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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Amarrar el barco de costado, por proa o por popa (Clase 19)

Viene de: Línea de fondeo y elección del fondadero (clase 18).

En los puertos deportivos se pueden presentar un sinnúmero de posibilidades a la hora de atracar una embarcación, para lo cual siempre será conveniente tener referencias ciertas de las características del lugar al que se llega, a fin de tener preparada convenientemente la maniobra de amarre. Es muy frecuente ver cómo, en estos puertos, algunos barcos golpean contra sus vecinos o contra el muelle porque su tripulación no dispuso con la suficiente antelación la maniobra adecuada. Los cabos que se utilizan para amarrar el barco reciben diferentes nombres según como se los disponga: Largo, Spring y Través.

Largo, spring y través

Recordemos además que el material con que deberían estar construidos estos cabos tendría que ser lo suficientemente elástico como para evitar que los tirones bruscos que se producen en el puerto puedan dañar los herrajes de cubierta (cornamusas, portaespías, etc.)

Varias son las formas de atraque posibles en función de la distribución de las instalaciones del puerto al que se accede. Veamos algunas de ellas:

  1. Amarrarse de costado.
  2. Amarrarse de proa o popa.
  3. Tomar una boya.
  4. Abarloarse a otra embarcación.

Amarrarse de costado

Si bien es cierto que cuanta mayor cantidad de cabos dispongamos para amarrar nuestro barco, más segura será su fijación, convengamos que con pocos cabos bien dispuestos también quedará perfectamente firme. No deberá olvidarse la colocación de suficientes defensas para evitar que se dañe la pintura de la banda próxima al muelle. Algunos ejemplos se ilustran en el esquema de la siguiente figura. En caso de tomar amarras en un puerto al que no estamos habituados a concurrir, es conveniente prestar atención a las indicaciones de los amarristas del lugar, en cuanto a la disposición de los cabos y a cualquier otra recomendación de interés.

Amarrar la embarcación de costado

Amarrarse por proa o por popa

Esta es una modalidad muy utilizada en la mayoría de los puertos deportivos con excesiva concurrencia de barcos, debido a que el espacio que se ocupa es ciertamente menor que si se atraca de costado. En el caso de atracar por la proa es preciso fijar la popa de algún modo, para lo cual muchos puertos cuentan con boyas fondeadas a tal fin. De no existir dichas boyas, debe entonces soltarse un ancla por popa.

Amarre con fondeo o con boya

La misma maniobra puede llevarse a cabo de popa al muelle, teniendo siempre la precaución de informarse previamente de los obstáculos que pueda haber sumergidos junto a éste. Cuando se trata de muelles construidos sobre escolleras de piedras, esta última maniobra no es recomendable ya que, de bajar la marea indefectiblemente dañaríamos partes importantes y que intervienen directamente en el gobierno del barco (timón, pata, hélice, etc.).

Para llevar a cabo la maniobra de atraque por proa con éxito, sobretodo en un puerto muy concurrido, es importante que la misma se haga en forma precisa para evitar de este modo golpear a los barcos vecinos. Para ello es conveniente tomar la boya o largar el fondeo a medida que se va ingresando de proa al muelle. De esta forma, el tripulante a cargo de esta maniobra, irá filando cabo lentamente, evitando de este modo que la popa se desplace lateralmente. Inmediatamente debe hacerse firme la proa distribuyendo sendos “largos” hacia el muelle.

Continua en: Amarrar el barco a una boya o a otra embarcación (clase 20).

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

Si desea realizar el curso de conductor náutico completo en nuestro instituto, puede contactarse con nosotros a través de nuestro teléfono Cel. (011) 15 5644-2888, o bien vía mail a secretaria@isndf.com.ar
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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Línea de fondeo y elección del fondadero (Clase 18)

Viene de: El ancla: sus tipos y partes (clase 17).

El material a emplear en la línea de fondeo dependerá, fundamentalmente, del lugar que dispongamos a bordo para su estiba. Como se verá a continuación, sería mucho más apropiado que nuestra línea de fondeo fuese de cadena en su totalidad; pero esto implicaría ocupar un gran espacio, además del peso que sumaríamos a nuestra embarcación. Si se decidiese armar una línea de fondeo con cabo, es preciso saber que la curva catenaria obtenida no sería la correcta y que la sujeción resultaría precaria. Una opción intermedia, adoptada por gran cantidad de navegantes deportivos, consiste en una combinación de ambas, colocando una cantidad de metros de cadena a continuación del ancla y finalizando la línea con cabo de nylon. Como se sabe, el ancla consigue su máximo agarre cuando la tensión aplicada es horizontal. Por esa razón la cadena brindará a la línea de fondeo mayor sujeción, dado que esta se hunde hasta el fondo mientras que el cabo flota traccionando sobre el ancla en forma oblicua.

La combinación antes mencionada, entre cabo y cadena, mejora la “curva catenaria” y permite llevar a bordo una línea de mayor longitud.

Fondeo con cadena y fondeo sin cadena

Respecto de la longitud de la línea de fondeo, se puede decir que en condiciones climáticas favorables debería largarse un mínimo de cinco veces la profundidad del lugar, pudiendo ser un poco menor si la línea es de cadena en su totalidad. En caso de fondear con mal tiempo, es aconsejable que la línea de fondeo tenga como mínimo un largo de ocho a diez veces la profundidad. Al igual que el caso anterior, el largo puede reducirse si contamos con cadena.

En reglas generales, podría decirse que lo conveniente sería largar la máxima cantidad de línea posible, pero es conveniente tener en cuenta un pequeño obstáculo: el círculo de borneo.

Círculo de Borneo

Como es de esperar, nuestro barco girará o “borneará” alrededor del ancla cuando las condiciones de viento o corriente se modifiquen. Para ello es preciso que, a la hora de largar cabo, verifiquemos que todos los obstáculos o barcos cercanos queden fuera del círculo de borneo, a fin de evitar colisionar con los mismos. Cabe destacar que, de haber otros barcos en igual situación, todos bornearán en el mismo sentido.

La elección del fondeadero

Una de las precauciones a considerar, al momento de elegir el lugar donde fondear la embarcación, es la de tener en cuenta los vientos predominantes en la zona y las corrientes marinas del lugar. Debería consultarse además el parte meteorológico, en función del cual se escogerá el sitio que brinde más resguardo según su configuración geográfica. Es muy importante también que el sitio elegido nos permita abandonarlo rápidamente en caso de que sea menester hacerlo con urgencia.

Otra de las cuestiones a evaluar es el fondo, teniendo en cuenta que los fondos “blandos” (arena, arcilla, lodo) son buenos tenederos. De ser posible hacerlo, deben evitarse los fondos con algas o los duros (piedras).

La maniobra

La maniobra de fondeo es en realidad muy sencilla y consiste en aproximarse lentamente al lugar elegido y colocarse proa al viento. Cabe aclarar que, en este punto, toda la maniobra estará lista para ser ejecutada: el ancla a la “pendura” (colgando levemente del rodillo de proa), la línea preparada y adujada sobre la cubierta, y el chicote o extremo hecho firme en la cornamusa. Acto seguido y a la orden de “fondo”, se soltará el ancla hasta que toque fondo. Se procederá entonces a filar lentamente la cadena a medida que el ancla “llame”, mientras que la embarcación se desplaza lentamente hacia atrás, acomodándose al sentido del viento o de la corriente. No debe largarse gran cantidad de cabo o cadena de golpe, ya que de este modo se amontonaría en un solo lugar con el riesgo de enredarse y de no trabajar correctamente.

Una vez largada la cantidad de línea elegida, según lo visto en el apartado anterior, se soltará lo que queda de línea, si se tuvo la precaución de hacer firme el extremo en la cornamusa de proa. Sólo restará a continuación comprobar que la maniobra haya sido realizada con éxito, permaneciendo un tiempo en observación y corroborando que el ancla no “garree”. Es muy útil a tal fin tomar referencias de puntos de la costa u otras embarcaciones.

Una práctica que resulta de suma utilidad es la de colocar un boyarín unido al ancla por medio de un “orinque”.

Boyarín unido al ancla por medio de un orinque.

Esto no solo nos permitirá que el ancla quede perfectamente señalizada (tanto para nosotros como para otras embarcaciones que fondeen en el lugar), sino que además nos posibilita una ayuda extra en caso de que se dificulte la maniobra para desenterrarla, ya que se puede tirar del cabo en forma “vertical”. Para esto último es preciso que el orinque se haga firme sobre la cruz del ancla y no sobre el arganeo. Algunas anclas ya vienen con un orificio practicado a tal efecto.

En algunos casos, cuando se requiere mayor seguridad en el fondeo o cuando se debe aguantar el mal tiempo, pueden utilizarse dos anclas en lugar de una. Un ejemplo de esto es el fondeo “a barbas de gato”. En este caso se trata de fondear primero una de las anclas y después la segunda, de forma tal que las líneas de fondeo formen un determinado ángulo entre sí.

Fondeo a barbas de gato

Si lo que se pretende con esta técnica es detener al barco en una situación de temporal, lo conveniente es que el ángulo formado entre las dos líneas de fondeo no supere los 10º. Si en cambio la intención es reducir el círculo de borneo, el ángulo deberá ser lo más abierto posible (superior a 90º).

En lugares donde el “borneo” no nos es permitido (lugares estrechos, canales, etc.), se puede fondear por proa y por popa.

Fondeo por proa y por popa

La técnica a emplear consistirá en largar un ancla por proa y retroceder el “doble” de distancia a la que quedará definitivamente el barco. En este punto se larga la segunda ancla y se avanza en el sentido de la primera, hasta quedar ubicados en el centro y alineados con ambas. De no contar con espacio suficiente para maniobrar con el barco, puede utilizarse el bote auxiliar a fin de trasladar la segunda ancla hasta el lugar elegido. Debe tenerse en cuenta que, como el borneo no es posible con este tipo de maniobra, el barco ya no presentará su proa al viento por lo que puede quedar atravesado a las olas. Esto último (en caso de que el oleaje se incremente) puede provocar el garreo de alguna de las anclas, además de resultar sumamente incómoda la estadía.

Otro método a considerar para fondear con mal tiempo es el de largar dos anclas “engalgadas”. Lo que se hace aquí es agregar un segundo ancla con su correspondiente línea unida al primer ancla sobre su “cruz”. Dicha línea debe tener una longitud ligeramente superior a la profundidad del lugar. Esto se hace para evitar tener que levar dos anclas al mismo tiempo. Este sistema brindará una gran sujeción al suelo, ya que el segundo ancla sostendrá al primero evitando que este garree.

Anclas engalgadas

Continua en: Amarrar el barco de costado, por proa o por popa (clase 19).

Darío G. Fernández
Director del ISNDF

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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

El ancla: sus tipos y partes (clase 17)

Viene de: Maniobra de fondeo (clase 16).

El ancla es el instrumento que, unido a una línea (cadena o cabo), es arrojado al agua para retener al buque en el lugar e impedir que sea arrastrado por corrientes y vientos. El ancla puede ser de hierro, aluminio o acero y existe una amplia gama de modelos que cubren todo el espectro de necesidades de los barcos modernos:

Ancla de cepo o Almirantazgo: Es la clásica ancla de los barcos antiguos, cuya fuerza de agarre reside fundamentalmente en su peso. Posee buen agarre en fondos duros, pero dado su tamaño resulta difícil de estibar en embarcaciones menores. Posee un cepo que, como se verá más adelante, obliga a que el ancla gire sobre su eje permitiendo que una de las uñas se clave en el fondo.

Ancla de cepo o Almirantazgo

Ancla de arado o CQR: Diseñada por Sir Geoffrey Taylor en 1933, se ha convertido en una de las anclas más utilizadas por los navegantes de crucero por su facilidad de estiba y buen agarre en fondos de fango y arena. No es recomendable para fondos rocosos. Junto con la Danforth, una de las más utilizadas en el Río de la Plata.

Ancla de arado o CQR

Ancla Bruce: Muy similar a la anterior en cuanto a sus propiedades de agarre, aunque por su tamaño resulta de estiba más dificultosa.

Ancla Bruce

Ancla Danforth: Aunque no tanto como las anteriores, tiene buen agarre en fondos de arena y fango. Esta característica, sumada a su poco peso y facilidad de estiba, hace que sea muy utilizada en la zona del Río de la Plata.

Ancla Danforth

Ancla de Rezón: Ancla muy útil para embarcaciones pequeñas ya que, si bien posee poco poder de sujeción, es de fácil estiba por tener uñas retráctiles.

Ancla de Rezón

Partes del ancla

  • Caña: Cuerpo principal del ancla. Parte comprendida entre la cruz y el arganeo.
  • Cruz: Punto en el que se unen los brazos y la caña.
  • Brazos: Cada una de las partes iguales del ancla que terminan en una uña.
  • Uña: Extremo o punta de cada brazo del ancla. Conocida antiguamente como “pico de loro”, la uña cumple la función de introducirse en el fondo marino permitiendo el agarre del ancla.
  • Arganeo: Aro o argolla de hierro u otro material que va inserto en la extremidad de la caña del ancla. Puede girar en el orificio de la caña por el que está pasado, y se fija a la cadena por medio de un grillete.
  • Cepo: Varilla metálica que atraviesa la caña en forma perpendicular cerca del arganeo. Solamente utilizado por el ancla almirantazgo o por otras con cierta antigüedad. La función del cepo es la de forzar al ancla a voltearse lateralmente, permitiendo de este modo que una de las uñas se introduzca en el fondo. Las anclas modernas carecen de cepo.

Partes del ancla

Continua en: Línea de fondeo y elección del fondadero (clase 18).

Darío G. Fernández
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30/05/2024 by Instituto Superior de Navegación

Cabullería y maniobras con cabos (Clase 14)

Viene de: Atracar y zarpar de puerto (clase 13).

Es preciso que un buen navegante conozca, al menos, cinco o seis nudos básicos con los que pueda llevar a cabo con éxito la mayor parte de las maniobras necesarias a bordo. Es también importante que domine el vocabulario que atañe a las faenas con cabos, y esto será lo que veremos a continuación.

Los cabos

Hasta no hace mucho tiempo solamente se utilizaban los cabos confeccionados con fibras naturales, y aun hoy se los utilizan en algunos casos dado su bajo costo. Si bien es cierto que la duración de este tipo de cabo es muy inferior a la de aquellos que se utilizan en la actualidad, debemos resaltar que los antiguos cabos poseían un alto grado de resistencia, lo que dependía por supuesto del tipo de fibras utilizadas para su construcción. Las fibras naturales más utilizadas son el algodón, el sisal y el cáñamo. Actualmente se fabrican cabos con materiales sintéticos que superan ampliamente en calidad, duración y resistencia a sus predecesores, no obstante su elevado costo. Existe además una amplia gama de colores que permite distinguirlos entre sí con suma facilidad.

Los materiales que se utilizan con mayor frecuencia en la construcción de cabos sintéticos son el polipropileno, el nylon, el poliéster y el dacron. Tanto el nylon como el polipropileno se usan habitualmente como cabos de remolque o para amarras, debido a su elasticidad y resistencia; mientras que el poliéster y el dacron son utilizados como cabos de maniobra para embarcaciones de vela, donde se necesita que el mismo tenga alta resistencia y poca elasticidad.

Así como son importantes las fibras utilizadas en la fabricación de cabos, también lo es el método de confección. Existen dos grandes grupos de cabos según el tipo de construcción: los cabos enrollados o retorcidos (formados por tres o más unidades enrolladas entre sí) y los trenzados (formados por varias unidades trenzadas alrededor de un centro o “alma”).

Cabo retorcido y cabo trenzado

Veamos ahora algo de la terminología más frecuente en las faenas con cabos:

  • Chicote: Se conoce como “chicote” al extremo del cabo que se utiliza para hacer el nudo. Se dice además de todo trozo de cabo de pequeña extensión.
  • Firme: Parte más larga del cabo y que no interviene en el nudo.
  • Gaza: Lazo cerrado que se obtiene plegando un cabo sobre sí mismo, ya sea por medio de un nudo o bien por costura o ligada.
  • Seno: Arco más o menos pronunciado formado por un cabo cuyos extremos no se cruzan.
  • Vuelta: Círculo formado por un cabo cuyos extremos sí se cruzan.
  • Adujar un cabo: Figura en forma de vueltas o seno circular que se realiza sobre un cabo a fin de estibarlo convenientemente.
  • Hacer firme un cabo: Amarrar firmemente un cabo a una mordaza o una cornamusa.
  • Largar un cabo: Lo contrario a “hacer firme”. Soltar por completo un cabo.

Terminología cabullería

Continua en: Los nudos (clase 15)

Darío G. Fernández
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Atracar y zarpar de puerto (Clase 13)

Viene de: Movimiento de la popa y efecto lateral de las palas (clase 12).

Lo primero que debe tenerse en cuenta cuando se pretende ingresar o salir de puerto, a fin de amarrar o zarpar, es que esto debe hacerse a mínima velocidad de gobierno, de forma tal que cualquier falla en la maniobra no pueda causar daños graves tanto a nuestra embarcación como a las de terceros. Es necesario además prever cada una de las maniobras con la debida antelación, evitando dejar para último momento la colocación de defensas o la preparación de las amarras. Cuando se pretende amarrar a un muelle concurrido, es preciso detener la embarcación en cuanto nos encontremos en el espacio destinado a la nuestra. Para ello es conveniente tomar al menos una amarra de proa y una de popa a fin de detener los movimientos de la misma, evitando así golpear a los barcos vecinos. Una vez conseguido esto, puede ajustarse la medida de cada amarra con absoluta tranquilidad.

Cuando pretendemos atracarnos a un muelle de costado (abarloarse), algo muy frecuente en las guarderías de lanchas, el procedimiento será el siguiente:

Atracarse a muelle

  1. Navegaremos a mínima velocidad, paralelos al muelle, hasta encontrar el lugar destinado para nuestra embarcación.
  2. Giramos el timón en dirección al muelle, aproximándonos en un ángulo cercano a los 45o.
  3. Una vez en el lugar, volvemos a dar timón a la otra banda a fin de colocarnos paralelos al muelle y cortamos la propulsión colocando el comando en la posición neutral. De ser necesario, si la embarcación continúa avanzando, podemos detenerla por completo dando a la embarcación un suave toque en reversa. Hecho esto, tomaremos amarras, comenzado preferentemente con la de proa.

Una consideración importante a tener en cuenta es que es sumamente recomendable atracarse siempre avanzando contra la corriente. De este modo es mucho más sencillo moverse a mínima velocidad de gobierno sin perder timón. Por otra parte, una vez llegado al lugar de amarra, la embarcación se detendrá por completo con solo cortar la propulsión, sin necesidad de dar reversa. Otra ventaja es que, si atracamos de proa a la corriente y tomamos la amarra de proa, dicha corriente actuará sobre la embarcación acercándola al muelle, lo que facilitará el resto de la maniobra.

Si pretendemos amarrar con la corriente a favor, la velocidad de propulsión de nuestro barco se sumará a la de la corriente, provocando que la maniobra se lleve a cabo a velocidad excesiva. Por otra parte, será más difícil detener su avance una vez ubicados en nuestro espacio, por lo que habrá que dar bastante máquina en reversa para lograrlo.

Cuando lo que pretendemos es zarpar alejándonos del muelle, el procedimiento recomendado es el que sigue:

Zarpar de muelle

  1. Dar timón hacia la banda contraria al muelle y colocar el comando en reversa a mínima velocidad, a fin de separar la popa del muelle.
  2. Continuar separándose en reversa en un ángulo próximo a los 45o, hasta que no encontremos obstáculos a nuestro alrededor.
  3. Seguimos suavemente en reversa, gobernando hasta posicionarnos paralelos al muelle, y cortamos la propulsión colocando el mando en neutral.
  4. Damos avante y viramos con el timón alejándonos del muelle.

Sigue en: Cabullería: Cabullería y maniobras con cabos (clase 14).

Darío G. Fernández
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