Viene de: Curso de Timonel: Maniobra de fondeo (clase 19).
En los puertos deportivos se pueden presentar un sinnúmero de posibilidades a la hora de atracar una embarcación, para lo cual siempre será conveniente tener referencias ciertas de las características del lugar al que se llega, a fin de tener preparada convenientemente la maniobra de amarre. Es muy frecuente ver cómo, en estos puertos, algunos barcos golpean contra sus vecinos o contra el muelle porque su tripulación no dispuso con la suficiente antelación la maniobra adecuada. Los cabos que se utilizan para amarrar el barco reciben diferentes nombres según como se los disponga: Largo, Spring y Través.
Recordemos además que el material con que deberían estar construidos estos cabos tendría que ser lo suficientemente elástico como para evitar que los tirones bruscos que se producen en el puerto puedan dañar los herrajes de cubierta (cornamusas, portaespías, etc.)
Varias son las formas de atraque posibles en función de la distribución de las instalaciones del puerto al que se accede. Veamos algunas de ellas:
- Amarrarse de costado.
- Amarrarse de proa o popa.
- Tomar una boya.
- Abarloarse a otra embarcación.
Amarrarse de costado
Si bien es cierto que cuanta mayor cantidad de cabos dispongamos para amarrar nuestro barco, más segura será su fijación, convengamos que con pocos cabos bien dispuestos también quedará perfectamente firme. No deberá olvidarse la colocación de suficientes defensas para evitar que se dañe la pintura de la banda próxima al muelle. Algunos ejemplos se ilustran en el esquema de la siguiente figura. En caso de tomar amarras en un puerto al que no estamos habituados a concurrir, es conveniente prestar atención a las indicaciones de los amarristas del lugar, en cuanto a la disposición de los cabos y a cualquier otra recomendación de interés.
Amarrarse por proa o por popa
Esta es una modalidad muy utilizada en la mayoría de los puertos deportivos con excesiva concurrencia de barcos, debido a que el espacio que se ocupa es ciertamente menor que si se atraca de costado. En el caso de atracar por la proa es preciso fijar la popa de algún modo, para lo cual muchos puertos cuentan con boyas fondeadas a tal fin. De no existir dichas boyas, debe entonces soltarse un ancla por popa.
La misma maniobra puede llevarse a cabo de popa al muelle, teniendo siempre la precaución de informarse previamente de los obstáculos que pueda haber sumergidos junto a éste. Cuando se trata de muelles construidos sobre escolleras de piedras, esta última maniobra no es recomendable ya que, de bajar la marea indefectiblemente dañaríamos partes importantes y que intervienen directamente en el gobierno del barco (timón, pata, hélice, etc.).
Para llevar a cabo la maniobra de atraque por proa con éxito, sobretodo en un puerto muy concurrido, es importante que la misma se haga en forma precisa para evitar de este modo golpear a los barcos vecinos. Para ello es conveniente tomar la boya o largar el fondeo a medida que se va ingresando de proa al muelle. De esta forma, el tripulante a cargo de esta maniobra, irá filando cabo lentamente, evitando de este modo que la popa se desplace lateralmente. Inmediatamente debe hacerse firme la proa distribuyendo sendos “largos” hacia el muelle.
Tomar una boya
La maniobra de tomarse a una boya o ponerse “al borneo” es la más sencilla y segura de todas. Para ello basta con aproximarse a la boya en cuestión y pasar el cabo de amarre por el anillo que ésta posee sobre la parte superior.
Cuando se piensa permanecer en dicha condición por mucho tiempo, es recomendable pasar un cabo adicional por uno de los eslabones de la cadena que sujeta la boya al fondo. De esta manera, de soltarse dicha boya, la embarcación permanecerá sujeta a la cadena.
La única desventaja apreciable de este procedimiento de atraque es la incomodidad para subir a bordo, ya que se depende exclusivamente del bote auxiliar. Una desventaja adicional reside en la imposibilidad de recibir suministro eléctrico en esta condición.
Abarloarse a otra embarcación
Es frecuente en puertos muy concurridos ver a una o más embarcaciones “abarloadas”. Esta maniobra debe hacerse con sumo cuidado y teniendo respeto por el vecino, dado que estamos utilizando como amarradero nada menos que a su propio barco. De más está decir que debe previamente solicitarse su autorización. Cuando la embarcación a la que pretendemos abarloarnos se encuentra al borneo, la maniobra resulta sumamente sencilla. El procedimiento es casi idéntico al anterior en cuanto a la manera de tomar la boya y sólo será necesario, como elemento adicional, que ambas popas se encuentren amarradas entre sí. De esta manera se evita que las bordas se golpeen repetidamente al separarse y volver a acercarse las embarcaciones. Como en todos los casos, debe colocarse una buena cantidad de defensas entre ambos barcos.
Si la opción es abarloarse a un barco amarrado a muelle, el método correcto sería utilizar dos través y dos springs, como se ilustra en el siguiente gráfico. Es importante que el barco al que nos abarloamos refuerce sus propias amarras ya que éstas deberán soportar un esfuerzo extra.
Continua en: Curso de Timonel: Control de averías (clase 21).
Darío G. Fernández
Director del ISNDF
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