “B” que fue sustrayendo horas al suyo.

Si volvemos al esquema de los husos horarios (Fig. 73), comprobaremos que existe una franja de 7,5o a ambos lados del meridiano de cambio de fecha (180o): huso +12 y huso -12. Todos los habitantes de ambas franjas utilizarán el mismo huso horario (12), con la salvedad de que aquellos que se encuentran al Este de dicho meridiano (longitudes Oeste) utilizarán el huso +12 y, en cambio, los que están al Oeste del mismo (longitudes Este) emplearán el huso -12. Como ya dijimos, ambos tendrán la misma hora pero con un día de diferencia.

Para salvar esta complejidad, el barco que navegando al Este (rumbo 90o) atraviese el antemeridiano de Greenwich (pasando de longitudes Este a longitudes Oeste), deberá disminuir un día en su calendario. Es decir que tendrá que contar dos veces la misma fecha. Por el contrario, aquel que lo haga pasando de Oeste a Este (rumbo 270o), sumará un día a su fecha y por ende arrancará una hoja a su calendario.

En ninguno de los casos anteriores debe ajustarse el reloj. Si un barco completa una vuelta alrededor de la esfera navegando hacia el Este y no repite un día al atravesar el meridiano de cambio de fecha, al regresar a su puerto de origen comprobará que su calendario contará un día más que la fecha del puerto en cuestión. Esto no implica que los tripulantes hayan vivido un día de más, sino tan sólo que han omitido restar las 24 horas que incrementaron en su reloj al dar la vuelta.

Continua en: El reloj de Bitácora y la conservación del tiempo (Clase 34)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Definiciones de tiempo (Clase 32)

Viene de Tiempo Solar Verdadero y Tiempo Solar Medio (Clase 31)

Día solar medio: También llamado “Día medio astronómico”. Es el concepto visto anteriormente: el tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos del Sol medio por el meridiano superior del observador. Como hemos visto, la hora media se expresa como Hm.

Día civil: Como dijimos con anterioridad, tanto el día solar verdadero como el día solar medio comienzan y finalizan a mediodía, ya que se definen como el tiempo transcurrido entre dos pasajes consecutivos del Sol, ya sea verdadero o medio, por el meridiano superior del lugar. Dijimos que el día verdadero no sirve para cronometrar el tiempo, aunque en realidad tampoco es útil el día solar medio ya que, en la vida cotidiana, el cambio de fecha ocurriría precisamente al mediodía. Para subsanar este inconveniente se ha establecido el “día civil” como el tiempo transcurrido entre dos pasajes consecutivos del sol por el meridiano inferior del lugar. En este caso, los días comienzan a medianoche. El día civil tiene la misma duración que el día solar medio (24 horas medias) ya que ambos se rigen por el Sol medio. La diferencia reside en que uno comienza 12 horas antes que el otro.

Hora civil: Podemos definir a la Hora Civil (Hc) como el tiempo transcurrido desde el paso del Sol medio por el meridiano inferior del lugar. Esta hora equivaldría a la hora solar real que tendría un observador, debido a que depende exclusivamente de su longitud. Un cálculo muy simple nos permitirá saber que el Sol se mueve a razón de 15o la hora (si para una rotación de 360o emplea 24 horas, en el término de una hora habrá cubierto 15o). Como corolario, cada observador tendrá una hora diferente, salvo aquellos que se encuentren en el mismo meridiano. Utilizar la hora civil como método para cronometrar el tiempo traería aparejados serios inconvenientes, ya que vecinos de una misma ciudad tendrían todos horarios distintos aunque solo difirieran en unos pocos minutos.

Hora legal: A los efectos de subsanar el inconveniente de la hora civil, se han establecido zonas dentro de las cuales los habitantes, aun teniendo horas civiles diferentes, adopten una única hora a fin de coordinar sus actividades. Estas regiones con idéntica hora se denominan “husos horarios”.

La hora legal de un país, también llamada “Hora del huso” se expresa como “Hz”.

A partir del año 1884, todos los países del globo adoptaron una convención internacional para la medición del tiempo que consistió en dividir a la Tierra en 24 regiones de 15o de longitud cada una. Dicha convención estableció que el huso 0 (cero) quedase centrado en el meridiano de Greenwich, cubriendo una franja de 7,5o a cada lado del mismo. A partir de este, los husos se numeran de 0 a 12 horas, siendo positivos hacia el Oeste y negativos hacia el Este. Así, el huso +1 comprenderá la región entre las longitudes 7,5o W y 22,5o W, siendo el eje central de este huso horario el meridiano de los 15o W. Del mismo modo, el meridiano central del huso +2 corresponderá a la longitud 30o W, teniendo el mismo huso horario las regiones comprendidas entre las longitudes 22,5o W y 37,5o W, y así sucesivamente (Fig. 73).

Si bien cada país adopta la hora correspondiente a su geografía, algunos países con territorios muy extensos en longitud pueden contar con varios husos horarios. Así, todos los que habitan dentro de un mismo huso horario, a pesar de tener distintas horas civiles (por tener longitudes diferentes), adaptarán sus relojes a la misma hora legal.

El signo positivo o negativo que precede al valor del huso, indica si la diferencia horaria respecto del meridiano de Greenwich es en más o en menos, como veremos más adelante.

Hora oficial: Si bien algunos autores no establecen diferencias entre la hora legal y la hora oficial de un país, algunos sostienen que la hora legal es aquella que le corresponde por su huso horario mientras que la hora oficial es aquella que un país “adopta” (transitoriamente o no) en función de sus conveniencias civiles. Así, un país cuya hora legal habitual corresponda al huso +4, puede eventualmente adoptar el huso +3 a efectos de aprovechar la luz solar. En este caso, la hora oficial correspondería al huso +3.

La notación utilizada para expresar la Hora Oficial es “Ho”.

Tiempo universal: La hora del primer meridiano u hora de Greenwich, no es otra cosa que la hora media civil en dicho meridiano y se utiliza para unificar el horario de cualquier acontecimiento de uso internacional. Puesto que sería muy complejo utilizar la hora civil de un determinado lugar para establecer el instante de ocurrido un evento (la hora civil es variable en función de la Longitud del lugar), se utiliza el concepto de “Tiempo Universal” (TU) u “Hora de Greenwich” a fin de establecer un horario general para determinar dicho evento. Otras maneras en que aparece expresada la hora de Greenwich son: HmI (hora media del primer meridiano), UT (Universal Time), TU (Tiempo Universal) o GMT (Greenwich Mean Time). Para obtener la hora en Greenwich a partir de una determinada hora oficial, se procede de manera muy sencilla:

HmI (TU) = Hz + ( +/- H huso)

La expresión indica que la Hora media

en el primer meridiano (HmI) se obtiene sumando la Hora Legal o del huso del lugar y el valor del Huso horario correspondiente con su signo.

Supongamos a un observador en longitud 31o. Si nos remitimos al gráfico de la figura No 73, comprobaremos que su posición geográfica se corresponde con el huso +2. Para dicho observador, cuando su reloj indique las 12:00 hs., en Greenwich serán las 14:00 hs.

HmI = Hz + (+/- H huso) HmI = 12:00 + (+ 2 hs.) HmI = 14:00 hs.

Esto resulta obvio ya que el Sol medio habrá pasado primero por Greenwich y, por lo tanto, será más tarde allí que en posiciones ubicadas al Oeste del mismo.

Supongamos ahora a una persona situada en longitud 61o E, cuyo reloj indica las 20:49 hs. ¿Qué hora será en el meridiano de Greenwich?. Dado que el huso que le corresponde será -4, solo será necesario restar 4 hs. al valor horario de su reloj. Por ende en Greenwich serán las 16:49 hs. (20:49 hs. – 4 hs. = 16:49 hs.). Queda claro en este caso que en el meridiano de Greenwich será más temprano debido a que el Sol pasará después.

Ahora bien, debe prestarse suma atención a los cambios de fecha puesto que podría ocurrir que, al efectuar el pasaje, el resultado supere las 24 hs. En este caso, la fecha en el meridiano de Greenwich será la del día siguiente. Siguiendo el ejemplo anterior, cuando en Buenos Aires sean las 21:45 hs., en Greenwich serán las 00:45 hs. pero del día que le sigue. Esto solo se dará para longitudes Oeste.

Puede darse a su vez el caso inverso, es decir que al restar el valor del huso a un horario determinado, la fecha de Greenwich corresponda a la del día anterior. Por ejemplo, si en el Huso -5 son las 02:30 hs., en Greenwich serán las 21:30 hs. del día previo. Esto solamente se dará para longitudes Este.

En realidad, el único momento en el cual toda la esfera terrestre computa la misma fecha es a las 12:00 hs. (TU). Esto es fácilmente comprobable observando el gráfico de los husos horarios. Nótese que los husos van de 0 a +12 hacia el Oeste y de 0 a -12 hacia el Este. Es decir que sumando o restando cualquier huso, ya sea positivo o negativo, a la hora de Greenwich, nunca se superarán las 24 horas. Por esa razón, solo se conservará la misma fecha en todo el planeta cuando en Greenwich sean las 12:00 hs. Este tema se tratará más adelante.

Hora Bitácora: La hora de bitácora es la hora que lleva el reloj de a bordo. Dicho reloj debe irse ajustando a la Hora Legal (Hz) del lugar en que se encuentre, a medida que el buque atraviesa los distintos husos horarios. Una forma sencilla de evitar este tipo de complicaciones sería la de llevar a bordo un reloj sincronizado con la hora de Greenwich (TU) solo con el objeto de llevar la navegación. Esto simplificaría enormemente los pasajes de hora bitácora a hora de Greenwich y viceversa, cuando se efectúan los cálculos náuticos, en caso de que sea necesaria la utilización de alguna publicación de uso internacional, como por ejemplo el Almanaque Náutico.

Continua en: El Meridiano de cambio de fecha (Clase 33)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Tiempo Solar Verdadero y Tiempo Solar Medio (Clase 31)

Viene de El Tiempo (Clase 30)

Desde los inicios de la humanidad, a los efectos de establecer un patrón para medir el tiempo, fue necesario un acontecimiento que se repitiera en iguales períodos, por ejemplo el pasaje de algún astro por nuestro meridiano. Como ya dijimos, al ser “solar” nuestro calendario, el día queda definido por dos pasajes consecutivos del Sol por el meridiano del observador. Esto provoca algunos inconvenientes ya que, lamentablemente, su velocidad no es uniforme, y esto se debe a dos factores. Uno de ellos es la inclinación del eje terrestre (el Sol no recorre el Ecuador celeste sino que se desplaza por la eclíptica a lo largo del año trópico). El otro factor es que la velocidad terrestre a lo largo de su movimiento de traslación no es constante, sino que se acelera y desacelera obedeciendo a la segunda ley de Kepler: “Los planetas a lo largo de sus órbitas barren áreas iguales en tiempos iguales”.

Estos dos factores hacen que el Sol verdadero no sea útil para cuantificar el tiempo. Por esa razón se ha ideado el concepto de “Sol Medio”, que es en realidad un Sol ficticio que recorre el Ecuador celeste en lugar de la eclíptica, pero a velocidad constante. Esto define lo que se llama el “Tiempo solar verdadero“ y el “Tiempo solar medio”.

El Día solar verdadero es el tiempo transcurrido entre dos pasajes sucesivos del Sol verdadero por el meridiano superior del lugar. El día solar verdadero se divide en 24 horas verdaderas, cada una de las cuales se compone de 60 minutos verdaderos y así sucesivamente. Dado que los días solares verdaderos no tienen la misma duración, las horas, minutos y segundos verdaderos tampoco la tienen y por lo tanto no pueden utilizarse para computar el tiempo. En realidad el tiempo solar verdadero expresa la posición real del Sol en determinado instante, dato que viene expresado en el Almanaque Náutico, tema que no pertenece a este curso. Para ser más gráficos, la hora solar verdadera sería aquella que registra un reloj de Sol.

La hora verdadera se expresa comúnmente como “Hv”, mientras que la hora media como “Hm”. Cuando nos referimos a la hora media de un determinado lugar, la notación que se utiliza es Hmw (hora media en w), mientras que la hora media en Greenwich se expresa como HmI (hora media del primer meridiano).

El Día solar medio es el tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos del Sol medio por el meridiano superior del observador. En este caso, tanto las horas como los minutos y segundos, tienen duraciones constantes.

La hora expresada por nuestro reloj responde a los movimientos del Sol medio. Ahora bien, resulta obvio que como el Sol medio se desplaza a velocidad constante, el Sol verdadero algunas veces se adelantará y otras se retrasará respecto del Sol medio. Estas irregularidades definen lo que se conoce como “Ecuación del tiempo” (E.T.). Podemos definir a la ecuación del tiempo como la diferencia de tiempo que existe entre el pasaje del Sol verdadero y el pasaje del Sol medio (el que representa nuestro reloj) por el meridiano de un observador; o lo que es lo mismo: la diferencia entre la hora solar verdadera y la hora solar media.

E.T. = Tv – Tm

O bien:

E.T. = Hv – Hm

Continua en: Definiciones de tiempo (Clase 32)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

El tiempo (Clase 30)

Viene de Primeras experiencias en el desvío del compás (Clase 29)

Para todo navegante, la correcta medición y cómputo del tiempo tiene una importancia superlativa en muchísimos de los aspectos que hacen a la navegación propiamente dicha. No por nada, la invención del cronómetro marino a manos de John Harrison en el siglo XVIII, provocó una verdadera revolución en los métodos utilizados hasta el momento, sobre todo en aquellos que hacían al cálculo de la longitud.

El poder determinar con precisión el tiempo de navegación entre dos puntos hará que sea posible calcular, a partir de la velocidad del buque, la distancia recorrida entre ambos. Algo fundamental a los efectos de llevar una buena estima. El conocer las variables del tiempo lunar (retardo diario) permitirá al navegante determinar entre otras cosas, los horarios aproximados de las mareas del día siguiente.

Saber que son y como afectan los consabidos husos horarios, facilitarán enormemente la navegación entre diferentes longitudes.

El poder conocer en todo momento la hora del meridiano de Greenwich, será clave cuando se pretenda utilizar cualquier publicación de uso internacional, como por ejemplo el Almanaque Náutico.

En resumen, el conocimiento del tiempo es algo tan importante como la determinación del rumbo o la velocidad.

Hoy en día la medición del tiempo resulta sumamente sencilla ya que todos, en mayor o menor medida, tenemos acceso a algún tipo de reloj en nuestra vida cotidiana. Pero en la antigüedad cuantificar el tiempo no era algo simple ya que, al ser un abstracto, no era fácil encontrar un patrón para medirlo correctamente. Para ello se recurrió entonces al movimiento de los astros, que durante milenios había regido las actividades del hombre.

Dado que los astros tienen un movimiento periódico que se repite incesantemente, para cuantificar el tiempo puede utilizarse alguno de ellos: la Luna, el Sol o bien alguna estrella. La unidad de medida queda entonces definida por dos pasos consecutivos del astro elegido por el meridiano del lugar. Así, si utilizamos como astro de referencia a la Luna, el “Día Lunar” será el intervalo de tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos de ésta, por el meridiano del observador. Si empleamos el mismo concepto tomando como referencia al Sol estaremos definiendo el “Día Solar”, mientras que dos pasos consecutivos de una estrella definen el “Día Sidé- reo”. Esta claro entonces que el día queda establecido por el movimiento de rotación terrestre, pero aquí aparece la primera complicación: a pesar de que la velocidad de rotación terrestre, si bien posee ciertas variaciones, puede considerarse constante respecto de los astros, las velocidades relativas de los astros, respecto de nuestra posición en la Tierra, no lo es. Por esa razón, el día solar, el lunar y el sidéreo no tienen la misma duración. Veamos esto en detalle:

Supongamos, a los efectos de iniciar nuestro análisis, que en un determinado momento la Tierra, la Luna, el Sol y una estrella cualquiera, se encuentran alineados entre sí (Fig. 71).

Si todo el sistema se encontrase inmóvil, al efectuar la Tierra una vuelta completa sobre su eje, un observador ubicado en determinado sector de la Tierra, volvería a encontrar a todos los astros en la misma posición. Recordemos que el “Día Solar” queda definido como el período comprendido entre dos pasos consecutivos del Sol por el meridiano del observador. Por lo tanto, el tiempo que tarda la Tierra en dar un giro completo respecto del mismo es de 24 horas. Ahora bien, sabemos que la Tierra se desplaza a lo largo de su órbita (movimiento de traslación) describiendo una vuelta completa en 365,25 días. Si para un giro completo (360º) se tarda 365,25 días, podemos afirmar que se está moviendo a razón de casi 1º por día. Por otra parte, la Luna efectúa un giro completo de traslación alrededor de la lí- nea Tierra-Sol en 29,5 días. Del mismo modo es fácil deducir que avanzará en su órbita aproximadamente 12º diarios (360º / 30 días = 12º). En el esquema de la figura 72 se puede apreciar que, 24 horas después del estado inicial, la Tierra habrá avanzado 1º en sentido directo sobre su órbita, mientras que la Luna hará lo propio a razón de 12º. Por lo tanto, el observador que se encuentra en un determinado punto de la superficie terrestre ya no verá a los tres astros en línea, sino que verá pasar a la estrella en primer lugar, al Sol en segundo término y por último, mucho tiempo después, a la Luna. Dicho de otro modo, para el mismo observador, el pasaje de las estrellas se adelantará 1º por día, mientras que la Luna pasará por el meridiano de éste 12º más tarde.

Si nos interesa saber cuanto a cuanto tiempo equivalen estas diferencias, el cálculo es muy sencillo: Si la Tierra da una vuelta completa (360º) respecto del Sol en 24 horas, para rotar 1º más se tomará 4 minutos:
360º _______1.440 min. (24 hs.) 1º ____1º x 1.440 min. / 360º = 4 min.
Esto quiere decir que 1º equivale a 4 minutos de tiempo solar, por lo tanto, si la Luna avanza 12º por día, entonces:

12º = 12 x 4 minutos = 48 minutos.

Las conclusiones son sencillas:
• Como vimos, la Tierra tarda 24 horas en efectuar una rotación completa respecto del Sol. Esto define al “Día Solar” como el tiempo transcurrido entre dos pasajes consecutivos del Sol por el meridiano del lugar.
• Las estrellas pasarán por el meridiano del observador 4 minutos más temprano que el Sol cada día. Definiremos entonces al “Día Sidéreo” como el período de tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos de una estrella por el meridiano del observador. El día sidéreo es, por lo tanto, equivalente a 23 horas y 56 minutos (4 minutos menos que el solar).
• La Luna se retrasará respecto del Sol aproximadamente 48 minutos diarios (tiempo conocido como “retardo lunar”). Esto define al “Día Lunar” (tiempo que transcurre entre dos pasajes de la Luna por el mismo meridiano) en 24 horas y 48 minutos. El retardo lunar (aproximadamente 50 minutos diarios) es el causante del retardo diario en la producción de las mareas, tema que se tratará en profundidad en el último capítulo.

Los valores vistos hasta aquí son solo aproximados y se han redondeado a fin de explicar la idea de manera sencilla.

El concepto Tiempo

Cuando hablamos de tiempo, es preciso distinguir dos aspectos bien distintos: instante e intervalo. Cuando nos referimos al “instante”, estamos dando cuenta de la fecha exacta en que ocurrió un determinado evento (por ejemplo día y hora en que aconteció un nacimiento); mientras que, cuando hablamos de “intervalo”, lo hacemos para señalar el tiempo que transcurrió entre dos instantes (tiempo transcurrido entre la fecha del nacimiento y la fecha
actual: edad). Como ya dijimos, la unidad “Día” depende de la rotación terrestre, mientras que el “Año” depende del movimiento de traslación. El “Mes” se encuentra relacionado con el movimiento de traslación de la Luna alrededor de la Tierra, mientras que la semana guarda relación directa con la cantidad de días que tarda la Luna en completar cada una de sus fases. El día se divide en 24 horas, cada una de las cuales se compone de 60 minutos, y estos a su vez se subdividen en 60 segundos cada uno. Estas últimas unidades (hora, minuto y segundo) son arbitrarias, ya que no guardan relación alguna con fenómenos astronómicos.

Continua en: Tiempo Solar Verdadero y Tiempo Solar Medio (Clase 31)

Darío G. Fernández
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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Primeras experiencias en el desvío del compás (Clase 29)

Viene de Historia del Compás y Los inicios de la declinación magnética (Clase 28)

Los primeros experimentos tendientes a investigar si la causa de los desvíos a que se veía expuesta la aguja náutica eran producto de la acción de los hierros del buque, los realizó el capitán Flinders por encargo del Almirantazgo Británico entre los años 1801 y 1803. En sus trabajos pudo

comprobar que distintas demoras tomadas a puntos de la costa tenían una diferencia cercana a los 10o cuando navegaba en direcciones Este-Oeste, y eran prácticamente nulas cuando dirigía su proa al Norte o al Sur. Determinó además que dichas demoras eran diferentes cuando trasladaba la aguja de un sector a otro del buque.

El capitán Flinders, al publicar sus estudios, llegó a la conclusión de que el desvío del compás era máximo para rumbos Este-Oeste, mínimo para rumbos Norte-Sur y navegando a rumbos intermedios era proporcional al seno de dicho rumbo. Concluyó también que el desvío guarda estrecha relación con la “inclinación magnética” del lugar.

Posteriormente y a partir de las investigaciones de Flinders, el Almirantazgo inglés encargó al Capitán Scoresby nuevos trabajos. Este último, luego de algunos viajes, publicó en 1819 en el Boletín de la Royal Society de Londres el resultado de lo obtenido. En éste deja sentado nuevos principios mucho más acertados que los anteriores.

La conclusión más importante a la que arriba es que el desvío no sólo se hace mayor cuando aumenta la intensidad del campo magnético del buque, sino que se incrementa cuando disminuye la intensidad del magnetismo terrestre, lo que explica en parte que el desvío varíe con la posición geográfica.

Cuando en 1820 se le encarga a Barlow continuar con sus investigaciones, éste informa que los compases magnéticos concebidos hasta la fecha eran “objetos inútiles” a los que “proponía destruir”. A tal efecto diseña un nuevo modelo de aguja náutica con cuatro imanes de acero dispuestos debajo de la rosa de los vientos. Este nuevo compás, al que se le dio el título de “British Admiralty”, fue considerado

el mejor de todos los tiempos hasta que se vio superado en 1878 por la creación de Sir William Thompson. Las teorías y ecuaciones matemáticas de los desvíos fueron desarrolladas por los sabios Poisson y Archibald Smith. Este último introdujo en las fórmulas los efectos del “magnetismo permanente”, que es aquel que adquiere el buque cuando permanece por un período prolongado en una misma posición durante su construcción. Formula además la ecuación del “magnetismo inducido”, que es el que adopta el buque por la influencia del magnetismo terrestre, según los rumbos a los que éste navega.

Las “Fórmulas de Smith”, reducidas a tablas, junto con un compendio de instrucciones para la determinación de los desvíos y su compensación, fueron publicadas en 1851 por orden del Almirantazgo. A partir de entonces se pudo tener una idea bastante clara acerca de los magnetismos a bordo de un buque, a los que se clasificó en 3 clases: constante, semicircular y cuadrantal.

Scoresby, mientras tanto, continuaba con sus investigaciones a bordo del Royal Charter. Los resultados obtenidos por el gran investigador fueron publicados en 1857 poco después de su muerte. Algunas de sus conclusiones:

1. El magnetismo de los buques se encuentra sujeto a leyes precisas.

2. En todos los buques, durante su construcción, se desarrolla un estado magnético definitivo” que, si bien puede modificarse, nunca desaparece.

3. El magnetismo que pierde, luego de su botadura, sólo varía en intensidad y dirección, de manera lenta y gradualmente.

4. Los desvíos causados por el magnetismo permanente pueden ser perfectamente compensados.

Posteriormente, tanto Poisson como Archibal Smith, encontraron las formulaciones matemáticas para calcular el “desvío de escora” (del que hemos hablado anteriormente), concluyendo en 1862 con la importante publicación Admiralty Manual for the Deviations of the Compass, que incluía una serie de métodos más sencillos para el cálculo y la corrección de los desvíos del compás.

La Royal Society recompensó a Archibald con la medalla de oro. A partir de entonces, el análisis de las causas de los desvíos y los métodos de compensación dejaron de ser patrimonio de unos pocos y comenzaron a formar parte de los conocimientos generales de todos los hombres de mar.

Continua en: El tiempo (Clase 30)

Darío G. Fernández
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