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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Los Sistemas de Posicionamiento (Clase 70)

Viene de: Código Morse, Código Q y Llamadas de seguridad (Capitulo 69)

Tanto aquellos primitivos sistemas de posicionamiento, al igual que los modernos dispositivos satelitales (GPS), utilizan para su funcionamiento el principio matemático de la triangulación. Dicho principio establece que, conociendo la distancia que separa a una embarcación de tres puntos de situación conocida, se puede determinar con precisión la posición de dicha embarcación. Para ello, solo bastará con trazar tres circunferencias, con centro en cada uno de los puntos y cuyos radios se correspondan con las respectivas distancias. Cada circunferencia representará a todos aquellos observadores que se encuentran a la misma distancia de cada uno de los puntos. De la intersección de las tres circunferencias resultará la posición del barco en cuestión. Para ejemplificarlo, supongamos encontrarnos situados en una posición desconocida a una distancia de 8 millas náuticas del punto “A”, 10 millas náuticas del punto “B” y a 14 millas náuticas del punto “C”, los tres de situación conocida. Trazando las respectivas circunferencias a cada uno de los puntos, con radio igual a cada una de las distancias, el resultado será como el que se aprecia en la figura 188.

Si contamos con un dispositivo capaz de calcular por sí mismo la distancia que nos separa de “A“, “B“ y “C“, entonces sí sería posible ubicar nuestra posición. Es en ese principio en el que se basa, precisamente, el funcionamiento de los receptores GPS.

Global Positioning System

El Sistema de Posicionamiento Global, por todos conocido como GPS (Global Positioning System) que, como dijimos anteriormente, basa su funcionamiento en el principio de la triangulación, consta de tres partes bien definidas: los satélites, el equipo receptor y el control terrestre.

El sistema se compone de 24 satélites que recorren su órbita a razón de dos vueltas cada 24 horas. distribuidos en seis órbitas polares diferentes, situadas a poco más de 20.000 kilómetros de la Tierra.

Cada uno de dichos satélites mide aproximadamente 5 metros de largo y tiene un peso cercano a los 900 kilogramos. Los satélites se alimentan de dos paneles solares que generan la energía necesaria para su funcionamiento, y se encuentran equipados con un potente transmisor de señales codificadas de alta frecuencia, un moderno sistema de computación y un reloj atómico indispensable para su funcionamiento.

La posición que ocupan los satélites en cada una de sus órbitas hace que cada receptor pueda recibir en forma permanente al menos 6 de ellos, sea cual fuere la posición en la que se encuentre. La precisión en la localización será mayor cuanto mayor sea la cantidad de señales que recepcione.

A su vez, cada receptor detecta y decodifica las señales emitidas por los satélites para determinar las coordenadas geográficas en las que se encuentra.

Como dijimos anteriormente, una parte importante del sistema es el control terrestre. El mismo se ocupa del monitoreo y control de los satélites que conforman el sistema y se lleva a cabo desde diferentes estaciones terrestres situadas alrededor del mundo, que rastrean cada trayectoria orbital e introducen las correcciones necesarias a las señales de radio que transmiten hacia la Tierra. Dichas correcciones mejoran la exactitud del funcionamiento y la precisión del sistema.

Principio de funcionamiento

El principio básico de funcionamiento de cualquier receptor de GPS, se basa en la determinación de la distancia a la que el equipo se encuentra de cada uno de los satélites. De esta manera, el receptor está en condiciones de trazar una circunferencia en la Tierra, que contiene a todos los observadores que se encontrarán a la misma distancia del satélite en cuestión (línea de posición). (Fig. 189)

A partir de lo visto anteriormente y por el principio de la triangulación (Fig. 190), una vez detectados tres satélites, el receptor generará 3 circunferencias que se intersectarán en un punto, determinando así la posición del observador.

Para la determinación de la distancia entre el receptor y el satélite, el sistema emplea un método muy simple. Las ondas de radio emitidas por el satélite en cuestión viajan a la velocidad de la luz (300 mil kilómetros por segundo). De este modo, es posible calcular la distancia existente entre un transmisor y un receptor si se conoce el tiempo que demora la señal en viajar desde un punto hasta el otro, aplicando la conocida fórmula:

D =V x T

La misma expresa que la distancia entre dos puntos (el satélite y el receptor) es igual al producto entre la velocidad de la onda (300.000 km/s) por el tiempo que tarde en llegar del satélite al equipo GPS. Para calcular el momento a partir del cual el satélite emite la señal y el receptor GPS la capta, es preciso que ambos relojes (el del satélite y el del receptor) se encuentren perfectamente sincronizados. El satélite utiliza un reloj atómico de cesio de altísima precisión, pero el receptor cuenta con uno normal debido al altísimo costo que implicaría dotar a un GPS de un reloj atómico (algo totalmente imposible en la práctica). Para sincronizar ambos relojes, el satélite emite una señal digital junto con la señal de radiofrecuencia a intervalos regulares. Esa señal de control llega siempre al GPS algo más retrasada que la señal de radiofrecuencia. El retraso entre ambas señales es igual al tiempo que demora la señal de radiofrecuencia en viajar del satélite al receptor. La distancia que existe entre cada satélite y cada receptor la calcula el propio dispositivo GPS, realizando múltiples operaciones matemáticas. Para determinar la distancia existente entre el satélite y el receptor, este último multiplica el tiempo de retraso de la señal de control por el valor de la velocidad de la luz. Si la señal ha viajado en línea recta, sin que la haya afectado ninguna interferencia por el camino, el resultado matemático será la distancia exacta que media entre el satélite y el dispositivo GPS. Para determinar la posición exacta de un observador cualquiera situado sobre la esfera terrestre, el receptor GPS tiene que localizar por lo menos 3 satélites que le sirvan de puntos de referencia, a fin de cumplir con el principio de la triangulación visto con anterioridad. En realidad eso no presenta mayores inconvenientes, ya que normalmente siempre hay 8 satélites dentro del “campo visual” de cualquier receptor GPS.

De este modo, generará tres círculos o “esferas virtuales” que le permitirán determinar el punto exacto donde éstas se intersectan, es decir la posición geográfica del observador.

Para determinar el lugar exacto de la órbita donde deberían encontrarse cada uno de los satélites, el receptor viene provisto de un almanaque electrónico en su memoria que contiene dichos datos. Los resultados de los cálculos los complementa después con la información adicional que recibe también del satélite, lo que permite mostrar la posición con mayor exactitud.

Inicialmente, los dispositivos GPS solo contaban con la posibilidad de brindar al usuario los datos de las coordenadas geográficas en las que este se hallaba. Posteriormente, y a medida que los equipos se fueron perfeccionando, ya fue posible cargarles los datos de las coordenadas de un punto al que se quisiese navegar, y el sistema informaba al navegante la dirección (rumbo) a seguir y distancia a recorrer para arribar al mismo. Más tarde ya, fue posible almacenar las coordenadas de varios puntos en la memoria del equipo, junto con un nombre identificativo de cada lugar al que se pretendiese navegar. Cada punto, con su nombre y sus coordenadas, recibe el nombre de “waypoint”. Los modernos equipos ya permiten guardar más de 1000 waypoints junto con otros datos adicionales, tales como símbolos, descripciones, etc. En caso de que se pretenda navegar uniendo varios waypoints sucesivamente, y a los efectos de facilitar la tarea del navegante, los dispositivos actuales permiten además almacenar una seguidilla de dichos waypoints, en el orden que se prefiera, creando así lo que se conoce como “ruta” (route). Al navegar por una ruta determinada, el equipo indicará la dirección a seguir desde la posición inicial hasta el waypoint siguiente. Una vez arribado al mismo, el GPS lo detectará y automáticamente navegará hasta el próximo waypoint.

En la actualidad, la mayoría de los receptores GPS brindan la posibilidad de almacenar en memoria la información digitalizada de cartas náuticas (vectoriales), así como también mapas terrestres, planos de calles de ciudades, red de carreteras y otras prestaciones que puede mostrar gráficamente en su pantalla con un altísimo nivel de detalle.

El Antiguo Radiogoniómetro

El radiogoniómetro, el radiofaro direccional, las radio balizas y otros sistemas de posicionamiento, basados en la transmisión o recepción de ondas de radio, fueron desarrollados fuertemente durante la Segunda Guerra Mundial.

El radiogoniómetro fue el primero que se utilizó de forma generalizada como ayuda a la navegación y, al igual que los demás sistemas de posicionamiento, se basa en el principio de la triangulación.

La radiogoniometría, a diferencia del sistema de posicionamiento satelital (GPS) que basa su funcionamiento calculando “Distancias”, lo hace tomando “Demoras” (en Argentina “Marcaciones”) a radiofaros situados en determinadas posiciones geográficas conocidas.

Su funcionamiento básico consiste en un receptor convencional de ondas de radio, provisto con una antena orientable, que permite no sólo recibir las señales de radio emitidas desde tierra desde algún radiofaro, sino también determinar la dirección del lugar de donde provienen. La antena se halla instalada en un eje vertical y colocada a determinada altura en el exterior. La colocación de la antena en dicho eje permite rotarla hacia un lado o hacia el otro, para poder captar las señales provenientes de las estaciones terrestres del mejor modo posible.

Las antenas utilizadas por los Radiogoniómetros son del tipo circular o tipo cuadro (Fig. 191). Debido a esta forma particular, las antenas reciben con mayor intensidad desde dos direcciones opuestas, cuando la misma se halla en línea con la fuente emisora, y con mínima cuando el plano de la antena se encuentra en posición perpendicular al emisor (Fig. 192). Si bien no son fáciles de determinar los puntos de máxima intensidad, los de mínima sí lo son.

La forma práctica de determinar la dirección desde donde proviene la señal es muy simple: Supongamos que con nuestra radio hogareña queremos escuchar determinada emisora. Para ello será preciso conocer la frecuencia en la que opera esa emisora. Acto seguido moveremos el dial hasta encontrarla. Una vez sintonizada la emisora en cuestión, si giramos nuestro equipo de radio sobre los 360o de su base, notaremos que hay dos puntos en los que se logrará máxima recepción y dos puntos en los que obtendremos la mínima recepción. Pues bien, del mismo modo funciona el radiogoniómetro. Conociendo la frecuencia en la que opera un radiofaro, una radiobaliza o cualquier otra radioayuda a la navegación, se gira el dial del equipo hasta sintonizar la frecuencia de emisión del mismo. Cabe aclarar que existen publicaciones conteniendo las localizaciones geográficas y las frecuencias de los radiofaros, radiobalizas y otras ayudas a la navegación. Acto seguido, hacemos girar la antena hasta que la señal se reciba lo más fuertemente posible. En ese momento la antena se encontrará alineada a la dirección de donde procede la señal. Para conocer dónde se encuentra ubicada la estación transmisora, se hace girar nuevamente la antena hasta que la señal sea imperceptible. En esta última posición la antena receptora estará posicionada de manera perpendicular al lugar de procedencia de la señal. Si la base donde se encuentra montada la antena tiene (por ejemplo) una flecha o línea de fe dibujada en sentido perpendicular a la antena, y está situado sobre una rosa de los vientos, en el momento que la antena esté orientada hacia el radiofaro (intensidad de recepción nula) sabremos el rumbo o demora hacia dónde está apuntando la antena, siempre y cuando la mencionada rosa de los viento se encuentre perfectamente orientada con los puntos cardinales. Una vez determinado en el receptor el ángulo formado entre la dirección de la antena y el Norte, se traslada a la Carta Náutica, al igual que una demora convencional (ver Capítulo VII – La Navegación Costera). Para determinar la posición de la embarcación, se deberá contar con al menos dos estaciones costeras.

Continúa en: El Radar (Clase 71)
Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Código Morse, Código Q y Llamadas de seguridad (Capitulo 69)

Viene de: Transmisiones en BLU (Clase 68)

Código Morse

Utilizando la función CW del equipo se pueden recibir (RX) transmisiones en Código Morse, y pueden además transmitirse (TX) mediante la adaptación de un interruptor diseñado para tal fin. El código Morse, inventado por Samuel Morse (1791-1872), representa los caracteres a través de “puntos” y “líneas” que correspondes a impulsos eléctricos que producen una señal acústica o luminosa de una cierta duración. Tomando el punto como unidad, este tiempo de duración es de aproximadamente 1/25 seg. Siendo una línea el equivalente en tiempo a tres puntos. Los espacios entre las letras son de tres puntos y 5 puntos entre palabras.

Debido a la evolución tecnológica, el código Morse se encuentra cada vez más en desuso.

Los símbolos utilizados en el Código Morse son los siguientes:

El Código “Q”

El código Q es un código de señales de 3 letras utilizado en radiocomunicaciones. La primera de las tres es siempre la letra “Q“, que proviene del vocablo question (pregunta). Los códigos en el rango “QAA“-“QNZ“ quedan reservados al uso aeronáutico; los del rango “QOA“-“QOZ“ son exclusivos del uso marítimo, y los del rango “QRA“-“QUZ“ para todos los servicios.

Detallamos a continuación algunos de los más utilizados en navegación:

Llamadas de Socorro, de Urgencia y de Seguridad

Existen tres procedimientos debidamente reglamentados para la transmisión de mensajes de seguridad, según la urgencia y naturaleza del llamado:

• Llamada de socorro • Llamada de urgencia • Llamada de seguridad

Llamada de socorro: Se utiliza en aquellos casos en que corre peligro la vida humana o donde es inminente el abandono del barco (ejemplo: buque que se hunde o incendia). Esta señal se inicia con la frase “MAYDAY, MAYDAY, MAYDAY“ (pronunciada “MEDÉ“), seguida de “Aquí (nombre de la embarcación que modula)” repetido 3 veces. Nuevamente “MAYDAY“ y el nombre de la embarcación una sola vez. Acto seguido se darán las indicaciones relativas a la posición del barco, naturaleza del siniestro, tipo de socorro que solicita y algún dato adicional que pueda facilitar la búsqueda (color del casco, color de las velas, etc.)

Esta transmisión tiene absoluta prioridad sobre cualquier otra, y todos los que operen el canal deberán cesar de inmediato cualquier otra transmisión.

De no recibir respuesta, deberá repetirse a intervalos regulares.

Llamada de urgencia: Se utiliza para emitir un mensaje muy urgente respecto a la seguridad de una embarcación o de las personas a bordo (Ejemplo: barco desarbolado o sin gobierno).

Consiste en transmitir la frase “PAN PAN, PAN PAN, PAN PAN“ (pronunciada “PANE PANE“). El procedimiento continúa igual que en el caso anterior.

Esta llamada tiene prioridad absoluta sobre todas las demás transmisiones, salvo la de socorro.

Llamada de seguridad: La llamada de seguridad es utilizada para enviar mensajes urgentes relativos a la seguridad de la navegación (ejemplos: información sobre boyas o contenedores que se encuentran a la deriva, aviso de fenómenos meteorológicos significativos, etc.).

La frase que precederá el cuerpo del mensaje será: “SECURITÉ, SECURITÉ, SECURITÉ“ (pronunciada como se escribe), y continuará igual que las llamadas de urgencia y socorro.

La diferencia reside en que aquí no se solicita auxilio sino que se brinda información. Las estaciones que reciban la señal deberán permanecer a la escucha hasta cerciorarse de que la naturaleza del peligro no les afecta.

La telefonía satelital

La telefonía satelital esta poco a poco reemplazando a los equipos de BLU en navegaciones extensas, debido a la sencillez de su utilización y a su cada vez más bajo costo. Un dispositivo de telefonía satelital es una especie de teléfono móvil que se encuentra conectado directamente a un satélite de telecomunicaciones.

En la actualidad existen ya funcionando varias redes que proveen cobertura global. Algunas de ellas son las Inmarsat, Iridium y Globalstar, entre las más usuales. Los teléfonos satelitales fueron creados especialmente para comunicarse en regiones remotas, allí donde la telefonía fija o celular no puede brindar servicio (regiones montañosas, océanos, vuelos interoceánicos o zonas de recreación alejadas). Suelen inclusive ser de gran ayuda en zonas de desastre donde la infraestructura de la telefonía fija o móvil ha sufrido daños severos (terremotos, inundaciones, etc.) Los teléfonos satelitales vienen provistos de una numeración que incluye un código especial de país.

Los costos de los equipos varían de acuerdo al fabricante y a la red que utilicen; pero se prevé que, en un futuro no muy lejano, el costo del servicio no supere en exceso al de la red móvil terrestre.

Continúa en: Los Sistemas de Posicionamiento (Capitulo 70)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Transmisiones en BLU (Clase 68)

Viene de: Frecuencias de transmisión y Transmisiones en VHF (Clase 67)

Transmisiones en BLU

Como se vio anteriormente, los equipos que operan en HF (altas frecuencias) utilizan el sistema de modulación de amplitud en banda lateral única. Estos equipos tienen un costo muy superior al de un equipo marino de VHF, pero sus prestaciones en cuanto al alcance son muy superiores (Fig. 187).

Power (1): Botón de encendido.

Conector para micrófono (2): Ficha para la conexión del micrófono externo.

Conector para auriculares (3): Ficha para la conexión de auriculares.

Clar (4): Botón de claridad de recepción.

D Lock (5): Esta función se utiliza para desactivar la perilla de sintonía para prevenir cambios accidentales.

Tuning knob (6): Perilla para sintonía. El sistema de sintonía variará según si el equipo en cuestión es del tipo canalero o de banda corrida. En el primero, la perilla de sintonía será una llave selectora que permitirá seleccionar canales ya preestablecidos, mientras que en el segundo el ajuste es lineal.

Fast (7): Este comando selecciona el rango con el que opera la perilla de sintonía.

Mic (10): Permite regular el volumen con el que la otra estación nos copiará.

Mode (11): permite seleccionar el modo de operar:

• SSB o banda marina. • LSB o banda para radioaficionados. • AM o amplitud modulada. • FM o frecuencia modulada. • CW (para telegrafía).

NB (14): Permite atenuar los ruidos generados por el motor.

MOX (15): Al dejar pulsada dicha tecla, se puede transmitir sin necesidad de presionar el PTT (pulsador del micrófono que se utiliza para TX).

Según las características del equipo, podremos encontrar una serie de controles que permiten memorizar y recuperar frecuencias útiles para la transmisión.

Procedimiento Radiotelefónico en BLU

El modo de operar un equipo de BLU es radicalmente distinto al que se utiliza en VHF, ya que no existen canales donde habitualmente operen estaciones. La posibilidad de establecer una comunicación dependerá de las condiciones meteorológicas, de la hora del día y de haber pactado previamente la comunicación con el receptor.

En BLU no existe ninguna frecuencia donde se encuentren a la escucha todas las estaciones, como sí ocurre en VHF. Para iniciar una comunicación deberá encenderse el equipo con la antena izada y elegir la frecuencia deseada girando el dial.

Acto seguido, deberá ajustarse manualmente el sintonizador de la antena o presionar la tecla TUNE, en aquellos equipos que poseen sintonía automática. Básicamente existen dos formas de establecer una comunicación en HF: haciendo una llamada general (CQ) o ingresando a una rueda ya formada.

Para efectuar una llamada general, el procedimiento es el siguiente:

1. Verificar si la frecuencia elegida no está siendo utilizada, interrogando así: “Permiso … LU5CK interroga si la frecuencia se encuentra ocupada”. Repetir esto 3 veces. Si no se obtiene respuesta la frecuencia pasa a ser temporalmente del que solicitó el permiso.

2. “CQ 80 (banda en la que transmito), CQ 80, CQ 80 metros, llamada general en la banda de 80 metros de la estación LU5CK”. Esto se repite 3 veces y sigue “desde (lugar donde me encuentro), que con los muy buenos días queda atenta en la frecuencia y agradece cualquier contestación”.

3. El que contesta responde: “Atención LU5CK, se hace presente a su llamada la estación LU4NC que queda atento en la frecuencia con los muy buenos días”. 4. A partir de aquí se inicia la comunicación, teniendo presente que en cada cambio de debe transmitir “para LU5CK, es LU4NC que le hace entrega”.

Para ingresar a una rueda, el procedimiento es:

1. El que quiere ingresar transmitirá “Permiso” y quedará a la espera.

2. Si no es escuchado volverá a transmitir “Permiso”.

3. Alguno de los miembros de la rueda transmitirá “Adelante permiso” cuando lo crea conveniente.

4. El que solicita el permiso, modulara “Para LU4NC, éste es LU5CK que agradece la bienvenida, da los buenos días y le hace entrega”.

5. La comunicación continuará con el procedimiento anterior.

Para comunicaciones a corta distancia será suficiente trabajar en la banda que va desde los 300 KHz a los 3.000 KHz, o sea frecuencias medias. Para distancias medias y largas será conveniente utilizar la banda que va de los 3.000 KHz a los 30 MHz, o sea frecuencias altas.

El Servicio Móvil Marítimo utiliza las bandas de MF, de HF y de VHF para las comunicaciones marinas. Previo al uso del BLU se utilizaban equipos de amplitud modulada (AM) y aún hoy se utilizan en algunos casos, para lo cual los equipos de BLU se han hecho compatibles con dicho sistema, pudiendo recibir transmisiones en AM con solo oprimir un botón.

Dado que los sistemas de BLU requieren de gran estabilidad de frecuencia, los osciladores con que cuentan utilizan cristales piezoeléctricos para determinar las frecuencias de trabajo. De este modo se eliminan de dichos equipos las “sintonías variables”, pudiendo el operador elegir la frecuencia de trabajo por medio de una llave selectora.

En la mayoría de los casos, la frecuencia de transmisión y la de recepción son las mismas, razón por la cual el operador debe esperar al cese de la transmisión del otro equipo para luego iniciar la propia. Este sistema es denominado “simplex“.

En el sistema “duplex“, las frecuencias de recepción y de transmisión son distintas, por lo que las comunicaciones pueden ser directas tal como se hace con un teléfono común.

Algunas de las frecuencias más importantes para operar en BLU:

• La frecuencia internacional de socorro es 2.182 KHz.

• Las frecuencias 3.023 KHz y 5.680 KHz se utilizan en las operaciones coordinadas de búsqueda y salvamento.

• La frecuencia de 4.125 KHz es designada también para socorro y seguridad, así como para llamada y respuesta.

• Las frecuencias 5.512 KHz y 12. 268KHz son destinadas a consultas médicas las 24 Hs.

En la banda de frecuencias comprendidas entre 4.000 KHz y 23.000 KHz han sido asignadas las siguientes bandas para las comunicaciones marítimas:

Estaciones de barcos

De 1.063 a 4.133 KHz.

De 8.195 a 8.265 KHz. De 12.330 a 12.400 KHz. De 16:460 a 16.530 KHz. De 22.000 a 22.070 KHz.

Estaciones costeras

De 4.368 a 4.438 KHz.

De 8.745 a 8.815 KHz. De 13.130 a 13.200 KHz. De 17.290 a 17.360 KHz. De 22.650 a 22.720 KHz.

Existe además un servicio gratuito de suma utilidad para aquellos que navegan en alta mar, conocido con el nombre de “La rueda de los navegantes“, que establece comunicaciones diarias a partir de las 22:00h UTC con diferentes veleros y yates de navegantes que se encuentran en cualquier parte del mundo.

La rueda es dirigida desde Las Palmas de Gran Canaria por Rafael del Castillo.

Frecuencias en las que opera:

14.358 KHz (La más usual)

14.362 KHz

14.370 KHz

14.372 KHz

21.155 KHz

Continúa en: Código Morse, Código Q y Llamadas de seguridad (Capitulo 69)

Darío G. Fernández
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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Frecuencias de transmisión y Transmisiones en VHF (Clase 67)

Viene de: Transreceptores de Radio y Propagación de las ondas (Clase 66)

Frecuencias de Transmisión

Existe un organismo internacional que regula las radiocomunicaciones mundiales que es la Unión Internacional de Comunicaciones. Este ente dictamina las subdivisiones entre las distintas bandas radioeléctricas. Las disposiciones de orden internacional respecto de las radiocomunicaciones, así como la adjudicación de frecuencias de los distintos, países están regidas por el Reglamento General de Comunicaciones, editado por la Unión Internacional de Comunicaciones.

La subdivisión general es la siguiente (Fig. 185):

• LF (Low frecuency) Baja Frecuencia 30 a 300 KHz • MF (Medium frecuency) Frecuencia media – 300 a 3.000 KHz

• HF (High frecuency) Alta frecuencia 3.000 a 30.000 KHz • VHF (Very high frecuency) Muy alta frecuencia – 30 a 300 MHz

• UHF (Ultra high frecuency) Ultra alta frecuencia – 300 a 3.000 MHz

En LF operan los radiofaros utilizados para orientar buques o aeronaves por medio de los radiogoniómetros, prácticamente en desuso en la actualidad.

En MF encontramos la llamada de socorro internacional en Código Morse (500 KHz), a partir de la cual se ubican las emisoras de radio en AM desde Radio Colonia (550 KHz) en adelante, hasta aproximadamente 1.300 KHz.

En HF se ubican las comunicaciones en alta mar por BLU.

En VHF se ubica una importante porción de las comunicaciones. A saber: Entre las frecuencias de 30 MHz y 80 MHz se efectúan comunicaciones comerciales y de gobierno.

Desde 100 MHz hasta 135 MHz se ubican los canales de TV (2, 3 y 4) que operan las aeronaves. Los canales de TV abierta ubican entre 56 MHz y 88 MHz los canales bajos (del 2 al 6), y a partir de los 176 MHz los canales altos (del 7 al 13).

Entre 137 MHz y 138 MHz operan los satélites meteorológicos NOA A7 y NOA A8, que emiten información a todo el mundo.

Desde 144 MHz a 148 MHz se ubican los radioaficionados. Entre las frecuencias que van desde la de 156 MHZ a la de 163 MHz se encuentran las llamadas VHF marinas divididas en 88 canales, de los cuales el 16 es el canal internacional de llamada y socorro.

Transmisiones en VHF

Actualmente casi la totalidad de las embarcaciones deportivas cuentan con equipos de VHF, capaces de transmitir en las frecuencias destinadas al Servicio Móvil Marítimo (Fig. 186). Su costo relativamente bajo y facilidad de instalación y operación, sumados a los múltiples beneficios que ofrece a la navegación deportiva, han hecho que se difunda de manera rápida. En las costas de Argentina y Uruguay se ha formado una interesante cadena de seguridad entre las estaciones costeras que operan, clubes náuticos y navegantes deportivos.

El tipo de alcance de los equipos de VHF es el que se conoce con el nombre de alcance visual, que como habíamos visto con anterioridad es relativamente escaso dado a que se lleva a cabo de antena a antena.

La forma de operación de los equipos de VHF marinos es relativamente sencilla. Como única precaución es preciso verificar que la conexión de la antena sea correcta antes del encendido del equipo. Esto es válido tanto para los portátiles como para los otros.

Los equipos básicos cuentan con un botón de POWER o ENCENDIDO que sirve para poner en funcionamiento al mismo. La mayoría de ellos se encienden automáticamente en canal 16.

Una vez encendido se selecciona el canal con el que se quiere operar por medio de una llave selectora (los más antiguos) o presionando los botones UP o DOWN. Al mantener presionado cualquiera de estos últimos, el equipo iniciará un barrido ascendente o descendente canal por canal. Cuando se alcanza el canal elegido, se suelta el pulsador y se detiene el avance. Los equipos de VHF cuentan con el control SQUELCH (SQL) o silenciador. Para utilizarlo correctamente, una vez seleccionado el canal y elegido el volumen de recepción deseado, se gira el control SQL lentamente hacia la izquierda hasta que comience a escucharse solamente ruido de fondo. Una vez aquí, se comienza a girar lentamente hacia la derecha hasta que el ruido desaparezca por completo.

Existe una tecla que permite seleccionar la potencia de salida de los equipos, HIGH y LOW. Recuerde iniciar las transmisiones en baja potencia y luego incrementarla en caso de no ser recepcionado. Posteriormente puede iniciarse la transmisión acorde al procedimiento radiotelefónico que se verá a continuación. Los equipos de VHF que ocupan la banda marítima operan en las frecuencias comprendidas entre 156 y 162 MHz. Esta faja se encuentra dividida en canales de uso y denominación internacionales designados con números (canal 1, canal 2 ……canal 16, canal 71, etc.). Cada uno de estos canales tiene un uso específico de acuerdo a reglamentaciones internacionales y locales. El canal 16 es el canal internacional de llamada y socorro. Puede utilizarse también para llamadas breves a fin de solicitar alguna información o bien para localizar a otras embarcaciones, siempre que no se interfiera con ninguna otra llamada. Una vez localizada la estación buscada, ambos pasarán a otro canal de trabajo. Los principales canales de la banda de VHF utilizados en la navegación de todo tipo son los que a continuación se detallan:

Procedimiento radiotelefónico en VHF

Debe tenerse en cuenta que el uso de una estación de radio se rige por procedimientos específicos determinados por la Secretaría de Estado de Comunicaciones, con lo cual debe tenerse especial cuidado de operar la misma de manera prudente. El titular de una radio es el único responsable de las transmisiones que emanen de su estación, y puede llegar a perder su licencia en caso de cometer infracciones.

Se enumeran a continuación las 10 reglas básicas que debe conocer todo propietario de una estación de radio:

1. No conversar en el canal 16. Este es solamente para llamados a puertos, barcos o estaciones costeras y para emergencias y socorro.

2. En cualquier canal que se transmita, debe esperar dos minutos antes de volver a llamar a una estación que no contesta.

3. En el canal 16, deberá esperar 15 minutos antes de volver a llamar, cuando haya realizado tres intentos separados entre sí por dos minutos.

4. Para las comunicaciones barco a club, utilice solamente el canal 71. 5. Mantenga los micrófonos lejos del alcance de los niños, prohibiéndoles específicamente hacer uso de ellos.

6. Inicie todas las comunicaciones con el nombre de la embarcación o estación a la que llama. Luego deberá mencionar el nombre de su embarcación. Esta forma de operar no debe ser invertida.

7. Use la terminología habitualmente empleada en comunicaciones. Por ejemplo: “cambio” (yo he terminado mi transmisión y espero su respuesta)

o “cambio y fuera” (he terminado y no espero ninguna respuesta). 7. No facilite el uso de su estación a personas que no estén familiarizadas con su uso, a no ser por razones de emergencia. 8. No inicie un llamado en cualquier canal si otra estación ha efectuado un llamado y está esperando respuesta.

10. Acostúmbrese a usar el Código “Q” que reduce considerablemente los tiempos de transmisión.

Antes de comenzar con una transmisión, deberán tenerse en cuenta algunas normas de carácter internacional respecto de las comunicaciones:

• No se causarán interferencias en otras comunicaciones. Antes de empezar una transmisión, se esperará hasta que las demás comunicaciones se hayan detenido.

• Cuando un barco se comunica con una estación costera, este se ajustará a las instrucciones que reciba, ya sea respecto del canal en donde operar como de la duración y suspensión de la comunicación.

• Cualquier estación costera está facultada para interrumpir una comunicación entre barcos cuando así lo considere conveniente.

• Está terminantemente prohibido efectuar transmisiones sin identificarse previamente o con identificación falsa.

• Las llamadas en canal 16 no superarán nunca el minuto de duración, salvo en caso de pedido se socorro.

• Se iniciará la llamada con baja potencia, aumentándose sólo en caso de no ser escuchado.

El procedimiento a seguir para comenzar una transmisión, ya sea a una estación costera o entre barcos será el siguiente:

1. Identificativo de la estación costera a la que se llama, repetido 3 veces. Ejemplo: “L2G”, “L2G”, “L2G” (Costera Buenos Aires).

2. “Aquí…(nombre de la embarcación o de la estación que modula), cambio”.

3. Una vez que la estación costera responda, esta tomará el mando de la comunicación y propondrá el canal para continuar la misma.

4. Finalizado el intercambio, el barco modulará “cambio y fuera” o “recibido”.

5. Si se tratase de llamadas a estaciones costeras, deberá hacerse por el canal con el que opera habitualmente la misma. Si se trata de llamadas entre barcos, puede hacerse por canal 16 e inmediatamente pasar a otro canal de trabajo.

Continúa en: Transmisiones en BLU (Clase 68)

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Transreceptores de Radio y Propagación de las ondas (Clase 66)

Viene de: Los Sistemas de Comunicaciones (Clase 65)

Transreceptores de Radio

Como su nombre lo indica, un transreceptor es un dispositivo electrónico que combina en una sola unidad el equipo transmisor y el receptor, teniendo en común la fuente de alimentación y la antena, que actúan tanto para la recepción como para la transmisión.

Los elementos internos con los que cuenta un equipo de radio son (Fig. 181):

Oscilador: En el transmisor, el oscilador es el circuito encargado de generar la onda portadora denominada radiofrecuencia (RF). Este dispositivo permite cambiar de frecuencias por algún elemento externo según el tipo de radio (dial) que es en definitiva lo que permite al usuario cambiar la frecuencia o canal de la transmisión. En el receptor se utilizan osciladores para efectuar la sintonía de la banda deseada. El dial de este oscilador trabaja en tándem con el oscilador que se utiliza para la transmisión.

Modulador: El modulador es el encargado de introducir la información dentro de la frecuencia portadora. A este proceso se lo conoce como modulación.

Demodulador: Realiza el proceso inverso. Recupera la señal original eliminando la portadora.

Amplificador de radiofrecuencia: Es la última etapa de un transmisor, donde se produce la amplificación de la señal ya modulada en las etapas anteriores y se envía a la antena para su irradiación. En el caso del receptor, se encarga de llevar las radiofrecuencias captadas por la antena a niveles adecuados para su detección (demodulación).

Amplificador de baja señal: La función de esta etapa es la de amplificar el nivel de las señales que entran por el micrófono, dándole el nivel necesario para la modulación.

Amplificador de audiofrecuencia: En esta etapa se produce la amplificación de la señal de audio ya determinada por el detector y ya preparada para ser reproducida por el parlante.

Elementos comunes al receptor y al transmisor:

Fuente de alimentación: La fuente de alimentación es la encargada de suministrar energía eléctrica a los circuitos que operan en todo el equipo.

Antena: La energía electromagnética libre en el espacio procedente de distintas emisoras debe ser captada para su recepción, y a su vez la energía producto de la modulación propia debe ser llevada correctamente al éter con la mayor eficiencia posible. Esta doble función le corresponde a la antena. La antena convierte la energía irradiada por el transmisor en ondas que se propagan por el espacio a 300.000 Km / seg.

Un concepto primordial a tener en cuenta para que una antena sea realmente eficiente es que la misma debe tener una longitud física igual a la longitud de onda correspondiente a la frecuencia de emisión.

La longitud de onda de una frecuencia cualquiera se determina de la siguiente manera:

Longitud de onda (l) = Velocidad de la luz (m/s) / Frecuencia (KHz)

Tomemos como ejemplo una frecuencia de 3.000 KHz:

l = 300.000 km/s / 3.000 KHz

l = 100 metros

En la práctica, generalmente por razones de espacio, se utilizan antenas cuyas longitudes físicas corresponden a 1⁄2 o 1⁄4 de la longitud de onda.

Dado que en una embarcación no sería factible ajustar el tamaño de la antena a la longitud de onda, debido a la gran cantidad de frecuencias que se utilizan y de las limitaciones de espacio, la frecuencia se compensa por medio de sintonizadores de antena. Estos dispositivos alargan o achican la antena electrónicamente, haciéndola más inductiva o más capacitiva según sea necesario para hacerlas entrar en resonancia.

Podemos clasificar a las antenas en dos grandes grupos según direccionalidad: antenas direccionales y omnidireccionales.

Antenas direccionales: Como su nombre lo indica, esta antena nos permite dirigir la señal de emisión hacia el lugar que nosotros deseamos. A causa de la manera de fluir la corriente en una antena, la radiación desde las antenas no es uniforme sino directiva en cierto grado. La propiedad de directividad puede ser favorecida mediante el uso de elementos radiantes adicionales, planos reflectantes o superficies curvas. Mediante el uso de objetos conductores correctamente ajustados (reflectores o directores), la característica de la radiación de la antena puede ser deliberadamente deformada en una dirección que se desee.

Antenas omnidireccionales: Al contrario que en las anteriores, en este tipo de antenas la radiofrecuencia se irradia en todos los sentidos, teniendo la desventaja de ser más ruidosas y poseer menor ganancia.

Antenas más usuales

Una de las antenas más utilizadas es la antena dipolo dadas las facilidades de construcción que presenta. Esta antena se encuentra encuadrada dentro de las antenas direccionales, ya que irradia radiofrecuencia en dos direcciones. Esta antena está formada por dos ramas iguales de media longitud de onda cada una, aisladas en el centro. Cada una de las ramas se conecta al transreceptor por medio de una línea de transmisión (coaxil). Las ramas del dipolo deben ser simétricas y se utiliza para su construcción cable de cobre compuesto por 7 alambres de 0,80 mm2 de sección (conocido comercialmente como 7 x 80). La longitud de cada una de las ramas deberá ser acorde a los cálculos previos respecto de las frecuencias que debe transmitir y recibir.

La antena dipolo es la más popular de todas y cuenta con varias configuraciones posibles según su utilidad: dipolo inclinado, dipolo de media onda, dipolo vertical, V invertida, etc. (Fig. 182).

Otras antenas muy utilizadas son las antenas verticales, que pertenecen al grupo de las omnidireccionales. Dichas antenas irradian ondas electromagnéticas en forma circular.

Propagación de las ondas

Las ondas de radio pueden propagarse, en todas direcciones, desde una antena transmisora hasta una antena receptora en la propia superficie de la Tierra, a través de la atmósfera, o por reflexión o dispersión desde reflectores naturales o artificiales. Las ondas de radio se desplazan a través del aire a 300.000 Km / seg. (velocidad de la luz). A este desplazamiento se lo conoce como “propagación“.

Según la banda con que se esté operando, la propagación adquirirá características bien diferentes. Estudiaremos a continuación el comportamiento de las bandas de HF (alta frecuencia) y VHF (muy alta frecuencia).

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• Propagación en HF: Sabemos a ciencia cierta que la Tierra se halla rodeada por una capa que se denomina atmósfera. Dentro de esta y a una altura aproximada de 100 Km., se encuentra la ionósfera. Esta capa ionosférica se halla compuesta por iones y electrones libres, que son los que afectan los recorridos que hacen las ondas de radio. Un estudio más profundo permitió determinar que la ionosfera, a su vez, se encuentra dividida en cuatro capas más que son las siguientes:

• CAPA D • CAPA E • CAPA F1 • CAPA F2

Asimismo se determinó que durante la noche (cuando la ionósfera se encuentra en sombras) las capas “F1“ y “F2“ se funden en una sola que se llama F. Estas capas intervienen en la propagación de diversas maneras entre sí, dependiendo de la banda en la que se esté operando.

Supongamos que tenemos una antena instalada con la cual estamos irradiando en una frecuencia de 3.500 KHz (banda de 80 metros). Sabiendo que la ionósfera afecta el desplazamiento de las ondas de radio, veremos que dicha onda saldrá desde la antena con cierto ángulo respecto de la tangente a la Tierra. Este ángulo es conocido como “ángulo de radiación“ y variará según la frecuencia con la que se está operando. Cuanto mayor sea la frecuencia de radiación, menor será el ángulo (Fig. 183).

Cuando una antena emite sus ondas de radio, estas llegan hasta la ionósfera donde se refractan y vuelven a la Tierra. La refracción de las ondas de radio, en la ionosfera, está dada por las distintas graduaciones de ionización que alcanzan las capas que se van produciendo con respecto a la curvatura de la Tierra.

Luego que la onda por refracción regresa a la Tierra, puede producirse un nuevo rebote u otros más sucesivamente. O sea que, a medida que rebota la onda en la Tierra, se van cubriendo distancias mayores.

Aunque resulta interesante que a medida que se tienen más cantidad de rebotes pueden cubrirse distancias cada vez mayores, se debe tener en cuenta que a mayor cantidad de rebotes o saltos la onda inicialmente emitida se va atenuando.

De lo expuesto anteriormente se desprende que, a medida que aumenta la frecuencia de trabajo, el ángulo de radiación disminuye. Por lo tanto el rebote sobre la Tierra va a caer mucho más lejos. Supongamos que tenemos una estación de radio con su correspondiente sistema irradiante y emitimos en frecuencias de 29.000 KHz. En esta banda lograremos comunicarnos fácilmente con Europa, Japón, etc., pero no nos será tan fácil hacerlo con Mar del Plata. Para esta frecuencia (29.000 KHz), Mar del Plata es zona de silencio. Esto no ocurrirá si trabajamos en una frecuencia de 3.500 KHz, dado que al trabajar con frecuencias menores el ángulo de radiación será más grande y el rebote sobre la Tierra será más cercano. Todo lo expuesto hasta aquí es válido para las transmisiones marítimas de gran alcance, como son aquellas que utilizan la banda de altas frecuencias (HF) con modulación por BLU, como se verá más adelante.

• Propagación en VHF: En estas bandas el rebote en la ionósfera es prácticamente imposible, salvo que se produzca un aumento considerable de la ionización, cosa que puede ocurrir por la entrada de algún meteoro en la atmósfera. Con estas frecuencias, las ondas llegan a la ionósfera perforándola y perdiéndose en el espacio. De igual modo, la comunicación se hace posible gracias a la componente terrestre de la onda, que es la resultante de otras dos componentes: la onda directa y la onda reflejada en el suelo (Fig. 184).

Por otra parte, habíamos visto que a medida que la frecuencia aumenta disminuye el ángulo de radiación hasta convertirse en onda terrestre.

Este es el caso de las transmisiones en muy alta frecuencia (VHF) que utilizan el sistema de modulación de frecuencias. En este caso las transmisiones se efectúan de antena a antena o de alcance al horizonte, aunque existen días en que algunos cambios en la temperatura y humedad pueden permitir comunicaciones a distancias mayores.

Como puede apreciarse en la figura No 184, es muy importante la altura de la antena para conseguir transmisiones de mayor alcance.

Por estas cuestiones, los equipos de VHF no se utilizan en navegaciones oceánicas debido a su poco alcance (80 Km), debiendo ser reemplazados por aquellos que utilizan el sistema de BLU (15.000 Km).

COntinúa en: Frecuencias de transmisión y Transmisiones en VHF (Clase 67)

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