Viene de Estima Directa y Estima Inversa (Clase 35)
Como ya mencionáramos, el viento actúa sobre la embarcación desplazándola en forma lateral. De más está decir que este efecto dependerá de la intensidad del viento reinante, así como también del ángulo con el que incide sobre la embarcación, siendo nulo si el mismo fuese de popa, y máximo cuando se recibe por alguna de las amuras.
Hay que decir además que, si bien es más notorio en embarcaciones de vela, los barcos de motor de importantes francobordos también lo sufren, sobre todo cuando navegan a bajas velocidades.
Como consecuencia del abatimiento, el barco, en lugar de avanzar en la dirección de la línea de crujía (rumbo verdadero de la proa), lo hará en otro sentido, afectado por dicho abatimiento. De no mediar corrientes en la zona, que generen deriva, este nuevo rumbo (el real) recibirá el nombre de derrota verdadera (Dv), mientras que el ángulo formado por el rumbo verdadero de la proa (Rc + Dc + dm) y la derrota verdadera será el abatimiento (a). Fig. 82.
Como puede apreciarse en el esquema de la figura 82, el abatimiento será positivo si es a estribor (ya que habrá que sumarlo al rumbo para obtener la derrota) y negativo si es a babor (caso inverso).
Es sumamente dificultosa la tarea de determinar con precisión la magnitud del abatimiento, sobre todo en embarcaciones de placer. Como dijimos anteriormente, el abatimiento será mayor cuanto mayor sea la superficie que la embarcación presente a la acción del viento. Dado que dicho abatimiento es el desplazamiento lateral que sufre el barco sobre la “superficie” del agua, el ángulo que lo representa estará dado por el que forma la crujía del barco respecto de su “estela” (Fig. 83). Una manera práctica de medirlo, aunque no del todo precisa, es arrojar por la popa el cabo naranja flotante que se utiliza para el salvavidas circular, y medir visualmente el ángulo entre este y la línea de crujía. Por supuesto que esta comprobación esta expuesta a errores, dependiendo su precisión del buen ojo del marino y del conocimiento que este tenga de su propio barco.
Ejemplo:
• ¿Cuál será la derrota verdadera de un barco que navega con un rumbo de compás de 180° y un desvío del mismo de – 6°, si navega en una zona donde la declición magnética es de 8° W? Se tiene en cuenta que el abatimiento sufrido por la embarcación se estima en 10° a estribor.
Dv = Rc + Dc + dm + a Dv = 180° + (- 6°) + (-8°) + 10° Dv = 180° – 6° – 8° + 10° Dv = 176°
En este ejemplo se calculó la derrota verdadera que sigue un barco si navega a un rumbo de compás determinado (estima directa). Es el caso característico en el que un barco de vela no puede seguir una derrota ideal porque el viento no favorece su navegación. En este caso, el capitán tratará de ceñir al máximo para aproximarse a su destino lo más que pueda, para luego determinar su derrota verdadera sobre la carta. La otra opción se daría en caso de que la embarcación sí pueda navegar sobre la derrota ideal, ya sea porque tiene vientos favorables o simplemente porque se trata de un barco a motor. En este caso se calculará el rumbo de compás al que se debe navegar en función de la derrota verdadera deseada (estima inversa). En ambos procedimientos se aplicará la misma fórmula, despejando en cada caso la incógnita a averiguar.
Ejemplo:
• Se pretende calcular el rumbo de compás al que se debe gobernar una embarcación si se desea navegar sobre una derrota verdadera de 240°, teniendo en cuenta que la declinación magnética de la zona es de 6° E, el compás tiene un desvío para ese rumbo de – 3° y el abatimiento sufrido es de 15° a babor.
Dv = Rc + Dc + dm + a Rc = Dv – Dc – dm – a Rc = 240° – (-3°) – (+6°) – (-15°) Rc = 240° + 3° – 6° + 15° Rc = 252°
En definitiva, podemos decir que el abatimiento puede tomarse sencillamente como una corrección adicional que debe hacerse sobre el rumbo del compás, al igual que la declinación magnética y el desvío.
La derrota verdadera hasta aquí calculada solo es válida en caso de navegar en un espejo de agua o en momentos donde no hay corrientes de marea que alteren el rumbo de la embarcación. En caso de existir, dicha corriente afectará en forma decisiva al rumbo, y esto es lo que veremos a continuación.
Continua en: La Deriva (Clase 37)
Darío G. Fernández
Director del ISNDF
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