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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

El Sistema AIS (Automatic Identification System) (Clase 72)

Viene de: El Radar (Capitulo 71)

El sistema AIS es un sistema de difusión para buques que funciona en la banda marítima de VHF y puede procesar y proporcionar una enorme cantidad de informes, respecto de los buques que se encuentran navegando, y actualizándolos con una velocidad de hasta dos segundos.

El sistema permite que aparezca una marca, sobre una carta electrónica, de cada barco que se encuentra al alcance de la radio VHF, y puede a su vez indicar el rumbo y la velocidad de cada uno de ellos. El operador del equipo puede hacer “click” en cualquiera de las marcas, y el sistema brinda una enorme cantidad de información del barco seleccionado, como por ejemplo: nombre del barco, procedencia, destino, rumbo, velocidad, indicativo, número de registro, etc. Puede además disponerse de información adicional sobre maniobras, punto de acercamiento más próximo antes de entrar en colisión, tiempo restante para llegar a dicho punto, alarmas de proximidad, y todo ello con mayor precisión y detalle del que proporcionaría un radar convencional.

Al obtener toda esta información, el capitán de la embarcación puede contactarse por VHF con el buque directamente por su nombre, y también se pueden enviar y recibir mensajes por email.

El AIS fue aprobado por la Organización Marítima Internacional en el año 2002 con un calendario de implementación según las características de cada buque en particular, comenzando el 31 de diciembre de 2004. El AIS de tipo estándar es obligatorio para los buques sometidos al Convenio SOLAS con las siguientes características:

• Buques con arqueo bruto superior a 500 Gigatoneladas.

• Buques en viaje internacional con arqueo bruto superior a 300 Gigatoneladas.

• Todos los buques de pasaje, independientemente de su tamaño.

En la actualidad ya se han desarrollados equipos AIS de bajo costo para embarcaciones deportivas, aunque no es obligatorio su uso.

Para los más curiosos

En la actualidad, cuando se habla de navegación electrónica, se hace referencia casi con exclusividad al sistema GPS que, como dijimos, basa su funcionamiento en el principio de la triangulación. Este principio, en realidad, comenzó a usarse muchos años antes por sistemas de posicionamiento basados en la recepción de señales de radio emitidas desde estaciones terrestres o marítimas, fijas o móviles (radiofaros marítimos, estaciones de radiodifusión, radiobalizas de socorro, etc.) y que permitían obtener la posición de un barco en el mar.

Fue durante la Segunda Guerra Mundial que se desarrollaron rápidamente sistemas como el Radiogoniómetro, el Loran y el Decca, que requerían de complejas instalaciones terrestres interconectadas entre sí. Estos sistemas se basaban en la transmisión de las ya mencionadas “ondas de radio”. El primero de todos ellos en utilizarse de manera generalizada fue el Radiogoniómetro.

Algunos años más tarde, en 1959, el lanzamiento del satélite espacial estadounidense Vanguard demostró claramente que la utilización de señales de radio enviadas desde el espacio era sensiblemente más eficiente para situarse en el mar que las antiguas ondas de radio transmitidas desde Tierra. Las interferencias atmosféricas y la propia curvatura terrestre, que hasta entonces generaban ciertas dificultades y errores en el posicionamiento, ya no serían un inconveniente serio si se lograba colocar transmisores en el espacio que emitiesen señales codificadas a la Tierra de manera permanente. Por otra parte, este sistema lograría cubrir extensiones mucho mayores que las utilizadas hasta entonces, ya que sistemas como el Loran eran solamente operativos en el Hemisferio Norte. El precursor del GPS que hoy todos conocemos fue el sistema implementado por la NASA en el año 1965, conocido como “TRANSIT”.

El sistema Transit contaba con seis satélites que orbitaban a muy baja altura en zonas polares, razón por la cual su disponibilidad operativa no era permanente, y las tropas que utilizaban este servicio debían esperar algunas horas a que la posición de los satélites resultase favorable para obtener su situación geográfica, siendo el error típico del sistema cercano a los 250 metros.

Paralelamente, y por razones obvias, el gobierno Soviético había logrado desarrollar un sistema denominado “TSICADA”, de similares características al americano. Esto obligó al Departamento de Defensa de los Estados Unidos a desarrollar el proyecto que concluiría con el Global Positioning System (GPS) que hoy todos conocemos.

El proyecto preveía la puesta en órbita de 24 satélites capaces de brindar cobertura permanente y global (en todo el planeta). La empresa ganadora de la licitación fue la Rockwell, a la cual se le encomendó la construcción de 28 satélites, dotados cada uno de un reloj atómico. El primero de dichos satélites fue puesto en órbita en el año 1978, quedando operativo todo el sistema en el año 1983, exclusivamente con fines militares.

En el año 1984, un avión civil de la Korean Airlines fue derribado por la Unión Soviética cuando este, por error, invadió su espacio aéreo. Esto motivó al gobierno del entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, a liberar el sistema de posicionamiento global al uso civil, aunque impuso ciertas restricciones en la precisión de los aparatos receptores, a fin de que el error de posicionamiento fuese mayor que el utilizado con fines militares. Por entonces, un GPS civil podía establecer la posición de un usuario con una precisión de hasta 20 metros.

A partir de la denominada “Guerra del Golfo”, en el año 1991, se puso en marcha el sistema denominado “GPS Diferencial”, que permitía lograr una exactitud en la situación de menos de 3 metros, aunque solo disponible con fines militares. Recién en el año 2000 el presidente Bill Clinton ordenó eliminar el error introducido en los relojes atómicos de los satélites, permitiendo su utilización sin restricciones al uso civil, lo cual desató un boom de crecimiento en la comercialización de dispositivos GPS en todo el planeta. En la actualidad, los equipos GPS se han incorporado tanto a las computadoras personales como a los teléfonos celulares, extendiéndose su utilización no solo a la navegación aérea y marítima, sino también al transporte terrestre.

Paralelamente al desarrollo de los sistemas de posicionamiento, las ondas de radio fueron útiles para coronar la invención de otro dispositivo sumamente útil en navegación: el Radar.

Los primeros experimentos con ondas de radio se deben al célebre físico alemán Heinrich Hertz, quien determinó que dichas ondas podían ser transmitidas y reflejadas por diferentes materiales, desarrollando además un método para medir su velocidad.

En realidad, todos los autores coinciden en atribuirle la invención del primer dispositivo de Radar al científico alemán Christian Hülsmeyer, quien en el año 1904 patentó su “Teleobiloscopio”. Este artefacto era capaz de detectar ecos provenientes de objetos a unos 4 kilómetros de distancia, utilizando los principios de las ondas electromagnéticas, enunciadas teóricamente por Maxwell y puestos en práctica por el mencionado Hertz.

El Teleobiloscopio fue ofrecido al uso marítimo, fundamentalmente después del hundimiento del Titanic, pero no generó el interés esperado y cayó en el olvido. Algunos años más tarde, los científicos británicos Appleton y Barnett y los norteamericanos Breit y Tuye, lograron medir la ionósfera terrestre utilizando un transmisor de ondas de radio.

La tecnología en la medición de distancias a través de ondas de radio se inició en Alemania en 1933, año en el que Hitler toma el poder, mientras que en 1934 los rusos logran por primera vez detectar aviones en un rango de 70 kilómetros. Pero es recién en el año 1935 que el sistema de Radar toma un impulso definitivo gracias a Sir Robert Watson Watt (físico y director del Laboratorio de Investigación de Radio), quien llevó a cabo el experimento “Daventry”. En dicho experimento, Watt demostró con éxito la detección de un avión por medio de un equipo de radio, a partir del cual se ordenó desarrollar un sistema de radar completo.

Este fue el puntapié inicial para la construcción de la primera red de radares llamada “Chain Home”, la que estuvo operativa a partir del año 1937 y cuya finalidad era la detección de aviones enemigos.

En realidad, el desarrollo del sistema de Radar de Watson Watt fue puramente accidental. En los días previos a la II Guerra Mundial, Robert Watson Watt y su ayudante, el físico Arnold Wilkins, se encontraban a cargo de la investigación de una nueva arma que sería utilizada en la guerra: el “rayo de la muerte”. La idea original de Watt era emitir una onda que permitiera elevar la temperatura de la cabina del piloto atacante a 41° C para dejarle incapacitado, algo que el propio Wilkins descartó por completo luego de efectuar numerosos cálculos. A pesar del fracaso, el hecho de que el rayo de la muerte no fuera posible, atrajo la idea de poder utilizar el principio para detectar aviones, a partir de lo cual se suscitaron una serie de hechos que culminaron con la invención del radar.

Otro campo en donde la electrónica aplicada a la navegación tuvo enorme importancia es el de las comunicaciones. Y es también en esa área, en la que el descubrimiento de las ondas electromagnéticas efectuado por el ya mencionado Heirnich Hertz fue de vital importancia. No obstante, la idea de utilizar ondas para transmitir mensajes entre dos puntos distantes entre sí no era nueva. Por entonces ya se utilizaba un dispositivo conocido como “heliógrafo”, que permitía transmitir mensajes a partir de un haz lumínico que se interrumpía obturando la fuente de luz, a fin de producir señales utilizando el código Morse. Es claro que las propiedades de las ondas de radio superarían ampliamente a las de la luz con el objeto de enviar mensajes, ya que a pesar de sufrir atenuaciones, éstas pueden ser fácilmente detectadas y amplificadas y tienen la facultad de propagarse a través de enormes distancias, cosa imposible de lograr a partir de rayos lumínicos. Pero para que su utilización fuese posible, hubo que esperar varios años hasta la evolución de la electrónica, ciencia a partir de la cual las radiocomunicaciones han crecido de manera simultánea.

Uno de los elementos clave en todas las transmisiones por radio fue la antena, y fueron varios los científicos que hicieron sus aportes en esa área. El mismo Hertz utilizaba un aro, muy similar a las antenas circulares de los radiogoniómetros, para detectar la radiación electromagnética en sus experimentos. En el año 1879, el científico David Edward Hughes pudo comprobar que su antena detectaba señales de radio procedentes de un dispositivo emisor de chispas, que había ubicado a unos cien metros de distancia.

Años más tarde, el físico inglés Oliver Joseph Lodge, perfeccionó el método creado por Hughes y diseñó un dispositivo al que denominó “cohesor” que detectaba mucho mejor las ondas de radio que el creado por Hughes.

En el año 1896, el célebre Guglielmo Marconi, consigue mejorar y perfeccionar el cohesor, al iniciar sus experiencias conectándolo con osciladores de chispas y antenas rudimentarias. Ese mismo año logra transmitir señales desde una distancia de 1.600 metros, lo que le posibilita conseguir su primera patente inglesa. Un año después, en 1897, logra establecer una comunicación desde la costa con un barco en alta mar a unos 30 kilómetros de distancia de la base transmisora, mientras que en el 1899 establece la primera comunicación comercial entre Inglaterra y Francia.

A partir de principios del siglo XX (1901 – 1902) ya había logrado efectuar con éxito comunicaciones permanentes de un lado a otro del Atlántico, y eran frecuentes las transmisiones entre buques y estaciones en la costa. Esto le valió el Premio Nobel de Física en el año 1909.

A partir de allí fueron perfeccionándose las comunicaciones, introduciéndose mejoras técnicas tanto en las antenas como en los transmisores y receptores, siendo el punto de inflexión más importante en el avance de las radiocomunicaciones el descubrimiento efectuado por el inglés John Fleming, a partir del invento de Thomas Alba Edison: la válvula electrónica.

La válvula electrónica fue sin dudas el gran descubrimiento de la época, y su construcción ha ido paulatinamente desarrollándose a medida que se utilizaba con distintos fines (osciladores, amplificadores, etc.), logrando mejorar enormemente la calidad en las comunicaciones. A mediados del siglo XX se produce el hito que revolucionaría definitivamente la electrónica, y con ella las radiocomunicaciones: el descubrimiento de los semiconductores (transistores). Su invención ha sido de vital importancia para lograr equipos mucho más pequeños, livianos y transportables, además de reducir enormemente los consumos de energía eléctrica.

De allí hasta nuestros días, la evolución en los sistemas de comunicación ha sido vertiginosa.

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

El Radar (Clase 71)

Viene de: Los Sistemas de Posicionamiento (Clase 70)

El término “Radar” proviene del acrónimo inglés Radio Detection and Ranging (detección y medición de distancias por radio). Los dispositivos de Radar se utilizan fundamentalmente para medir distancias, direcciones y velocidades de cualquier objeto, tanto sea estático como móvil (barcos, aviones, vehículos terrestres, etc.).

El Radar basa su principio de funcionamiento en la medición del tiempo que tarda la emisión de un pulso de radio en rebotar en el objetivo y regresar nuevamente al emisor. Para ello se vale de dos sencillos fenómenos físicos: el Eco y el Efecto Doppler.

Eco: Del mismo modo que si fuese un sonido, una onda electromagnética que se propaga por el aire y choca contra un objeto hace que una parte de su energía sea absorbida y que otra parte rebote hacia la fuente emisora. El tiempo que tarda en regresar al emisor y las características de la señal reflejada sirven al radar para calcular la posición, distancia y velocidad del objeto detectado.

Efecto doppler: El efecto doppler consiste en la aparente variación de frecuencia de una onda cuando el emisor de la misma se encuentra en movimiento respecto de quien la recibe. Cuando el emisor de dicha onda electromagnética se mueve acercándose al receptor, la frecuencia de la onda recibida será mayor que la frecuencia emitida. Si por el contrario, la fuente de ondas se mueve en dirección contraria (alejándose) del receptor, la frecuencia recibida será proporcionalmente menor. El ejemplo característico es el del sonido del motor de un auto que cruza por delante de nosotros: Al aproximarse, el sonido se hace más agudo (aumenta la frecuencia); mientras que cuando se aleja, se hace más grave (disminuye la frecuencia).

Las ondas electromagnéticas normalmente viajan a través del espacio en línea recta y a velocidad constante, más precisamente a la velocidad de la luz (300.000 kilómetros por segundo). Dichas ondas se reflejan sobre superficies conductoras; por lo tanto, si las ondas reflejadas retornan al punto de emisión de las ondas, se puede establecer que han encontrado algún obstáculo en su trayectoria de propagación.

Principio de funcionamiento

La antena de radar emite una señal de radio, generada por un transmisor de alta potencia. Dicha señal choca contra un blanco u objeto, el cual la refleja y es captada por un receptor altamente sensible. La onda reflejada captada por la antena se denomina “eco”.

La figura 193 muestra el esquema de funcionamiento básico de un radar y sus partes componentes:

Transmisor: Es el encargado de generar los impulsos de radiofrecuencia de alta potencia para que la antena radie al espacio.

Duplexor: Su función es la de alternar la utilización de la antena entre el transmisor y el receptor, de modo que solo sea necesaria una única antena para el funcionamiento del sistema. Este switching es imprescindible para evitar que la alta potencia de los pulsos generados por el transmisor dañe a la unidad receptora.

Receptor: Demodula y amplifica las señales de radiofrecuencia captadas por la antena y las convierte en señales de video para enviar a la pantalla.

Antena: Tiene una doble función. Una de ellas es la de convertir la energía eléctrica generada por el transmisor en ondas electromagnéticas y luego radiarlas al espacio. La otra se vincula al proceso inverso, es decir a captar las ondas reflejadas (ecos) y enviarlas al receptor para luego ser presentadas en la pantalla.

Pantalla: Presenta al usuario una interfaz visual fácilmente comprensible de los 360o del horizonte y de la posición de los blancos detectados por el radar.

Si bien son muchas las utilidades que puede ofrecer un radar, las dos funciones primordiales con que cuenta son las siguientes:

Determinación de la distancia a un blanco: La distancia a un objeto cualquiera se establece utilizando como referencia el tiempo que tarda la señal de radiofrecuencia emitida en chocar contra el objeto y regresar al receptor. Dado que la velocidad a la que se desplaza la onda es conocida (velocidad de la luz), la distancia al objeto en cuestión es fácilmente deducible aplicando la fórmula:

D = Co  x T/2

Donde:

• “D“ es la distancia al blanco a medir.

• “C0“ es la velocidad de la luz o constante de propagación.

• “T“ es el tiempo que tarda la señal en viajar desde el radar y regresar al receptor.

Debido a que la señal de radiofrecuencia viaja hasta el objeto y tiene que regresar, el tiempo medido es el doble que tarda en llegar al mismo. Por esa razón, el valor de “T” se divide por dos en la fórmula para que el cálculo sea correcto.

Determinación de la demora o marcación a un blanco: El radar puede determinar con máxima precisión el ángulo formado entre la dirección al objetivo y la línea proa-popa de la embarcación (Marcación), así como también permite establecer el ángulo formado entre la dirección al objeto y el punto cardinal Norte (Demora). En ambos casos utiliza la direccionalidad de la antena como referencia, es decir midiendo la dirección en la que la antena apunta cuando recibe el eco.

A los efectos de determinar la “Marcación”, el radar no necesita de información adicional, ya que solo se requiere medir el ángulo entre el objeto y la línea de crujía, habiendo establecido esta última al momento de la instalación de la antena.

Para establecer la “Demora”, en cambio, el radar requiere la información precisa del punto cardinal Norte. Para ello, los sistemas modernos llevan a cabo esta tarea por medio de una conexión externa (interfaz) a alguno de los sistemas GPS de la embarcación.

Operación del radar

La operación básica del radar resulta relativamente sencilla y no presenta demasiados inconvenientes. Describiremos a continuación algunos de los controles con los que cuenta un radar convencional (Fig. 194):

• encendido (Power): Tecla para encender/apagar el equipo. Dado que el sistema tarda en comenzar a estar operático, y debido a que el mayor consumo lo produce la antena giratoria, la mayoría de los radares cuenta con la función “Stand by” que permite mantener el radar encendido pero con la antena inmóvil, a fin de reducir el consumo eléctrico.

• Ganancia (Gain): Ajusta la sensibilidad del receptor a fin de que regular la intensidad de los ecos presentados en la pantalla. El mismo debe ser calibrado de modo tal de lograr que se vean los ecos de objetos reales en la pantalla con la debida nitidez, pero evitando ecos falsos y ruido producto de olas e interferencias. Un ajuste muy bajo provocará la pérdida de ecos reales, mientras que un ajuste excesivo producirá un enmascaramiento de los ecos verdaderos entre imágenes de rebotes no deseados. Los radares modernos cuentan con ajuste automático de ganancia.

• Brillo: regula la intensidad de iluminación de la pantalla.

• Contraste: El control de contraste actúa de modo similar al de un televisor o monitor convencional, atenuando o aumentando la diferencia entre blancos y negros.

• Sea Clutter: En condiciones de mar con olas de importancia, las mismas provocarán el rebote de las ondas de radio, generando ecos no deseados en la pantalla del radar. Para disminuir este efecto, el control “Sea Clutter” actúa atenuando la ganancia en las proximidades del buque en forma gradual (cuanto más cerca del buque, mayor será la atenuación). De esta forma se reducen los indeseados “retornos de mar”. Un ajuste excesivo de este control puede provocar la desaparición de ecos reales en las cercanías de la embarcación.

• rain Clutter: Este control permite reducir la sensibilidad del receptor en aquellas zonas donde detecta lluvias excesivas. Un exceso en el ajuste del mismo puede provocar, al igual que el caso anterior, pérdida de recepción de ecos reales.

• eBL – electronic Bearing Line (Línea de dirección electrónica) (Fig. 195): Esta función permite generar una línea desde el centro de la pantalla (posición del barco) hasta la periferia. Dicha línea puede ser movida barriendo la pantalla hacia la derecha o izquierda por medio del “control del cursor”. Deteniendo la línea en un eco determinado, se puede medir el ángulo formado entre dicho eco y la proa (marcación) o bien respecto del Norte (demora). El radar de la figura No 194 permite trazar dos EBL simultáneamente.

• VrM – Variable range Marker (Anillo de distancia Variable) (Fig. 196).: El VRM es un anillo circular, con centro en la posición del buque, cuyo diámetro puede ser ajustado por medio del “control del cursor”. Ampliando o disminuyendo el anillo hasta hacerlo coincidir con cualquier blanco en la pantalla, puede medirse la distancia al mismo. El modelo de la figura 194 permite abrir hasta dos anillos en forma simultánea.

• rango: Los controles de rango permiten aumentar o disminuir la escala de la pantalla del radar, de manera tal de definir la distancia al anillo exterior de la misma. Los valores usuales son 0.25, 0.5, 0.75, 1.5, 3, 6, 12 y 24 millas náuticas.

La pantalla puede configurarse según dos presentaciones básicas que son “Proa Arriba” o “Norte Arriba”. Cuando se establece la configuración “Proa Arriba” la línea que sale del centro de la pantalla hacia arriba establece la dirección de la proa de la embarcación, y la misma permanece fija. De este modo, la presentación es la más real en cuanto a la posición que el barco adopta en relación al horizonte. Los objetos y las direcciones a los mismos estarán referidos a dicha línea (marcaciones).

Si el operador ha establecido el radar en modo “Norte Arriba”, la pantalla se orientará con el punto cardinal Norte en la parte superior. La línea proa-popa ya no permanece fija sino que se moverá siguiendo los cambios de rumbo del buque, y las direcciones a los ecos estarán referenciadas respecto del Norte (demoras).

Existe una tercera configuración denominada “Rumbo Arriba”, que como su nombre lo indica, presenta la línea del rumbo verdadero en la parte superior, aunque no es muy utilizada.

Los radares modernos permiten una amplísima variedad de funciones adicionales no tratadas en este volumen por cuestiones de espacio. Los de última generación permiten incluso superponer imágenes de radar con las cartas vectoriales de la zona en pantallas LCD a todo color.

Continúa en: El Sistema AIS (Automatic Identification System) (Clase 72)

Darío G. Fernández
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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Los Sistemas de Posicionamiento (Clase 70)

Viene de: Código Morse, Código Q y Llamadas de seguridad (Capitulo 69)

Tanto aquellos primitivos sistemas de posicionamiento, al igual que los modernos dispositivos satelitales (GPS), utilizan para su funcionamiento el principio matemático de la triangulación. Dicho principio establece que, conociendo la distancia que separa a una embarcación de tres puntos de situación conocida, se puede determinar con precisión la posición de dicha embarcación. Para ello, solo bastará con trazar tres circunferencias, con centro en cada uno de los puntos y cuyos radios se correspondan con las respectivas distancias. Cada circunferencia representará a todos aquellos observadores que se encuentran a la misma distancia de cada uno de los puntos. De la intersección de las tres circunferencias resultará la posición del barco en cuestión. Para ejemplificarlo, supongamos encontrarnos situados en una posición desconocida a una distancia de 8 millas náuticas del punto “A”, 10 millas náuticas del punto “B” y a 14 millas náuticas del punto “C”, los tres de situación conocida. Trazando las respectivas circunferencias a cada uno de los puntos, con radio igual a cada una de las distancias, el resultado será como el que se aprecia en la figura 188.

Si contamos con un dispositivo capaz de calcular por sí mismo la distancia que nos separa de “A“, “B“ y “C“, entonces sí sería posible ubicar nuestra posición. Es en ese principio en el que se basa, precisamente, el funcionamiento de los receptores GPS.

Global Positioning System

El Sistema de Posicionamiento Global, por todos conocido como GPS (Global Positioning System) que, como dijimos anteriormente, basa su funcionamiento en el principio de la triangulación, consta de tres partes bien definidas: los satélites, el equipo receptor y el control terrestre.

El sistema se compone de 24 satélites que recorren su órbita a razón de dos vueltas cada 24 horas. distribuidos en seis órbitas polares diferentes, situadas a poco más de 20.000 kilómetros de la Tierra.

Cada uno de dichos satélites mide aproximadamente 5 metros de largo y tiene un peso cercano a los 900 kilogramos. Los satélites se alimentan de dos paneles solares que generan la energía necesaria para su funcionamiento, y se encuentran equipados con un potente transmisor de señales codificadas de alta frecuencia, un moderno sistema de computación y un reloj atómico indispensable para su funcionamiento.

La posición que ocupan los satélites en cada una de sus órbitas hace que cada receptor pueda recibir en forma permanente al menos 6 de ellos, sea cual fuere la posición en la que se encuentre. La precisión en la localización será mayor cuanto mayor sea la cantidad de señales que recepcione.

A su vez, cada receptor detecta y decodifica las señales emitidas por los satélites para determinar las coordenadas geográficas en las que se encuentra.

Como dijimos anteriormente, una parte importante del sistema es el control terrestre. El mismo se ocupa del monitoreo y control de los satélites que conforman el sistema y se lleva a cabo desde diferentes estaciones terrestres situadas alrededor del mundo, que rastrean cada trayectoria orbital e introducen las correcciones necesarias a las señales de radio que transmiten hacia la Tierra. Dichas correcciones mejoran la exactitud del funcionamiento y la precisión del sistema.

Principio de funcionamiento

El principio básico de funcionamiento de cualquier receptor de GPS, se basa en la determinación de la distancia a la que el equipo se encuentra de cada uno de los satélites. De esta manera, el receptor está en condiciones de trazar una circunferencia en la Tierra, que contiene a todos los observadores que se encontrarán a la misma distancia del satélite en cuestión (línea de posición). (Fig. 189)

A partir de lo visto anteriormente y por el principio de la triangulación (Fig. 190), una vez detectados tres satélites, el receptor generará 3 circunferencias que se intersectarán en un punto, determinando así la posición del observador.

Para la determinación de la distancia entre el receptor y el satélite, el sistema emplea un método muy simple. Las ondas de radio emitidas por el satélite en cuestión viajan a la velocidad de la luz (300 mil kilómetros por segundo). De este modo, es posible calcular la distancia existente entre un transmisor y un receptor si se conoce el tiempo que demora la señal en viajar desde un punto hasta el otro, aplicando la conocida fórmula:

D =V x T

La misma expresa que la distancia entre dos puntos (el satélite y el receptor) es igual al producto entre la velocidad de la onda (300.000 km/s) por el tiempo que tarde en llegar del satélite al equipo GPS. Para calcular el momento a partir del cual el satélite emite la señal y el receptor GPS la capta, es preciso que ambos relojes (el del satélite y el del receptor) se encuentren perfectamente sincronizados. El satélite utiliza un reloj atómico de cesio de altísima precisión, pero el receptor cuenta con uno normal debido al altísimo costo que implicaría dotar a un GPS de un reloj atómico (algo totalmente imposible en la práctica). Para sincronizar ambos relojes, el satélite emite una señal digital junto con la señal de radiofrecuencia a intervalos regulares. Esa señal de control llega siempre al GPS algo más retrasada que la señal de radiofrecuencia. El retraso entre ambas señales es igual al tiempo que demora la señal de radiofrecuencia en viajar del satélite al receptor. La distancia que existe entre cada satélite y cada receptor la calcula el propio dispositivo GPS, realizando múltiples operaciones matemáticas. Para determinar la distancia existente entre el satélite y el receptor, este último multiplica el tiempo de retraso de la señal de control por el valor de la velocidad de la luz. Si la señal ha viajado en línea recta, sin que la haya afectado ninguna interferencia por el camino, el resultado matemático será la distancia exacta que media entre el satélite y el dispositivo GPS. Para determinar la posición exacta de un observador cualquiera situado sobre la esfera terrestre, el receptor GPS tiene que localizar por lo menos 3 satélites que le sirvan de puntos de referencia, a fin de cumplir con el principio de la triangulación visto con anterioridad. En realidad eso no presenta mayores inconvenientes, ya que normalmente siempre hay 8 satélites dentro del “campo visual” de cualquier receptor GPS.

De este modo, generará tres círculos o “esferas virtuales” que le permitirán determinar el punto exacto donde éstas se intersectan, es decir la posición geográfica del observador.

Para determinar el lugar exacto de la órbita donde deberían encontrarse cada uno de los satélites, el receptor viene provisto de un almanaque electrónico en su memoria que contiene dichos datos. Los resultados de los cálculos los complementa después con la información adicional que recibe también del satélite, lo que permite mostrar la posición con mayor exactitud.

Inicialmente, los dispositivos GPS solo contaban con la posibilidad de brindar al usuario los datos de las coordenadas geográficas en las que este se hallaba. Posteriormente, y a medida que los equipos se fueron perfeccionando, ya fue posible cargarles los datos de las coordenadas de un punto al que se quisiese navegar, y el sistema informaba al navegante la dirección (rumbo) a seguir y distancia a recorrer para arribar al mismo. Más tarde ya, fue posible almacenar las coordenadas de varios puntos en la memoria del equipo, junto con un nombre identificativo de cada lugar al que se pretendiese navegar. Cada punto, con su nombre y sus coordenadas, recibe el nombre de “waypoint”. Los modernos equipos ya permiten guardar más de 1000 waypoints junto con otros datos adicionales, tales como símbolos, descripciones, etc. En caso de que se pretenda navegar uniendo varios waypoints sucesivamente, y a los efectos de facilitar la tarea del navegante, los dispositivos actuales permiten además almacenar una seguidilla de dichos waypoints, en el orden que se prefiera, creando así lo que se conoce como “ruta” (route). Al navegar por una ruta determinada, el equipo indicará la dirección a seguir desde la posición inicial hasta el waypoint siguiente. Una vez arribado al mismo, el GPS lo detectará y automáticamente navegará hasta el próximo waypoint.

En la actualidad, la mayoría de los receptores GPS brindan la posibilidad de almacenar en memoria la información digitalizada de cartas náuticas (vectoriales), así como también mapas terrestres, planos de calles de ciudades, red de carreteras y otras prestaciones que puede mostrar gráficamente en su pantalla con un altísimo nivel de detalle.

El Antiguo Radiogoniómetro

El radiogoniómetro, el radiofaro direccional, las radio balizas y otros sistemas de posicionamiento, basados en la transmisión o recepción de ondas de radio, fueron desarrollados fuertemente durante la Segunda Guerra Mundial.

El radiogoniómetro fue el primero que se utilizó de forma generalizada como ayuda a la navegación y, al igual que los demás sistemas de posicionamiento, se basa en el principio de la triangulación.

La radiogoniometría, a diferencia del sistema de posicionamiento satelital (GPS) que basa su funcionamiento calculando “Distancias”, lo hace tomando “Demoras” (en Argentina “Marcaciones”) a radiofaros situados en determinadas posiciones geográficas conocidas.

Su funcionamiento básico consiste en un receptor convencional de ondas de radio, provisto con una antena orientable, que permite no sólo recibir las señales de radio emitidas desde tierra desde algún radiofaro, sino también determinar la dirección del lugar de donde provienen. La antena se halla instalada en un eje vertical y colocada a determinada altura en el exterior. La colocación de la antena en dicho eje permite rotarla hacia un lado o hacia el otro, para poder captar las señales provenientes de las estaciones terrestres del mejor modo posible.

Las antenas utilizadas por los Radiogoniómetros son del tipo circular o tipo cuadro (Fig. 191). Debido a esta forma particular, las antenas reciben con mayor intensidad desde dos direcciones opuestas, cuando la misma se halla en línea con la fuente emisora, y con mínima cuando el plano de la antena se encuentra en posición perpendicular al emisor (Fig. 192). Si bien no son fáciles de determinar los puntos de máxima intensidad, los de mínima sí lo son.

La forma práctica de determinar la dirección desde donde proviene la señal es muy simple: Supongamos que con nuestra radio hogareña queremos escuchar determinada emisora. Para ello será preciso conocer la frecuencia en la que opera esa emisora. Acto seguido moveremos el dial hasta encontrarla. Una vez sintonizada la emisora en cuestión, si giramos nuestro equipo de radio sobre los 360o de su base, notaremos que hay dos puntos en los que se logrará máxima recepción y dos puntos en los que obtendremos la mínima recepción. Pues bien, del mismo modo funciona el radiogoniómetro. Conociendo la frecuencia en la que opera un radiofaro, una radiobaliza o cualquier otra radioayuda a la navegación, se gira el dial del equipo hasta sintonizar la frecuencia de emisión del mismo. Cabe aclarar que existen publicaciones conteniendo las localizaciones geográficas y las frecuencias de los radiofaros, radiobalizas y otras ayudas a la navegación. Acto seguido, hacemos girar la antena hasta que la señal se reciba lo más fuertemente posible. En ese momento la antena se encontrará alineada a la dirección de donde procede la señal. Para conocer dónde se encuentra ubicada la estación transmisora, se hace girar nuevamente la antena hasta que la señal sea imperceptible. En esta última posición la antena receptora estará posicionada de manera perpendicular al lugar de procedencia de la señal. Si la base donde se encuentra montada la antena tiene (por ejemplo) una flecha o línea de fe dibujada en sentido perpendicular a la antena, y está situado sobre una rosa de los vientos, en el momento que la antena esté orientada hacia el radiofaro (intensidad de recepción nula) sabremos el rumbo o demora hacia dónde está apuntando la antena, siempre y cuando la mencionada rosa de los viento se encuentre perfectamente orientada con los puntos cardinales. Una vez determinado en el receptor el ángulo formado entre la dirección de la antena y el Norte, se traslada a la Carta Náutica, al igual que una demora convencional (ver Capítulo VII – La Navegación Costera). Para determinar la posición de la embarcación, se deberá contar con al menos dos estaciones costeras.

Continúa en: El Radar (Clase 71)
Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Código Morse, Código Q y Llamadas de seguridad (Capitulo 69)

Viene de: Transmisiones en BLU (Clase 68)

Código Morse

Utilizando la función CW del equipo se pueden recibir (RX) transmisiones en Código Morse, y pueden además transmitirse (TX) mediante la adaptación de un interruptor diseñado para tal fin. El código Morse, inventado por Samuel Morse (1791-1872), representa los caracteres a través de “puntos” y “líneas” que correspondes a impulsos eléctricos que producen una señal acústica o luminosa de una cierta duración. Tomando el punto como unidad, este tiempo de duración es de aproximadamente 1/25 seg. Siendo una línea el equivalente en tiempo a tres puntos. Los espacios entre las letras son de tres puntos y 5 puntos entre palabras.

Debido a la evolución tecnológica, el código Morse se encuentra cada vez más en desuso.

Los símbolos utilizados en el Código Morse son los siguientes:

El Código “Q”

El código Q es un código de señales de 3 letras utilizado en radiocomunicaciones. La primera de las tres es siempre la letra “Q“, que proviene del vocablo question (pregunta). Los códigos en el rango “QAA“-“QNZ“ quedan reservados al uso aeronáutico; los del rango “QOA“-“QOZ“ son exclusivos del uso marítimo, y los del rango “QRA“-“QUZ“ para todos los servicios.

Detallamos a continuación algunos de los más utilizados en navegación:

Llamadas de Socorro, de Urgencia y de Seguridad

Existen tres procedimientos debidamente reglamentados para la transmisión de mensajes de seguridad, según la urgencia y naturaleza del llamado:

• Llamada de socorro • Llamada de urgencia • Llamada de seguridad

Llamada de socorro: Se utiliza en aquellos casos en que corre peligro la vida humana o donde es inminente el abandono del barco (ejemplo: buque que se hunde o incendia). Esta señal se inicia con la frase “MAYDAY, MAYDAY, MAYDAY“ (pronunciada “MEDÉ“), seguida de “Aquí (nombre de la embarcación que modula)” repetido 3 veces. Nuevamente “MAYDAY“ y el nombre de la embarcación una sola vez. Acto seguido se darán las indicaciones relativas a la posición del barco, naturaleza del siniestro, tipo de socorro que solicita y algún dato adicional que pueda facilitar la búsqueda (color del casco, color de las velas, etc.)

Esta transmisión tiene absoluta prioridad sobre cualquier otra, y todos los que operen el canal deberán cesar de inmediato cualquier otra transmisión.

De no recibir respuesta, deberá repetirse a intervalos regulares.

Llamada de urgencia: Se utiliza para emitir un mensaje muy urgente respecto a la seguridad de una embarcación o de las personas a bordo (Ejemplo: barco desarbolado o sin gobierno).

Consiste en transmitir la frase “PAN PAN, PAN PAN, PAN PAN“ (pronunciada “PANE PANE“). El procedimiento continúa igual que en el caso anterior.

Esta llamada tiene prioridad absoluta sobre todas las demás transmisiones, salvo la de socorro.

Llamada de seguridad: La llamada de seguridad es utilizada para enviar mensajes urgentes relativos a la seguridad de la navegación (ejemplos: información sobre boyas o contenedores que se encuentran a la deriva, aviso de fenómenos meteorológicos significativos, etc.).

La frase que precederá el cuerpo del mensaje será: “SECURITÉ, SECURITÉ, SECURITÉ“ (pronunciada como se escribe), y continuará igual que las llamadas de urgencia y socorro.

La diferencia reside en que aquí no se solicita auxilio sino que se brinda información. Las estaciones que reciban la señal deberán permanecer a la escucha hasta cerciorarse de que la naturaleza del peligro no les afecta.

La telefonía satelital

La telefonía satelital esta poco a poco reemplazando a los equipos de BLU en navegaciones extensas, debido a la sencillez de su utilización y a su cada vez más bajo costo. Un dispositivo de telefonía satelital es una especie de teléfono móvil que se encuentra conectado directamente a un satélite de telecomunicaciones.

En la actualidad existen ya funcionando varias redes que proveen cobertura global. Algunas de ellas son las Inmarsat, Iridium y Globalstar, entre las más usuales. Los teléfonos satelitales fueron creados especialmente para comunicarse en regiones remotas, allí donde la telefonía fija o celular no puede brindar servicio (regiones montañosas, océanos, vuelos interoceánicos o zonas de recreación alejadas). Suelen inclusive ser de gran ayuda en zonas de desastre donde la infraestructura de la telefonía fija o móvil ha sufrido daños severos (terremotos, inundaciones, etc.) Los teléfonos satelitales vienen provistos de una numeración que incluye un código especial de país.

Los costos de los equipos varían de acuerdo al fabricante y a la red que utilicen; pero se prevé que, en un futuro no muy lejano, el costo del servicio no supere en exceso al de la red móvil terrestre.

Continúa en: Los Sistemas de Posicionamiento (Capitulo 70)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Transmisiones en BLU (Clase 68)

Viene de: Frecuencias de transmisión y Transmisiones en VHF (Clase 67)

Transmisiones en BLU

Como se vio anteriormente, los equipos que operan en HF (altas frecuencias) utilizan el sistema de modulación de amplitud en banda lateral única. Estos equipos tienen un costo muy superior al de un equipo marino de VHF, pero sus prestaciones en cuanto al alcance son muy superiores (Fig. 187).

Power (1): Botón de encendido.

Conector para micrófono (2): Ficha para la conexión del micrófono externo.

Conector para auriculares (3): Ficha para la conexión de auriculares.

Clar (4): Botón de claridad de recepción.

D Lock (5): Esta función se utiliza para desactivar la perilla de sintonía para prevenir cambios accidentales.

Tuning knob (6): Perilla para sintonía. El sistema de sintonía variará según si el equipo en cuestión es del tipo canalero o de banda corrida. En el primero, la perilla de sintonía será una llave selectora que permitirá seleccionar canales ya preestablecidos, mientras que en el segundo el ajuste es lineal.

Fast (7): Este comando selecciona el rango con el que opera la perilla de sintonía.

Mic (10): Permite regular el volumen con el que la otra estación nos copiará.

Mode (11): permite seleccionar el modo de operar:

• SSB o banda marina. • LSB o banda para radioaficionados. • AM o amplitud modulada. • FM o frecuencia modulada. • CW (para telegrafía).

NB (14): Permite atenuar los ruidos generados por el motor.

MOX (15): Al dejar pulsada dicha tecla, se puede transmitir sin necesidad de presionar el PTT (pulsador del micrófono que se utiliza para TX).

Según las características del equipo, podremos encontrar una serie de controles que permiten memorizar y recuperar frecuencias útiles para la transmisión.

Procedimiento Radiotelefónico en BLU

El modo de operar un equipo de BLU es radicalmente distinto al que se utiliza en VHF, ya que no existen canales donde habitualmente operen estaciones. La posibilidad de establecer una comunicación dependerá de las condiciones meteorológicas, de la hora del día y de haber pactado previamente la comunicación con el receptor.

En BLU no existe ninguna frecuencia donde se encuentren a la escucha todas las estaciones, como sí ocurre en VHF. Para iniciar una comunicación deberá encenderse el equipo con la antena izada y elegir la frecuencia deseada girando el dial.

Acto seguido, deberá ajustarse manualmente el sintonizador de la antena o presionar la tecla TUNE, en aquellos equipos que poseen sintonía automática. Básicamente existen dos formas de establecer una comunicación en HF: haciendo una llamada general (CQ) o ingresando a una rueda ya formada.

Para efectuar una llamada general, el procedimiento es el siguiente:

1. Verificar si la frecuencia elegida no está siendo utilizada, interrogando así: “Permiso … LU5CK interroga si la frecuencia se encuentra ocupada”. Repetir esto 3 veces. Si no se obtiene respuesta la frecuencia pasa a ser temporalmente del que solicitó el permiso.

2. “CQ 80 (banda en la que transmito), CQ 80, CQ 80 metros, llamada general en la banda de 80 metros de la estación LU5CK”. Esto se repite 3 veces y sigue “desde (lugar donde me encuentro), que con los muy buenos días queda atenta en la frecuencia y agradece cualquier contestación”.

3. El que contesta responde: “Atención LU5CK, se hace presente a su llamada la estación LU4NC que queda atento en la frecuencia con los muy buenos días”. 4. A partir de aquí se inicia la comunicación, teniendo presente que en cada cambio de debe transmitir “para LU5CK, es LU4NC que le hace entrega”.

Para ingresar a una rueda, el procedimiento es:

1. El que quiere ingresar transmitirá “Permiso” y quedará a la espera.

2. Si no es escuchado volverá a transmitir “Permiso”.

3. Alguno de los miembros de la rueda transmitirá “Adelante permiso” cuando lo crea conveniente.

4. El que solicita el permiso, modulara “Para LU4NC, éste es LU5CK que agradece la bienvenida, da los buenos días y le hace entrega”.

5. La comunicación continuará con el procedimiento anterior.

Para comunicaciones a corta distancia será suficiente trabajar en la banda que va desde los 300 KHz a los 3.000 KHz, o sea frecuencias medias. Para distancias medias y largas será conveniente utilizar la banda que va de los 3.000 KHz a los 30 MHz, o sea frecuencias altas.

El Servicio Móvil Marítimo utiliza las bandas de MF, de HF y de VHF para las comunicaciones marinas. Previo al uso del BLU se utilizaban equipos de amplitud modulada (AM) y aún hoy se utilizan en algunos casos, para lo cual los equipos de BLU se han hecho compatibles con dicho sistema, pudiendo recibir transmisiones en AM con solo oprimir un botón.

Dado que los sistemas de BLU requieren de gran estabilidad de frecuencia, los osciladores con que cuentan utilizan cristales piezoeléctricos para determinar las frecuencias de trabajo. De este modo se eliminan de dichos equipos las “sintonías variables”, pudiendo el operador elegir la frecuencia de trabajo por medio de una llave selectora.

En la mayoría de los casos, la frecuencia de transmisión y la de recepción son las mismas, razón por la cual el operador debe esperar al cese de la transmisión del otro equipo para luego iniciar la propia. Este sistema es denominado “simplex“.

En el sistema “duplex“, las frecuencias de recepción y de transmisión son distintas, por lo que las comunicaciones pueden ser directas tal como se hace con un teléfono común.

Algunas de las frecuencias más importantes para operar en BLU:

• La frecuencia internacional de socorro es 2.182 KHz.

• Las frecuencias 3.023 KHz y 5.680 KHz se utilizan en las operaciones coordinadas de búsqueda y salvamento.

• La frecuencia de 4.125 KHz es designada también para socorro y seguridad, así como para llamada y respuesta.

• Las frecuencias 5.512 KHz y 12. 268KHz son destinadas a consultas médicas las 24 Hs.

En la banda de frecuencias comprendidas entre 4.000 KHz y 23.000 KHz han sido asignadas las siguientes bandas para las comunicaciones marítimas:

Estaciones de barcos

De 1.063 a 4.133 KHz.

De 8.195 a 8.265 KHz. De 12.330 a 12.400 KHz. De 16:460 a 16.530 KHz. De 22.000 a 22.070 KHz.

Estaciones costeras

De 4.368 a 4.438 KHz.

De 8.745 a 8.815 KHz. De 13.130 a 13.200 KHz. De 17.290 a 17.360 KHz. De 22.650 a 22.720 KHz.

Existe además un servicio gratuito de suma utilidad para aquellos que navegan en alta mar, conocido con el nombre de “La rueda de los navegantes“, que establece comunicaciones diarias a partir de las 22:00h UTC con diferentes veleros y yates de navegantes que se encuentran en cualquier parte del mundo.

La rueda es dirigida desde Las Palmas de Gran Canaria por Rafael del Castillo.

Frecuencias en las que opera:

14.358 KHz (La más usual)

14.362 KHz

14.370 KHz

14.372 KHz

21.155 KHz

Continúa en: Código Morse, Código Q y Llamadas de seguridad (Capitulo 69)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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