Vienes de: Viaje a las estrellas (parte 2).
En el artículo anterior habíamos visto el movimiento diurno de los astros, o sea el que completan diariamente saliendo por el Este y ocultándose por el Oeste. Ahora bien, además del movimiento diurno existe un lento movimiento anual, debido al cual no es posible apreciar todas las constelaciones durante todo el año. La causa de este fenómeno es el movimiento de traslación terrestre.
Si bien el “cielo estelar” permanece invariable a lo largo del tiempo (las estrellas no cambian sus posiciones relativas entre sí), el cielo que podemos apreciar a cada momento del año varía permanentemente en función de nuestra posición relativa respecto del Sol, durante el período de traslación terrestre. Así, mientras que en determinada época del año el Sol nos oculta una parte del cielo por encandilamiento, dicho cielo nos resultará visible cuando nos encontremos “del otro lado” del Sol.
Aquellas constelaciones más visibles a lo largo de los doce meses del año fueron tomadas para crear los doce “Períodos Zodiacales”. Así, la Tierra transitará por las constelaciones de Piscis, Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio y Acuario, a lo largo de su traslación anual.
Como dijimos, el movimiento de traslación de los planetas alrededor del Sol, así como también el que describe la Luna en torno a la Tierra, produce variaciones permanentes en la configuración del cielo que vemos a diario. Queda claro que si dichos objetos se vieran afectados solamente por su movimiento de rotación, esto último no ocurriría y el cielo que aparecería ante nuestros ojos sería siempre el mismo. Ahora bien, ¿cuánto es lo que se mueve a diario? Supongamos, a los efectos de iniciar nuestro análisis, que en un determinado momento la Tierra, la Luna, el Sol y una estrella cualquiera, se encuentran alineados entre sí.
Si todo el sistema se encontrase inmóvil, al efectuar la Tierra una vuelta completa sobre su eje, volvería a encontrar a todos los astros en la misma posición. Recordemos que el “Día Solar” queda definido como el período comprendido entre dos pasos consecutivos del Sol por el meridiano del observador. Por lo tanto, el tiempo que tarda la Tierra en dar un giro completo respecto del mismo es de 24 horas. Ahora bien, sabemos que la Tierra se desplaza a lo largo de su órbita (movimiento de traslación) describiendo una vuelta completa en 365,5 días.
Si para un giro completo (360º) se tarda 365,5 días, podemos afirmar que se está moviendo a razón de casi 1º por día. Por otra parte, la Luna efectúa un giro completo de traslación alrededor de la Tierra en 29,5 días. Del mismo modo es fácil deducir que avanzará en su órbita aproximadamente 12º diarios (360º / 30 días = 12º).
En el esquema resulta fácil descubrir que, 24 horas después del estado inicial, la Tierra habrá avanzado 1º en sentido directo sobre su órbita, mientras que la Luna hará lo propio a razón de 12º. Por lo tanto, el observador que se encuentra en un determinado punto de la superficie terrestre ya no verá a los tres astros en línea, sino que verá pasar a la estrella en primer lugar, al Sol en segundo término y por último, mucho tiempo después, a la Luna. Dicho de otro modo, para el mismo observador, el pasaje de las estrellas se adelantará 1º por día, mientras que la Luna pasará por el meridiano de éste 12º más tarde.
Si nos interesa saber a cuánto tiempo equivalen estas diferencias, el cálculo es muy sencillo: Si la Tierra da una vuelta completa (360º) alrededor del Sol en 24 horas, para avanzar 1º se tomará tan sólo 4 minutos aproximadamente. Esto quiere decir que 1º equivale a 4 minutos de tiempo Solar, por lo tanto si la Luna avanza 12º por día, entonces se retrasará un valor cercano a los 48 minutos. Cabe aclarar que los cálculos se han redondeado a fin de evitar complejidades matemáticas.
Las conclusiones son sencillas:
- Las estrellas pasarán por el meridiano del observador 4 minutos más temprano que el Sol cada día. Definiremos entonces al “Día Sidéreo” como el período de tiempo transcurrido entre dos pasos consecutivos de una estrella por el meridiano del observador. El día sidéreo es, por lo tanto, equivalente a 23 horas y 56 minutos.
- La Luna se retrasará respecto del Sol 48 minutos diarios. Es decir que el “Día Lunar” (tiempo que transcurre entre dos pasajes de la Luna por el mismo meridiano) equivale a 24 horas y 48 minutos.
Como corolario podemos decir que el mapa estelar que apreciamos, se mueve hacia el Oeste a razón de 1º por día. Esa es la razón del cambio de las constelaciones visibles a lo largo del año. A su vez, dicho mapa estelar, mantiene su configuración debido a que las enormes distancias que separan a las estrellas de nuestro sistema, hacen imposible visualizar cualquier movimiento relativo entre ellas.
Esto no ocurre con la Luna y los planetas ya que, al moverse en órbitas distintas y a distancias relativamente cortas dentro del sistema Solar, varían su posición respecto de las estrellas en forma permanente.
Hasta aquí llegamos. Si desea seguir ejercitándose en el conocimiento del cielo le recomiendo dos programas que muestran el cielo visible a partir de la hora local y de las coordenadas geográficas del lugar. Estos son: SkyMap (www.skymap.com) y Cartes du Ciel (http://cartes-du-ciel.iespana.es/) y pueden bajarse libremente desde sus respectivas páginas oficiales en internet.
Darío Fernández
Director del ISNDF