Viene de: el desvío del compás magnético.
Los compases magnéticos con que cuentan nuestras embarcaciones no tienen (por suerte) ni tantos ni tan complejos elementos de compensación como las embarcaciones comerciales o de la armada. Vamos a intentar conocer a continuación la manera de compensar un compás (de los que estamos habituados a utilizar) y, posteriormente, levantaremos la tabla de desvíos que corresponda, si es que no se logró corregir por completo el mismo para todos los rumbos.
Ante todo, vamos a repasar la fórmula general para el cálculo del Rumbo verdadero, puesto que la vamos a necesitar más adelante.
Como se puede ver en el esquema vectorial, el Rumbo verdadero es igual a la sumatoria del Rumbo compás, el desvío del mismo y la Declinación magnética.
Rv = Rc + Δ + dm
Donde:
Rv es el Rumbo verdadero de la embarcación respecto del Norte verdadero.
Rc es el rumbo que indica nuestro compás.
Δ es el desvío del compás para el rumbo al que nos encontramos navegando, que al igual que la Declinación magnética, tendrá signo positivo si es al este, y signo negativo si el desvío es al oeste.
dm es la Declinación magnética de la zona.
Tengamos a mano la fórmula anterior ya que será fundamental, de ahora en adelante, tanto sea para compensar como para levantar nuestra tabla de desvíos.
Procedimiento
La tarea de compensar un compás magnético correctamente consiste en eliminar o al menos reducir lo máximo posible el desvío del compás, para lo cual es necesario navegar en varios rumbos distintos y compensar los desvíos para cada uno de ellos. Desde ya que para hacerlo es preciso saber con exactitud a que rumbo verdadero nos encontramos navegando. Una vez que determinamos esto último (más adelante veremos algunos métodos), aplicaremos la fórmula con el objeto de saber qué tendría que estar indicando mi compás cuando navego en ese rumbo.
Veamos un ejemplo para entenderlo mejor:
Supongamos que comienzo a navegar y por algún método determino que me encuentro navegando exactamente hacia el Norte verdadero (Rumbo 0º o 360º). Sabemos que le Declinación magnética del Río de la Plata interior es 8º W y, por supuesto, voy a considerar que el desvío de mi compás es igual a cero. ¿Qué debería marcar mi compás?
Aplico la fórmula:
Rv = Rc + Δ + Dm
Despejo de la misma el valor de Rc que es lo que quiero averiguar:
Rc = Rv – Δ – Dm
Ahora reemplazo por los valores correspondientes:
Rc = 0º – 0º – (-8º)
Rc = + 8º
Esto quiere decir que si me encuentro navegando a Rumbo verdadero 0º, en una zona con una declinación magnética de 8º W y no tuviese desvío alguno en mi compás, éste debería marcar 8º. Si esto no ocurre, voy a proceder a la corrección.
NOTA: Si la compensación la voy a llevar a cabo en el Río de la Plata interior, la indicación de un compás magnético que no sufre desvíos debería ser siempre 8º mayor que el rumbo verdadero.
Los compases diseñados para las embarcaciones deportivas cuentan con un par de imanes que pueden regularse desde el exterior de la carcasa plástica: uno colocado en forma transversal y el otro en forma longitudinal. Calibrando el tornillo que regula el desplazamiento en el sentido longitudinal del compás, estaré compensando los errores este – oeste; mientras que si regulo el tornillo correspondiente al imán transversal, compensaré los errores norte – sur. De cualquier manera y para evitar confusiones, esto ya viene indicado en cada compás.
Antes de proceder a la compensación, es preciso que tengamos en cuenta algunos factores:
- Elegir preferentemente un día con mar calmo y poco viento. Mucho mejor sería llevar a cabo la compensación en un espejo de agua.
- Evitar los efectos de corrientes de marea y abatimiento, para lo cual haremos la corrección en el momento de la estoa (corriente de marea nula) y navegando a motor.
- Poner a funcionar la mayoría de los equipos eléctricos y electrónicos de a bordo.
- Si el compás aún no fue instalado debidamente, hacerlo en el sector del barco más apartado de elementos metálicos.
Comenzaremos entonces a navegar a rumbo verdadero 0º (norte) y chequearemos la indicación de nuestro compás. Como habíamos visto anteriormente, éste debería marcar 8º. Si así no lo hiciese, regularemos el tornillo norte – sur hasta lograrlo. Téngase en cuenta que el destornillador o elemento que introduciremos en la ranura del tornillo no puede ser metálico (muy importante) sino plástico.
Posteriormente haremos lo mismo navegando con rumbo 90º (este), efectuando la corrección con el tornillo este – oeste. El procedimiento se completa navegando luego rumbo 180º (sur) y 270º (oeste) regulando los tornillos respectivos para los rumbos de compás que previamente calculamos. Una vez hecho esto, volveremos a navegar a rumbo 0º, 90º, 180º y 270º chequeando si hubo diferencias y volviendo a efectuar los ajustes necesarios. Es probable que no se logre la corrección total, pero en tal caso debe ajustarse lo mejor posible. Las diferencias restantes quedarán para ser llevadas a la tabla de desvíos.
Construcción de la tabla de desvíos
Para la construcción de la tabla, previamente vamos a definir la precisión que queremos que esta tenga, de manera tal que podemos tabularla cada 10º, 20º o más. Tengamos en cuenta que será más precisa cuantas más tabulaciones contenga, pero más dificultosa será su construcción. Dibujaremos previamente una tabla de la siguiente manera:

Otra opción posible es construir una “curva de desvíos” en lugar de una tabla. En este caso se graficarán en un par de ejes cartesianos los diferentes desvíos en función de los rumbos, para luego unir los puntos obtenidos con una línea. La ventaja de este método reside en que la curva nos permite obtener valores para puntos intermedios.
A partir de aquí comenzaremos a navegar a cada uno de los rumbos que hemos elegido y calcularemos el desvío del compás magnético a partir de la fórmula vista anteriormente.
Rv = Rc + Δ + Dm
Despejamos ahora el valor de Δ, quedando la fórmula de la siguiente manera:
Δ = Rv – Rc – Dm
Veamos esto con un ejemplo práctico:
Supongamos que queremos calcular el desvío de nuestro compás magnético para el rumbo 20º. Ponemos el barco a navegar a ese rumbo verdadero y comprobamos que nuestro compás indica que el rumbo llevado es 32º. Recordemos que la declinación magnética del lugar es de 8ºW. Reemplacemos estos valores en la fórmula:
Δ = Rv – Rc – Dm
Δ = 20º – 32º – (-8º)
Δ = 20º – 32º + 8º
Δ = – 4º
Esto quiere decir que mi compás tendrá un desvío para ese rumbo de – 4º. Completamos este valor en la tabla y procedemos del mismo modo para los demás.
Hasta aquí todo bien, salvo que no es tan sencillo determinar con precisión el rumbo verdadero al que nos encontramos navegando. Esto se simplificaría si contásemos con un compás adicional a bordo del que se tuviera la certeza que no presenta desvíos. En tal caso, sólo restaría comparar las mediciones. En determinados puertos existen radas que cuentan con marcas pintadas conteniendo demoras o enfilaciones, con el objeto de que los especialistas puedan efectuar las compensación de los compases en los buques. En algunos casos se colocan muertos graduados con igual finalidad. Lamentablemente no es nuestro caso y tendremos que ingeniarnos con otros métodos. Veremos ahora algunas soluciones prácticas para determinar el rumbo verdadero al que navegamos.
Métodos para determinar el rumbo verdadero
1. Uso del GPS. Este es en realidad el método más sencillo, aunque no el más preciso. Consiste simplemente en navegar a rumbos diferentes, tomando nota de los rumbos verdaderos que indica el GPS y los rumbos que marca el compás para, posteriormente, efectuar los cálculos de los desvíos como vimos con anterioridad. El problema de este método reside en que sólo debe llevarse a cabo cuando estemos seguros de que no existen corrientes de marea ni abatimiento que afecten nuestro rumbo verdadero. En este caso, sería conveniente llevar adelante el procedimiento en una dársena o espejo de agua.
2. Entre señales marítimas. Lo que se hace en este caso es navegar entre dos señales marítimas o desde una situación conocida hacia una de ellas. Para ello es preciso contar con la carta náutica de la zona a navegar, midiendo sobre la misma los rumbos verdaderos necesarios para unir dichos puntos. Una vez hecho esto se navega desde una de las boyas hacia la otra, tomando nota de la indicación del compás. Tengamos en cuenta que ya estamos contando con dos rumbos verdaderos dado que, al navegar de regreso, el rumbo verdadero será igual que al de ida más o menos 180º.
3. Demoras a puntos notables. Aquí se parte de una situación conocida, que bien puede ser una señal marítima, o bien puede obtenerse situándose en la carta por ángulos horizontales, demoras simultáneas o simplemente con el GPS. A partir de allí se trazan las demoras en la carta y se obtienen sus valores verdaderos. Una vez en el agua, se navegará poniendo proa a dichos puntos notables, tomando nuevamente nota de los rumbos de compás para cada nueva demora. Téngase en cuenta que la demora a un punto es equivalente al rumbo que se debería llevar para alcanzar dicho punto.
4. Enfilación con un muerto. Éste no sea tal vez un método muy ortodoxo dado que para llevarlo a cabo es preciso amarrarse a una boya, cosa que no está permitida. De contar con tal posibilidad, o bien con la de tomarnos a un pilote o muerto (cuya posición conocemos o figura en la carta), la idea sería bornear con nuestro barco en torno al mismo, tomando la mayor cantidad de enfilaciones posibles respecto de puntos notables o señales marítimas. La única complicación a tener en cuenta es que para que las enfilaciones sean precisas, el cabo que nos une con el objeto debería tener una longitud considerable (al menos 100 mts.). Por supuesto que al igual que en los casos anteriores se trazarán sobre la carta dichas enfilaciones y se comprobará la indicación del compás en cada caso. Nótese que, de ser posible emplear este método, en nada nos afectará la intensidad y dirección de la corriente de la marea, ni siquiera el viento reinante, ya que el barco no se encuentra navegando sino al borneo.
5. Enfilación entre puntos notables de la costa. Este sería tal vez el procedimiento más sencillo dado que sólo se necesita navegar manteniendo el rumbo del barco sobre la línea de la enfilación, cosa que visualmente resulta muy fácil. Para la obtención del rumbo verdadero sobre la carta sólo será necesario unir los puntos notables trazando la enfilación y medir el ángulo respectivo. Aquí el problema reside en que no siempre contamos con la cantidad de enfilaciones que se necesitan para una buena compensación.
6. Por marcaciones recíprocas. Otro sistema complejo pero que puede ser utilizado. Consiste en enviar a un tripulante a tierra con una pínula o compás de marcación. A determinadas señales previamente convenidas (o comunicados por radio) la persona que se encuentra en tierra toma una demora al barco mientras que éste navega en su dirección, tomando nota de la lectura del compás. Queda claro que para obtener el rumbo verdadero al que navega el barco, sólo habrá que sumar o restar 180º a la demora tomada desde tierra. Este sistema puede resultar muy efectivo si contamos con una pequeña isla o una plataforma que nos permita navegar a su alrededor, ya que podremos tomar demoras en todos los rumbos. Es posible también hacer esto mismo dejando un tripulante en un bote fondeado ya que, como se trata de una comparación entre demoras, carece de importancia que la referencia no sea un punto fijo.
7. Por azimut de algún astro. Este es el método más complejo, dado que para llevarlo a la práctica se precisa contar con conocimientos de navegación de altura. De hecho, lo primero que se necesita calcular es el azimut del astro elegido para el instante en que se piensa efectuar la corrección. Este método es realmente útil sólo para aquellos compases de rosa plana (visible los 360º) dado que nos permiten tomar demoras en todos los rumbos respecto del astro. En los compases de mamparo esto se dificulta bastante. Algunos de los grandes compases con que cuentan los buques de porte, vienen provistos de alidadas rebatibles que permiten tomar demoras a los astros o a puntos notables. En el caso de que ese astro fuese el Sol, esto puede hacerse simplemente visualizando la sombra que la alidada del mismo proyecta sobre la rosa de los vientos, determinando así la lectura.
Algunas aclaraciones
- En todos los casos es importante mantener el barco navegando al rumbo elegido durante al menos un par de minutos, a fin de que dicho rumbo pueda establecerse correctamente en el compás.
- Téngase en cuenta que donde dice “demora” debe leerse “marcación” y viceversa, dado que en nuestro país esa es la nomenclatura utilizada.
- Salvo algunas excepciones, la mayoría de los sistemas aquí descriptos no serán de utilidad para compensar o levantar la tabla de desvíos en todos los rumbos, por lo que es recomendable combinarlos como mejor se adapten a nuestras necesidades.
Bien, ya tenemos suficiente para entretenernos. En el caso de que cualquiera de los métodos anteriores resulte complejo o tedioso, siempre nos quedará una última opción: Llamar al especialista y dedicarnos a disfrutar de la navegación mientras él se ocupa de su trabajo.
Darío G. Fernández
Director del ISNDF