Viene de: Curso de Timonel: supervivencia en el mar (clase 29).
Es condición primordial de todo barco que realice navegaciones más o menos prolongadas, el llevar a bordo un completo botiquín de primeros auxilios. Debe además su tripulación poseer los conocimientos básicos necesarios para brindar al accidentado o enfermo las primeras atenciones, a fin de facilitar el posterior tratamiento médico.
En caso de que la tripulación se prepare para alguna competencia exigente o se presuma que puede permanecerse en navegación por un lapso prolongado de tiempo, es preciso tomar una serie de recaudos aún mayores. Cada miembro de la tripulación debería hacerse un chequeo médico completo a efectos de que el capitán cuente con la historia clínica de cada uno de sus tripulantes. Sería conveniente además que les sea suministrada una dosis de suero antitetánico, dado que la mayoría de los accidentes se deben a traumatismos.
Otra cuestión a tener en cuenta es la de alertar a la persona a cargo acerca de afecciones crónicas y enfermedades que requieran tratamiento y especial atención. En estos casos, el que las posea, debería entregarle al capitán la medicación a suministrar de ocurrir un incidente, además de las instrucciones para hacerlo correctamente.
Normas básicas para actuar en caso de accidente:
Debe comprobarse en primer lugar si el accidentado sufre de hemorragia. De ser así, tomar los recaudos necesarios para detenerla.
- Si el herido no respira, deberá iniciarse inmediatamente la respiración artificial. Si carece de pulso, habrá de practicarse reanimación.
- Realizar un exhaustivo examen ocular evitando mover al paciente más de lo necesario y hacer una evaluación general del tratamiento más conveniente a aplicar.
- Si se tratase de una herida leve, se atenderá procurando que el accidentado retome su rutina.
- Si la herida fuese grave, se tratará con sumo cuidado y se abrigará al paciente. Debe evitarse por todos los medios que éste entre en shock.
- Si la situación comienza a complicarse, debe darse aviso a la Prefectura Naval Argentina.
Heridas
Las heridas pueden clasificarse en leves y graves. Si el paciente sufre una herida leve, se procederá de la siguiente manera:
- Detener la hemorragia.
- Limpiar la herida con algún antiséptico o con agua y jabón, tanto en el centro como en la periferia.
- Si la separación de los bordes es importante, la herida debería ser suturada por un facultativo. De no ser así, pincelar con algún antiséptico y dejar al aire libre. En caso de que sangre, colocar un vendaje.
Si la herida sufrida es de consideración:
- Efectuar la evaluación inicial procurando no mover demasiado al paciente.
- Controlar la hemorragia y prevenir el shock hipovolémico.
- Cubrir la herida con un paño estéril.
- Solo en caso de ser necesario para detener la hemorragia, aplicar un torniquete.
El torniquete es una maniobra destinada a detener una hemorragia aguda que no puede ser contenida por los medios convencionales, mediante la compresión de los vasos sanguíneos de la zona circular próxima. Es preciso tener en cuenta que si bien el torniquete es una maniobra útil para detener hemorragias sólo en casos extremos (amputaciones, aplastamientos severos, heridas de consideración, etc.), llevarla a cabo implica asumir serios riesgos.
Contusiones
Son lesiones que se producen por golpes o caídas, sin romper la piel, y pueden causar magulladuras o aplastamientos y ocultar graves lesiones internas.
Primeros auxilios para tratar contusiones:
1) Inmovilizar la zona y elevarla.
2) Aplicar frío local (hielo).
3) No pinchar los hematomas.
4) Chequear con personal médico en cuanto sea posible.
Quemaduras
Las quemaduras son lesiones producidas por el calor en cualquiera de sus formas. Se clasifican según su profundidad en tres grados:
- Quemaduras de primer grado: Consiste en el enrojecimiento de la piel y afecta solo a la epidermis.
- Quemaduras de segundo grado: Afectan tanto a la epidermis como a la dermis. En este caso aparecen ampollas que contienen plasma en su interior.
- Quemaduras de tercer grado: Afectan a epidermis, dermis e hipodermis. Podrían también afectar a vasos sanguíneos, músculos y terminaciones nerviosas. Se caracterizan por una “escara” de color negruzco y no producen dolor, debido a la destrucción de las terminaciones nerviosas.
El procedimiento a emplear para tratar quemaduras es el siguiente:
- Enfriar la quemadura inmediatamente poniendo la zona afectada bajo un chorro de agua fría, como mínimo durante 10 minutos.
- Cubrir la zona con apósitos estériles o “muy limpios” y humedecidos.
- No aplicar cremas o pomadas.
- No quitar la ropa, sobre todo si está adherida a la piel. Solo se hará en caso de que esté ardiendo o impregnada de productos cáusticos.
- No pinchar las ampollas.
- Si la persona está ardiendo, impedir que corra. Arrojarla al suelo y cubrirla con mantas.
- Si la quemadura es grave, prevenir el shock.
Congelamiento
El congelamiento es el paso siguiente a la hipotermia, que consiste en la disminución de la temperatura corporal por exposición prolongada a la baja temperatura ambiente. Los síntomas que presenta una persona helada son: Entumecimiento de los miembros, somnolencia, pérdida de visión, tambaleo, aturdimiento o semiinconsciencia. Si el proceso de congelación progresa, es probable que la piel se vuelva de color blanco o gris amarillento.
Los pasos a seguir para tratar la hipotermia o congelamiento son:
- No realizar fricciones. Las zonas afectadas se vuelven muy frágiles.
- Cubrir con mantas y ropa de abrigo.
- No aplicar bolsas de agua caliente o compresas calientes. No colocar cerca de una estufa o artefacto similar. El calor excesivo aumenta el daño de los tejidos por vasodilatación.
- Suministrar bebidas calientes muy azucaradas.
- No dar bebidas alcohólicas.
- Cuando haya entrado en calor, inducir a que la víctima haga ejercicios con los miembros afectados.
Fracturas
Consiste en la pérdida de la continuidad en el hueso y, según su gravedad, pueden clasificarse en cerradas o expuestas. En una fractura cerrada la piel permanece intacta mientras que en una fractura expuesta se produce la rotura de la misma. En este último caso existe un alto riesgo de infección dado que se forma una herida próxima al foco de la fractura, pudiendo el aire ponerse en contacto con el hueso quebrado.
Los síntomas que presenta una fractura son: dolor que aumenta al movilizar la zona, deformidad (desdibujo, acortamiento, etc.), inflamación, amoratamiento e impotencia funcional absoluta. Las complicaciones a tener en cuenta con este tipo de lesiones son: posibilidad de lesión en las partes blandas adyacentes (vasos, nervios, etc.), hemorragias internas (en caso de fracturas cerradas) e infecciones (en caso de fracturas expuestas).
Los primeros auxilios a suministrar a una persona fracturada son:
- No mover al afectado salvo que sea absolutamente necesario.
- Retirar anillos, pulseras y relojes, en caso de afectar las extremidades superiores.
- Inmovilizar el foco de la fractura sin intentar reducirla, utilizando férulas o elementos similares. Evitar en esta maniobra los movimientos bruscos.
- En caso de fractura expuesta, cubrir la herida con apósitos estériles y detener la hemorragia.
- En cuanto sea posible, trasladar a la víctima a un centro sanitario con la extremidad afectada elevada e inmovilizada.
Continua en: Curso de Timonel: Primeros Auxilios II (clase 31).
Darío G. Fernández
Director del ISNDF
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