Pocas cosas son tan importantes para el navegante como la correcta medición del tiempo. Ahora bien, ¿Qué tan “verdadera” es la hora que consultamos permanentemente en nuestros relojes? A decir verdad, muy poco. Ni los más costosos relojes suizos ni aun los modernos relojes atómicos de Cesio con que cuenta la Organización Internacional de Pesas y Medidas son capaces de brindar la hora verdadera. Esto se debe a una sencilla razón: la hora a la que llamamos “verdadera” está regida por el movimiento “aparente” del Sol, cuya velocidad padece algunas irregularidades que no pueden ser imitadas por las agujas de los relojes que usamos a diario. ¿Existe entonces algún reloj que me permita conocer la hora verdadera? Sin duda, uno mucho más económico que los que mencionábamos anteriormente y que puede ser construido por el usuario mismo, si se anima a trabajar algunas horas. Aquí se lo presento: el Reloj de Sol.
Un poco de historia
Se sabe que los primeros en hacer la división del año en doce meses fueron los Sumerios. Para ellos cada mes contaba con treinta días, cada uno de los cuales se subdividía a su vez en doce partes llamadas “dannas”. Una “danna” equivale por lo tanto a dos horas de nuestro tiempo. Las dannas, a diferencia de la hora que conocemos, constaba de treinta partes a las que llamaban “ges”. Un ges sumerio sería equivalente a cuatro de nuestros minutos.
La primera división del año en 365 días de 24 horas cada uno se llevó a cabo en el antiguo Egipto. A ellos se atribuyen los primeros relojes solares de que se tiene referencia. El primero que aparece en los registros es uno denominado “merkhet”, pequeño reloj de Sol al que, por su tamaño, puede considerarse portátil, y que consiste en dos varillas colocadas perpendicularmente entre sí formando una “T”, en la que una servía como cuadrante y la otra hacía las veces de aguja.
Pueden considerarse también como los primeros relojes de Sol egipcios a los célebres “zigurats”, especie de templos construidos sobre bases escalonadas, sobre las cuales se podía leer la hora contando la cantidad de escalones que se encontraban en sombras. Este tipo de construcción fue a su vez muy popular no solo entre los sumerios sino también entre los babilonios y asirios.
Algunos años más tarde, uno de los primeros en ocuparse de la medición del tiempo desde una óptica matemática, fue Anaximandro (siglo VI a.C.). Sus esfuerzos y experiencias estaban orientados a la medición, sobre un plano “horizontal”, de los ángulos que proyectaba la sombra del Sol a través de una vara instalada verticalmente. Esta vara fue más tarde denominada “gnomon”, que en griego significa “indicador” o “señalador”.
Anterior a Anaximandro no existen registros de lo que podría considerarse un reloj de Sol con cuadrante y gnomon, salvo el testimonio bíblico del célebre Reloj de Acaz. Según cuentan las Sagradas Escrituras, el mismo retrocedió diez grados a su marcha cuando el profeta Isaías comunicaba a Ezequías que Jehová había accedido a su pedido, y lo iba a dejar vivir por quince años más. De haber existido realmente el Reloj de Acaz, habría pertenecido al siglo VIII a.C., un poco antes de los trabajos de Anaximandro.
Se sabe que el período de mayor desarrollo de los relojes solares se encuentra entre los siglos IV y III a.C., siendo los griegos Demócrito y Apolonio de Perga los más destacados estudiosos del tema.
Una modificación interesante del reloj solar, que por entonces se conocía con el nombre de “Hemisferio”, aparece en Babilonia a partir del invento de un tal Beroso. Su reloj reemplazaba el cuadrante plano por un semicírculo excavado en un cuadrado. Esta nueva modificación se conoció con el nombre de “Hemiciclo” y se hizo muy popular tanto en Roma como en Grecia. A partir de entonces el estudio de la “gnomónica” (nombre que recibe la ciencia que se ocupa de la determinación de la hora a partir de un gnomon) cobró enorme relevancia, y fueron miles las variantes y modificaciones introducidas a los primitivos relojes de Sol.
Continua en Construyendo un reloj de Sol (parte 2).
Darío G. Fernández
Director del ISNDF